Guillermo Martín
Caviasca<br />
UBA/UNLP<br
/>
<br />
Introducción orientativa para la lectura del “Diario de
Campaña del General Acdel Vilas”<br />
El escrito que
presentamos, conocido como “Diario de Campaña” del General Acdel Vilas es uno
de los materiales exponentes más claros y transparentes de la puesta en
práctica de la Doctrina de Seguridad Nacional en el plano de la lucha contra
una unidad guerrillera rural típica. Es en este sentido único, ya que la guerra
contrarrevolucionaria en nuestro país fue desarrollada en forma clandestina
contra una guerrilla que era mayoritariamente grupos comandos urbanos y contra
los grupos políticos y sociales que expresaban ideas de país que abarcaban
desde el socialismo más “duro” a cualquier alternativa al alineamiento
político-ideológico-económico estratégico con occidente noratlántico. <br />
El Diario es un
amplio trabajo que debe ser leído discriminando (o comprendiendo la diferencia
entre) lo que son informes, balances personales y documentos, que el general Vilas
agrupó en un solo texto, inédito, para dar la visión sobre su participación en
la guerra contrarevolucionaria que se desarrolló en Tucumán denominada como
“Operativo Independencia”. Usamos la categoría “Guerra contrarrevolucionaria”
porque creemos que es la mas clara, y que sirve para entender mejor la “Guerra
civil” de baja intensidad o diluida con picos armados, que se vivió en nuestro
país a medida que avanzaron los años desde 1955. A lo largo de la década de
1960 las ideas de “revolución”, “contrarrevolución”, “guerra revolucionaria”,
“lucha armada”, “seguridad y desarrollo”, “seguridad nacional”, etc., comienzan
a instalarse en nuestro país sobre el sustrato y encuadre que brinda la
proscripción del peronismo y la inestabilidad político económica que configuran
una situación de crisis de hegemonía prolongada. <br />
En el ambiente
militar esta doctrina, bajo su denominación francesa de “guerra
contrarrevolucionaria”, es la piedra angular de toda la experiencia nacional.
Ya el Coronel Alberto Díaz Hamilton[1]
jefe de inteligencia a principios de la década de 1960 (y militante
antiperonista) exponía los primeros despliegues de la doctrina francesa durante
la aplicación del Plan CONINTES durante el gobierno de Frondizi[2],
en su lucha contra la resistencia obrera y peronista, los primeros embriones de
guerrillas y las fuerzas del General Iñiguez[3]
parte de ese proceso. Por lo tanto, es correcto encuadrar el Operativo, como un
eslabón final de un largo proceso de instalación de esa doctrina en el seno de
las FFAA, y la sociedad en general. <br />
El Diario además
nos permite introducirnos en la guerra de las guerrillas en Tucumán. Teniendo
en cuenta que la instalación de una fuerza insurgente en el monte era un
proyecto central en el PRT y que definía parte de su identidad. Siempre
teniendo en cuenta que la fuente es la del ejército, con la subjetividad que
tiene cualquier parcialidad cuando aborda a su enemigo, y especialmente en el
caso de Vilas sujeto con un objetivo político-personal claro. Pero el estudio sistemático
de la guerrilla rural y la lucha contra ella desde un plano que articule la
historia de Tucumán, como la estructura de la provincia, con lo político y lo
estrictamente militar está aún por ser realizado. O sea es necesario un
abordaje desde la historia militar y la historia social de le guerra. <br
/>
Si bien el Diario
es una fuente, disponible para ser leída, interpretada y estudiada, requiere
ciertas aclaraciones. Para personas con conocimientos profundos del periodo, es
probable que esta introducción no sea necesaria, pero para un público un poco
mas amplio creo que se requieren precisiones y encuadre histórico. El General
Vilas codujo el operativo Independencia durante 1975, fue la mas importante
experiencia de guerra contrarrevolucionaria, y lo hizo durante el periodo mas destacado
de ésta. Quizás se sorprenda alguien con esta afirmación, ya que es durante un
gobierno constitucional y no durante el “Proceso” que remite el escrito de
Vilas. <br />
Sin embargo, es
durante este año 1975 que la lucha militar entre la “Compañía de Monte” del
Ejercito Revolucionario del Pueblo y
La instalación de la Compañía de Monte en Tucumán
es algo diferente al resto del despliegue guerrillero en el resto del país. Si
bien el ERP atacó desde febrero de 1973 hasta diciembre de 1975[5]
siete guarniciones militares, todas estas operaciones eran golpes de mano, que
debían sorprender el enemigo con pocos efectivos en el cuartel, desorganizarlo,
tomar armas y equipos, y retirarse raudamente evitando el contraataque de
fuerzas organizadas. O sea que los ataques a cuarteles no aspiraban al control
del cuartel, ni a su destrucción, ni de la unidad militar, ni a establecer un
control de la zona, ni al establecimiento de una unidad guerrillera permanente
en la zona. El objetivo era, en lo militar, conseguir armase, propagandizarse, e
ir fogueando al ERP. Y en lo político, ir desmoralizando a las fuerzas del
estado, golpear políticamente al gobierno y mostrarse ante la población como
una fuerza poderosa para atraer respeto y simpatía, y con ellos posibles
combatientes y apoyo. <br />
Montoneros[6]
fue diferente, sus fuerzas más numerosas sin dudas, no tuvieron una doctrina
similar, no construyeron una fuerza rural, ni desarrollaron una doctrina de
ataque a cuarteles (aunque realzaron un ataque en Formosa, este parece más bien
una necesidad de propaganda política para no ser menos que el ERP). Sus
acciones fueron siempre de comandos en algunas etapas apoyadas por lo que llamaban
“miliciadas” o sea el despliegue de militantes levemente armados para realzar
actividades de agitación popular en las ciudades. Y por sobre esto, atentados
contra enemigos destacados en forma de operaciones comando o con explosivos,
planificadas, rápidas y precisas. Montoneros apostaba a establecer/construir el
“poder popular” a través de las Organizaciones libres del pueblo[7],
que de hecho habían tenido una gran influencia de la organización a través de organizaciones
de masas muy amplias. <br />
El objetivo de la Compañía de Monte era completamente
distinto a los ataques a cuarteles, en todo caso complementario. El ERP en el
monte tucumano debía establecerse en forma permanente, controlar un territorio,
que en proyección podía extenderse al control de una zona densamente poblada y
productiva de una provincia importante en el centro del país, que a sui vez
controlaba las comunicaciones más importantes con otras provincias de la zona.
O sea que, si bien en lo táctico podía ser una serie de acciones de golpear y
escapar, en lo operacional y estratégico implicaba una guerra permanente con el
ejercito por el control territorial y la presencia de formaciones militares estables.
En proyección la Compañía debía “liberar”[8]
una zona, o sea establecer una zona donde las fuerzas armadas y policiales del
estado no pudiera entrar, y mostrar la existencia de un embrión de doble poder
de alcance nacional. Para poder tener un santuario y un lugar donde establecerse
sin las condiciones riesgosas de la clandestinidad urbana. <br />
En este sentido debemos destacar que la estrategia
de toma del poder del PRT no pasaba por derrotar al Ejercito en Tucumán ni en ningún
otro lado en campo abierto, como en Cuba, China, Vietnam etc. O, al menos eso
no era lo teorizado, por la organización. En su importante trabajo Poder burgués,
poder revolucionario, Santucho indicaba que la toma del poder por los
revolucionarios en argentina se realizaría a través de una estrategia que se llamaba
de “Doble poder”. Cuyo despliegue era urbano, territorial y que se basaba en el
control de las Organizaciones libres del pueblo (comisiones barriales, clubes,
sindicatos, comisiones internas, centros de estudiantes, asociaciones populares
de todo tipo) por los revolucionarios y a través de ellas establecer un control
de facto del territorio, fabricas, etc. paralelo al estado. Lo militar era de
apoyo. Y que recién en una situación de “cordobazos” el levantamiento popular debía
transformarse en insurrección y control, permanente de una ciudad con el apoyo
de las unidades militares del ERP y la jefatura política de un Frente de
liberación. La zona liberada en Tucumán solo debía oficiar de retaguardia o
santuario, de la revolución[9].<br
/>
Es de esta forma que solo en Tucumán, y con el
ERP, se dio un enfrentamiento militar con operaciones clásicas, al menos clásicas
en lo que a lucha de guerrilla y contraguerrilla se refiere. También existieron
en Tucumán represión clandestina, detenciones, secuestros y desapariciones;
claro, es parte de la doctrina en “Guerra contrarrevolucionaria”, y de este
accionar da cuenta la amplia mayoría de los desaparecidos. Pero hay combates
entre unidades en el terreno. Más allá de operaciones comando, ataques con
explosivos, ejecuciones, secuestros, torturas y nuevos secuestros, ataques
sorpresa contra cuarteles y las fuerzas represivas que actúan masivamente con
la consigna de “noche y niebla”, que fue la situación general de todo el país. <br />
Es necesario
aclarar la organización del escrito de Vilas abarca una interpretación personal
de la guerrilla y de toda la lucha político social considerada “subversiva” por
la doctrina vigente en esa época. Expresa primero una explicación y análisis de
los antecedentes desde su punto de vista. Luego presenta el “Diario”
propiamente dicho, que es una recopilación y descripción en tono de parte militar
de las operaciones, campañas e informes de inteligencia de su periodo de
actuación. La transcripción de las directivas de la jefatura del ejército y, posteriormente,
una lista pormenorizada de combates y muertos en combate. Y finalmente otro
“Diario” que es un nuevo análisis personal e informe de su actuación en la
represión en Bahía Blanca y la zona de influencia del V Cuerpo de ejército. A
esos escritos que Vilas agrupó, nosotros le agregamos una entrevista no
publicada hecha en 1983, que ayuda a completar la comprensión de su pensamiento
y personalidad. <br />
<br />
El Inicio formal<br />
<br />
El 5 de febrero de
1975 la presidenta Isabel Martínez sancionó el decreto n 261/75 que enmarcaba
legalmente el accionar de las FFAA (Ejército centralmente, Fuerza Aérea y Armada
solo colaborarían en ese tiempo) en la provincia de Tucumán. Ordenando
“neutralizar y/o aniquilar el accionar de los elementos subversivos”[10]
en la provincia. Colocaba a la policía federal y la provincial a disposición
del mando de las FFAA (la gendarmería y la prefectura eran conducidas por las
FFAA hasta el último periodo democrático por 1983). Poco tiempo después bajo la
presidencia interina de Italo Luder dos nuevos decretos extendieron la
jurisdicción de las tres FFAA a todo el país luego del ataque de Montoneros al
cuartel de infantería de monte en Formosa[11].
<br />
Se concretaba así
un reclamo cada vez más amplio, de sectores de las FFAA y de la sociedad,
respecto a la intervención militar directa. Hasta ese momento la potestad era
policial; y la guerrilla, tal cual un tipo de delincuencia, como señalaba el
general Perón, debía ser reprimida por la policía. Aunque está claro que la guerrilla
no es una delincuencia. Pero lo que estaba en discusión era otra cosa: el rol de
las FFAA y la real amenaza guerrillera. Esto era una cuestión de debate no
saldada en el interior de las FFAA durante 1973 y 1974, una aparente mayoría de
oficiales no deseaban verse envueltos en una lucha que, imaginaban, fuera de
sus incumbencias profesionales y posible fuente de deterioro de su imagen, tal
como habían vivido antes de 1973 (y como sabemos hoy sucedió,
catastróficamente, para las FFAA).
<br />
Sin embargo, ese
debate era duro al interior de las fuerzas, las presiones internas y externas
para intervenir eran grandes. Por un lado, asumir la DSN implicaba de hecho la
“necesidad” de intervenir, y los cambios de autoridades militares desde la
caída del general Carcagno, señalaban a la guerrilla como enemiga central del
país. Tanto Leandro Anaya[12]
como Alberto Numa Laplane[13]
así lo asumían, aunque fueran leales al gobierno o parte del proceso político
peronista. Segundo, cuando se producía el ataque a una unidad militar el
ejercito podía defenderse dentro del predio, pero no actuar fuera de él ni
perseguir posteriormente a los atacantes, eso era incumbencia de la policía,
como también las investigaciones posteriores. Estas situaciones en el marco de
una fuerte propaganda, generaban un progresivo corrimiento del consenso hacia
la intervención directa. Y es comprensible que fuera Tucumán, donde se decía que
la policía era impotente para frenar la implantación del foco rural, el primer
paso. <br />
A pesar de no tener
participación legal directa legalmente organizada, como señalamos; fuera por
que era parte de sus tareas o porque lo realizaban más allá del poder político,
sectores de las FFAA mantuvieron su atención e implicancia en la lucha contra
la guerrilla, ilegal o indirectamente. Realizando tareas de inteligencia o
vinculándose (algunos sectores) con grupos paramilitares. Tal es así que el
mismo general Carcagno en 1973 le reconocía a la conducción montonera que no se
cumplían necesariamente todas sus instrucciones como Comandante General[14].
Ello también fue fuente de duros enfrentamientos internos, que llevaron a la
muerte de un coronel (el coronel Martín Rico quien investigaba las AAA y tenia
vínculos de inteligencia con Montoneros), a la desestabilización del general Leandro
Anaya, y a un casi tiroteo entre la unidad militar a cargo de la seguridad de
la quinta de Olivos (los granaderos al mando del coronel Jorge Sosa Molina) y
los paramilitares de Lopez Rega. Si bien había tres fracciones en las fuerzas
respecto a la opinión de que hacer frente al proceso político y con el
paramilitarismo, el consenso era que la violencia es potestad del estado y
específicamente de las FFAA. Por ello una razón de la intervención militar fue
monopolizar la represión. Siendo así, es claro que, a partir de la extensión de
la jurisdicción militar a todo el país, el paramilitarismo prácticamente
desapareció. <br />
<br />
El consenso intervencionista<br
/>
<br />
En el “Diario…” de
Vilas parte de estas polémicas que son reflejadas con claridad. Específicamente
las que se refieren a dos temas. Los debates respecto del gobierno al interior
de las fuerzas, como la cuestión del “Profesionalismo integrado” y la guerrilla
como enemigo principal o no. Es importante detallar ambas, ya que Vilas expresaba
su punto de vista y su posición, buscando distanciarse del peronismo para
congraciarse a fondo con
La idea de
“Profesionalismo integrado” era una de las posiciones que debatían las FFAA
desde 1973. Ese debate se profundiza durante 1974 y aparece en este texto de
Vilas con claridad. Todo un espectro de militares peronistas, de diversas
tendencias, y nacionalistas proponían algún tipo de relación con el “proyecto
político popular”. Podemos señalar al coronel Vicente Damasco, el coronel Jorge
Sosa Molina o al general Numa Laplane entre varios más. Aunque este grupo tiene
una amplia heterogeneidad en sus vínculos con el heterogéneo peronismo. Esta
línea se ve en las instrucciones que Anaya mandó para desarrollar el Operativo
a principios de 1975 (que incluye Vilas en su “Diario…”), donde las categorías
“gobierno popular” y similares aparecen en el documento militar. Frente a estas
tendencias se encuentran los “profesionalistas”. Que en realidad son todos los antiperonistas
y “anticomunistas” más duros: desde Videla y Viola; hasta Menéndez, Riveros y
Suárez Mason. Jefes con mando de tropas. O sea que la cuestión de
“Profesionalismo” vs “Profesionalismo integrado” representaba en 1974/75 la
forma en la que las FFAA procesaban la disputa peronismo/nacionalismo/nacionalismo
popular/ vs. antiperonismo/liberalismo/nacionalismo reaccionario; habiendo sido
el antiimperialismo (Carcagno, Cesio etc.) la primera víctima de la lucha
política. <br />
De la misma forma
la discusión sobre la guerrilla se fue resolviendo paso a paso, aunque más
rápido que la cuestión del peronismo en general. Carcagno y su corriente
desarrollaban una política de relación con las fuerzas revolucionarias,
específicamente con Montoneros. Y su táctica era devaluar, en sus declaraciones
hacia dentro y fuera del ejército, el rol de la guerrilla, en tanto fuerza
armada, aislando políticamente a los más duros y comprometiendo a las FFAA en
un proceso de cambio social y político que consideraban irreversible. Eran los
“peruanistas”, antiimperialistas que aceptaban la discusión sobre cambios
radicales y pretendían neutralizar a los mas intransigentes. <br />
Su caída a fines de
1973 en el marco de la depuración del gobierno de “izquierdistas”, no eliminó la
idea de que el ejército no debía meterse directamente en el combate a la
guerrilla. Pero si de que la guerrilla no era un enemigo importante, después de
Carcagno reaparece en el discurso de las FFAA como una amenaza (debemos señalar
que lo hace en conjunto con el resto de los estamentos políticos del estado).
Sin embargo, a pesar de considerar a la guerrilla un enemigo, Numa Laplane
había indicado, en un acto militar de la unidad que comandaba (el I Cuerpo de Ejército)
antes de ser ascendido a Comandante general, que el que quisiera irse a
combatir a la guerrilla se pusiera el uniforma azul de la policía. Y Perón
insistía en esta tónica, de mantener separada defensa de seguridad. <br
/>
La muerte de Perón
el 1 de julio de 1974 abrió las compuertas para un nuevo escalón en la lucha
armada. Combinada con el deterioro de las variables económicas en forma abrupta
y la agudización de la lucha de clases. Hasta ese momento el viejo general era
un muro de contención. Y había señalado con claridad que la guerrilla seria
combatida por la policía, a pesar de que ya desde enero de 1974 los ataques a
unidades militares comenzaron a ser un hecho insistente, y la guerrilla de
monte fue descubierta en Tucumán. En enero de 1974, luego del ataque a la guarnición
de tanques de Azul, Perón, de uniforme militar, había salido por los medios
indicando que bajo cualquier nombre que se dieran eran un enemigo a eliminar.[15]
<br />
Sin embargo, en
febrero de
<br />
Estructura y despliegue del ERP<br
/>
<br />
Para poder interpretar
mejor a los escritos de Vilas, es necesario tener una visión general de que
era, como estaba constituida y como actuó
Quizás esta
victoria era muy probable. Analizando sólo el plano técnico-militar, por
ejemplo. Para derrotar al ERP el ejército argentino empeñó una fuerza que
osciló entre 20 y 100 veces superior. Perfectamente equipada y abastecida. Con
abundante financiamiento. Con una buena moral y entrenamiento; inclusive los
conscriptos, abrumadoramente en forma mayoritaria combatieron y cumplieron sus
funciones con eficiencia[16].
Y el ejército, además, violó todas las reglas de la guerra, con la complacencia
y/o protestas ineficaces de la clase política y sindical. Aunque sin dudas
actuó con gran inteligencia, sin dejarse tentar por las trampas estratégicas
que la guerrilla tiende para atraer a las FFAA hacia terrenos y escenario
desfavorables. Las FFAA vencieron en forma contundente en lo que hace a lo
estratégico, mucho más que en lo táctico. En combate abierto la guerrilla se
mostró competente, o al menos sólida y valiente. Pero esto no es un juego entre
guapos que paran en dos esquinas y se prepotean, y lo que importa es la
política no “los huevos” (aunque nunca están demás). Es bueno recordar la idea
del comandante de las FAR Carlos Olmedo, quien señalaba que: “los fierros pesan,
pero no piensan”. <br />
El ERP creyó
sinceramente durante meses que los militares tenían “miedo” de subir al Monte.
Que el ERP realmente estaba controlando el territorio, y aquí radica un
problema: “creerse” el mito. El PRT alimentó el mito de una guerrilla imbatible,
haciendo que pareciera muy superior a lo real. Los sectores (muchos mas amplios
que los militares) que impulsaban la respuesta militar total, cual toma de
yudo, recogieron el guante del discurso del ERP y, ante la creciente actividad
armada en general, desplegaron la represión abrumadora y sin límites. <br
/>
Mientras el PRT
hablaba de miedo,
Así el Ejército
asentado en el territorio podía esperar a la guerrilla rural en vez de irla a
buscar y allí correr el riesgo de caer en emboscadas o golpear en el vacío. Una
vez asentada la estructura militar, controlada la provincia, neutralizada o
aterrorizada la población (o ganada para la represión), ahí los militares
comenzaron a “subir al monte”. Preparados, con datos y bien entrenados. Los
acosados, cercados y derrotados en “miles de pequeños combates” (como señalaba
Giap) fueron los guerrilleros y no las FFAA (aunque hayan sido decenas no miles
combates, o caídas en transito del monte a la ciudad, dado el tamaño reducido
del escenario). <br />
Debemos aclarar dos
cosas. La respuesta de las FFAA fue de forma brutal, con secuestros, torturas
sistemáticas y desapariciones masivas. Superó lo imaginable. Pero no estaba
fuera del cálculo de las fuerzas revolucionarias, ya que en general, y
especialmente el PRT siempre señalo que la actividad revolucionaria,
“desnudaría la naturaleza represiva/fascista del gobierno peronista”, como
señalaba en sus publicaciones públicas. Esa desnudez debió (en la óptica de los
revolucionarios) quitarle las bases sociales y volcarlas al apoyo a los
revolucionarios/guerrilleros. Pero eso no fue así. O por lo menos no fue
“automático”, como la teoría supuestamente dictaminaba. La crisis del gobierno
peronista fue compleja y no decantó en un apoyo al accionar armado. Si para el
PRT-ERP Perón había desnudado su naturaleza fascista, para las grandes masas
trabajadores al morir seguía siendo su líder indiscutido. <br
/>
Ciertamente el
accionar represivo que la doctrina contrarrevolucionaria aplicada por Vilas (radicalizada
hasta el paroxismo por Bussi) define, llevaba a violar todas las reglas de la
guerra y de humanidad. ¿Podía haber vencido
Pero fue una
derrota militar clara también. Fue estratégica y táctica. Entonces por que si
el ERP podía ser derrotado de otra forma se uso esa. El tema esta más allá de
la guerrilla, no es una cuestión militar como la famosa consigna de Clausewitz
señala de la vinculación de guerra y política, es aún más allá de esto. Estaba
en el temor de un sector de la sociedad sobre el tener que compartir o discutir
los destinos del país. Por eso la represión y el terror fueron mucho más
extensos, era parte de un disciplinamiento necesario para un cambio estructural
que excedía a los guerrilleros existentes. No era la cuestión derrotar a los
guerrilleros (al menos no sólo esto y sin dudas no era el objetivo clave de los
grupos de poder que mediante la dictadura implementaron sus planes), el
objetivo era derrotar al conjunto del movimiento popular que sustentaba el modelo
de país nacido con el peronismo. Pero esto, es una hipótesis para otro trabajo.
<br />
Volviendo a
Santucho había enviado
a Luis Mattini para acordar con Fidel Castro una preparación militar eficiente
a cargo de instructores cubanos. Peor Fidel se negó, apoyar una guerrilla
contra Perón escapaba a los planes de Cuba y a la lógica geopolítica de la revolución
cubana. Pero a pesar de ello Santucho siguió adelante y señaló críticas a la revolución
que aparecen en los materiales del PRT de ese momento[18].
En lo que hace a esta introducción es interesante señalar la opinión de
Gorriarán Merlo: “Roby, más que entrenamiento militar, tenía conocimientos.
Como todos nosotros, tenía una práctica limitada. Era un buen tirador; había
sido el mejor tirador cuando hizo el servicio militar en la Aerotransportada de
Córdoba y además tenía unas condiciones innatas para la táctica. Complementaba
eso con determinadas lecturas y con algunas prácticas que había realizado en
Cuba. Pero no había recibido entrenamiento, como dicen algunos libros”. O sea,
los guerrilleros aprendían sobre la marcha. En realidad, Santucho imaginaba el
camino de muchos guerrilleros que con altos costos llevaron adelante la lucha
armada en muchos tiempos y lugares. Aunque la mayoría eran campesinos muy conocedores
del terreno. <br />
La idea guevarista
era en algún momento bajar hacia Argentina y unirse a alguna fuerza guerrillera
que (con el periodista Jorge Masetti[19]
a la cabeza, el “comandante Segundo”) debía estar instalada en algún lugar de
Salta. Luego de la fácil destrucción (casi autodestrucción) del grupo de
Masetti hubo otras hipótesis e intentos rurales similares, que en general fueron
abandonados por los sucesivos fracasos, y por que la característica social
Argentina invitaba a pensar que la resolución del conflicto era urbana. Pero el
PRT siempre la mantuvo. <br />
Tucumán, en la zona
donde operó la compañía de Monte (departamentos de Famaillá y Monteros), abarca
una superficie de 2199 km2 y tenían en ese entonces unos 122773 habitantes
según los censos recientes. Podemos ver que la zona de operaciones se
encontraba dividida en dos partes claramente diferenciadas. Una llana, en torno
a la ruta 38 donde se encontraba la mayoría de la población; y otra montañosa
paralela, a cierta distancia, con densos bosques, dificultosa transitabilidad,
buena humedad y dificultosa observación aérea y terrestre. Propicia para
movimientos de un grupo insurgente. La primera zona contaba con las poblaciones
de Lules, Famaillá, Acheral, Monteros y Concepción (hubo operaciones y combates
en todas). Y toda la zona estaba cubierta de explotaciones de caña de pocas
hectáreas. Existían en los pueblos una textil de 1800 obreros y 4 ingenios
(Fronterita, Ñuñorco, Santa Rosa y Providencia) con unos 2000 obreros en total,
la mayoría golondrinas o sea semiocupados y muy pobres. La zona tenía tradición
de lucha. <br />
La FOTIA
(Federación Obrera de trabajadores de la Industria Azucarera) era un gremio muy
poderoso de prestigio nacional, protagonista de importantes luchas desde
“siempre”; inclusive un gremio destacado en la gestación del 17 de octubre
de1945. En esos años era conducido por Atilio Santillán[20]
y venia llevado adelante un plan de lucha en confrontación con el gobierno
nacional. Era un gremio peronista, pero sus sindicatos de base tenían
implantación del PRT. Organizaba en época de zafra a unos 60000 trabajadores. Guarda
cierta lógica que se hubiera elegido esa zona para el accionar de una columna
rural, y que tanto las FFAA, como las fuerzas de la resistencia, o la guerrilla
tuvieran como posible lugar de desarrollo de la insurgencia esa zona, como
hipótesis, desde el golpe contra Perón y se instalara la primera experiencia
peronista: Uturuncos en 1959[21].
<br />
El PRT siempre
sostuvo la necesidad de una “retaguardia” rural. Señalaba Santucho que en las
ciudades es imposible mantener unidades militares permanentes y menos en tamaño
compañía (100 hombres) o batallón (500 hombres), en cambio en el campo esto era
algo mucho más posible. En la ciudad el guerrillero opera y desaparece
reabsorbiéndose en la sociedad. En el campo se repliega a lo profundo de la selva,
pero continúa en forma permanente siendo parte de una unidad militar, lo que
permite ir construyendo un ejército regular. En una estrategia de “guerra prolongada”
esto es fundamental (en una insurreccional sería distinto). <br />
Así la estructura
del ERP, debía contar con escuadras de en torno a 10 hombres, mandadas por
sargentos; pelotones de unos 20 hombres mandados por tenientes (o si tenía tres
escuadras y cada escuadra más de 10 hombres el pelotón sería más numeroso);
compañías, con entre 3 y 5 pelotones, mandadas por capitanes; y Batallones de
Para mayo de 1974
Santucho mismo subió al monte para darle impulso a la protoguerrilla rural, El
jefe del PRT tenía la firme idea de que debía lanzarse cuanto antes. Unos 30
hombres estaban en mayo del 74 haciendo sus prácticas y, por casualidad, 12 de
ellos armados y uniformados fueron vistos por una unidad policial: habían sido
detectados. La versión de que una guerrilla rural estaba en Tucumán corrió en
los ambientes políticos y se realizó el primer operativo policial masivo. Bajo
el mando del comisario Villar, entre el 19 y 26 de mayo, la policía Federal
realizó un rastrillaje con más de 600 hombres (apoyados por personal de
Se encontró un
campamento abandonado
Santucho que se
encontraba a cargo de la instrucción en ese momento indico que se debía eludir
el cerco, que las fuerzas policiales apoyadas logísticamente por el ejército,
intentaban tender. Lo cierto es que la policía no estaba preparada para una
operación de ese tipo contra una guerrilla aceptablemente organizada y bien
conducida. Así la operación del gobierno golpeó en vacío. Y para mantener
detenidos a los presuntos colaboradores (algunos lo eran efectivamente) era
necesario suspender el ejercicio de derechos básico, como se hizo posteriormente
con las consecuencias conocidas. <br />
Ese fue el momento
propicio esperado por Santucho y los más entusiastas partidarios de la
guerrilla rural. El 30 de mayo, al día siguiente de que las fuerzas policiales
habían abandonado el pueblo de Acheral,
A partir de Acheral
se lanza una campaña de acciones simples y la guerrilla rural aumenta su
presencia. Comienza en el monte la etapa de "propaganda armada”. Tomaron la localidad de
Siambón en Tafí donde copan la comisaría y se arenga a la población (24 junio).
Robaron un camión cargado de azúcar del Ingenio San Pablo, repartiéndola en
Villa Carmela (25 julio). Y coparon la fábrica Norwinco cerca de Bella Vista,
arengando al personal (26 julio). <br />
El 1 de Julio moría
Perón. Este hecho es de enorme importancia. Como vemos se dio en medio de las
primeras acciones sistemáticas de la compañía de Monte. Con la muerte de del
General los embrionarios grupos paramilitares desataron una oleada de ataques
que causaron la pérdida de cientos de vidas, principalmente en la izquierda
peronista. Es así que en agosto el PRT consideraba que el ERP esta en
condiciones de pegar un salto en la calidad de las operaciones. Es
evidentemente una respuesta militar de todos los actores al cambio de situación
política que se sucede con la muerte de Perón y al notorio incremento de la
violencia. Podríamos interpretar esto con la lógica de “ascenso de los extremos”
planteada por Clausewitz[24].
Aunque la violencia es paramilitar, el ERP ataca al ejército, al que considera
verdadero actor de la violencia detrás de los paras, y esqueleto de la reacción,
o más bien del estado burgués que resiste la revolución. <br />
Para mostrar su
poder el ERP realizó dos acciones de mayor envergadura que simple propaganda, y
simultáneas. El intento de toma del regimiento de Infantería Aerotransportada
17 de Catamarca y la toma de
La primera de estas
operaciones, se relaciona directamente con la guerrilla de Monte. Implicó una
movilización de combatientes guerrilleros de las ciudades para reforzar
Cuando estaban en
el punto de reunión fueron vistos por los vecinos de la zona en que andaban en
bicicleta, los consideraron sospechosos y avisaron a la policía. Esta se acerco
al lugar de concentración previa al ataque y se entablo un combate en el que ya
hubo bajas de ambos lados. Con la sorpresa perdida, los guerrilleros iniciaron
una difícil retirada en dos columnas. Una con el Estado Mayor de
Es de destacar que
el ERP debe reforzar con gente de afuera a
Los crímenes del
ejército produjeron que el ERP resolviera lanzar una campaña de ejecuciones
indiscriminadas de oficiales en modo de represalia. Lo que llevó a que comandos
guerrilleros en distintos lugares del país mataran oficiales por la simple razón
de ser fáciles de matar. Llegando en diciembre a matar a un capitán con su hija
de tres años en brazos, lo que impacto muy mal en la sociedad y terminó de
resolver la voluntad de las FFAA de presionar por hacerse cargo de la represión
a la guerrilla y todo lo vinculado a ella[27].
<br />
La presencia activa
de la guerrilla rural era evidente y, como es lógico, aparecía como un fantasma
de dimensiones indefinidas lo que hacia crecer su amenaza y el prestigio del
ERP. Como también la sensación de ingobernabilidad e incapacidad del gobierno
de monopolizar la violencia, atributo central del estado y la soberanía. Cuando
hablamos de “prestigio” no necesariamente nos referimos a una inmensa simpatía política
en las masas, sino más bien a “prestigio militar”, o sea a cierto impacto por
su nivel de operatividad. Las masas en general respetan a los grupos audaces y
activos, más allá de sus ideas políticas, a “bandidos sociales”, e incluso a delincuentes
comunes capaces de grandes robos no muy sangrientos. La transformación de ese prestigio
en política es otra cosa, posible poro no lineal. <br />
La respuesta fue un
nuevo operativo contraguerrillero, de gran envergadura. Entre el 13 de agosto y
el 2 de setiembre, fuerzas policiales apoyadas por pequeños grupos de efectivos
militares de
Luego del desastre de Catamarca,
Santucho subió al Monte y reorganizó la compañía en tres pelotones capaces de
operar autónomamente. Podemos considerar este momento el de “profesionalización”
o transformación de la compañía en una fuerza “regular”, con unidades bien
definidas, grados, condecoraciones, rituales de asensos etc. Forma en la que
permaneció durante el periodo que estudiamos, antes de su decaimiento. Para esos meses el ERP sumó nuevos refuerzos del resto del país e
incorporó simpatizantes obreros y campesinos de la zona a la compañía. También
por primera vez se incorporaron 3 mujeres. Aunque (insistimos) la Compañía no
era nutrida principalmente de tucumanos, y estos últimos no eran
mayoritariamente pobladores de la zona. Los tucumanos, como todos los miembros,
eran en general militantes entusiastas y no “base social” de un ejército
guerrillero en crecimiento. <br />
Luego de Catamarca
y Villa María reforzado con nuevos hombres y armas, el ERP lanza nuevas
operaciones. En búsqueda de posibles delatores entre los lugareños colaboradores
de las fuerzas del Estado toman el pueblo de Santa Lucía y fusilan a un policía y un
vecino[28]. Los hacían responsables
de la muerte de Ramón Rosa Jiménez (jefe del primer grupo de exploración de la
compañía dos años antes). La fuerza del ERP dividida en 4 grupos ocupa la
central telefónica (para aislar al pueblo), la comisaría, los accesos y buscan
a los acusados. Es de interés esta acción del ERP porque se da en medio de un
duro conflicto que mantiene la FOTIA y que la coloca en el centro de la lucha
política. Provocó debates al interior de la organización gremial y entre las
bases. Lo que es lógico sin dudas, un conflicto gremial que afecta a la mayoría
de los trabajadores de la provincia, de su principal industria, duro, con posibilidad
que se elevara a niveles de enfrentamiento en las calles y rutas (ya se daban los
primeros enfrentamientos), como era común desde hacía décadas, con operaciones
guerrilleras en la zona desataba miedos “insurreccionales”. Santillán señalaba
en los medios que los obreros debían pelear duro, pero no caer en locuras (como
para mantener la dirección, ya que los delegados de izquierda acicateaban la
lucha de calles). Santillán se preocupaba por diferenciar al gremio de la guerrilla.
<br />
Sin embargo, es claro que el PRT no
realizó esta acción en relación con el conflicto gremial. Fue la ejecución de
colaboradores de las fuerzas de seguridad relacionada con el pasado y no con el
conflicto gremial. Y la arenga a la población del pueblo
estuvo orientada a la explicación de la ejecución y difusión de un programa
para los cañeros y obreros, excedió el conflicto. Pero lo cierto es que la
situación parecía explosiva en la provincia, con todos los ingredientes para
atemorizar.
Así 24 de setiembre de 1974, en la plaza del pueblo son ejecutados como muestra
de ejercicio de poder ambos condenados por la justicia revolucionaria, el ERP
intentaba mostrar “doble poder”[29]. El debate sobre la
coincidencia y realimentación o divergencia y desmovilización, que producen las
acciones guerrilleras en coincidencia con procesos de lucha de masas está abierto
aún, y no es tema de esta introducción. Lo cierto es que Tucumán, también para hacer
un balance de estos temas, es un escenario interesante. <br
/>
El ERP buscaba posibles
colaboradores de las fuerzas del estado y los ejecutaba, aunque no se repitió
sistemáticamente, esa era la doctrina vigente para las fuerzas revolucionarias.
Ese mismo mes el PRT sufre un duro golpe, caen todos los responsables de la
regional Tucumán del PRT que permanecieron detenidos hasta 1983. El 2 de noviembre
copan el pueblito de Los Sosa. El 15 de noviembre una unidad de
Hasta aquí es la
situación previa al Operativo Independencia. Es la que se puede leer en forma
menos detallada y con las apreciaciones propias en las primeras páginas del
escrito de Vilas. Es interesante señalar algunas cuestiones. Nos llama la
atención un cierto excesivo optimismo de la dirección del PRT en el desarrollo
de la Compañía de Monte del ERP. No parece ir de la mano con la realidad. Si
bien
La propaganda
armada funcionaba bien. La población sí los escuchaba y puede imaginarse que
había alguna corriente de simpatía en una provincia en la que (en ese entonces)
había una tradición combativa. Pero la única operación militar de envergadura
(Catamarca) fue un fracaso muy duro. La compañía seguía siendo muy chica y las fuerzas
represivas aun no se habían empeñado en forma sistemática, ni en lo militar
estricto, ni en la “acción psicológica”. Además, la represión al Partido y las
bases comenzaba a hacer estragos. <br />
En este sentido
vemos que el optimismo, se relaciona con la creación del “mito de invencibilidad”.
La “creación del mito”[32]
era una tarea que la doctrina guerrillera señalaba como fundamental para
multiplicar la incidencia social de la acción guerrillera. Pero una cosa es el
mito y que este opere en las masas como efecto de respaldo y apoyo, y otro es
que ese apoyo se concrete en la realidad; y aun peor creerse el propio mito.
Quizás un “moderado optimismo”, que en una estrategia de largo plazo podía
esperar una maduración, era aceptable. Los intentos de desarrollo rápido no
parecían ser los que convenían al ERP. Y aquí esta uno de los problemas. Mas allá
de la teoría de GPP[33]
(o guerra civil prolongada para el PRT), la idea imperante era de corto plazo.
Influenciada por el aparente rápido desarrollo de la revolución cubana,
interpretada como una progresión vertiginosa desde el desembarco del Granma con
unos poquitos sobrevivientes hasta la entrada en La Habana (desde el 2 de
diciembre de 1956 al 1 de enero de 1959) solo dos años, con un levantamiento de
masas. Una aparente Blitzkrieg revolucionaria. Pero ese proceso no era así. La revolución
se debía rastrear al intento de toma del Moncada y aun a la revolución de 1933.
Aun así, Fidel Castro, no basó su estrategia en una GPP, siguió la experiencia
histórica de su país. Los vietnamitas y los chinos desarrollaron la lucha
armada durante décadas. <br />
Según las fuentes
del PRT-ERP, confiables, que en la actualidad están fuera de la propaganda o la
generación del “mito”, el tamaño del ERP en el monte en su máximo desarrollo
podía llegar a 75 combatientes y, si el Estado mayor del ERP con Santucho se
encontraba en el lugar, se hacían extensibles a 80 hombres. Había tres
pelotones en distintos campamentos fijos. En el intento de ataque a Machalá, el
28 de mayo de 1975 cuando hubo más gente en la Compañía con 137 presentes en el
monte, y fue reforzada especialmente, se movilizaron 117 militantes a la
operación. Para el ataque a Catamarca había en el Monte como vimos unos 70 y
hubo que pedir refuerzos. <br />
La compañía se
organizaba de la siguiente forma. Una escuadra con 10 integrantes podía disponer
en una situación ideal de 4 FAL, 3 Batam, ametralladoras de mano y pistolas.
Dos escuadras eran un pelotón, que además tenía un teniente a cargo. Y había un
pelotón por campamento Un pelotón podía disponer de un FAP y llegaba a los 25 hombres
en total en forma ideal. Los campamentos eran fijos, lo que para la situación
embrionaria y en una zona tan reducida llama la atención. <br />
Con en inicio del
“Operativo Independencia” a principios de 1975, que es objeto de este estudio introductorio
y donde se encuentra el mayor interés del “Diario…”, Vilas encontró para
enfrentar como máximo esta estructura guerrillera que describimos. <br />
La guerrilla en combate con Vilas <br />
<br />
Mientras tanto el
18 de enero de 1975, con el Operativo aprobado y en instalación, el ERP toma el
pueblo de Potrero de las Tablas donde realizan una asamblea denunciando a los
terratenientes de la zona que explotan campesinos cañeros, incendian la comisaría
y ejecutan a un vecino colaborador del ejército acusado de delatar militantes sindicales
del ingenio cercano. El 9 de febrero de 1975, la compañía organiza una
emboscada en el borde norte del dispositivo de cerco ya instalado por la V Brigada
con 7 efectivos. En otra operación toman el pueblo de
El 14 de febrero se
produce el primer combate entre efectivos de
Aún así la doctrina
guerrillera implicaba que se debía esperar en continuo movimiento que las
unidades militares penetraran en el Monte a buscar una guerrilla, la que nunca
sabrían donde estaba. Y entonces tender emboscadas que permitieran ir
aniquilando pequeños grupos de efectivos. Así acumular pequeñas victorias,
alimentar el mito de la invencibilidad de la guerrilla, lograr el respeto de la
población, la idea de que se puede uno incorporar a una fuerza victoriosa, y
minar la moral de las FFAA. Pero Vilas optó por una estrategia distinta. Se
“sentó” a esperar, sin jugarse demasiado, mientras recogían información,
desarticulaban los trabajos y contactos de la guerrilla en la ruta 38,
destruían la estructura del PRT-ERP en la ciudad de Tucumán, organizaban
entrenaban y fogueaban sus fuerzas. Esto generó, como veremos, y Vilas relata
en su “Diario…”, exasperación entre los militares que no veían éxitos, sin embargo,
sostuvo su estrategia de ir paso a paso, como hoy sabemos, con gran éxito. El
mismo PRT acusaba de “cobardes” a los militares. <br />
Pero el problema no
es lo que hizo Vilas, sino como la guerrilla respondió al escenario que se le
presentaba. La posición de las fuerzas del ejército sobre el terreno aislaba al
ERP de sus bases sociales y le impedía realizar propaganda o cualquier acción
sin empeñarse en combate. O sea, en combate por iniciativa propia en una etapa
de desarrollo guerrillero muy incipiente. El ERP tenía una “doctrina” o algo
similar que se puede deducir de sus acciones. Atacar grandes unidades militares
fijas. Esto era novedoso, las guerrillas no realizan estas acciones, salvo
cuando ya tienen numerosos combatientes y están en transito a ser un ejercito.
Por eso mismo el ERP pensaba que esto era una gran sorpresa, las FFAA podían esperar
que el ERP atacara un cuartel, aun el mas grande del país (como Azul), y hay
demasiados para que estén todos alertas. En esta forma de operar del ERP, su
despliegue concreto implicaba seleccionar una unidad militar destacada; elegir
un día que pareciera propicio por menor cantidad de efectivos o la razón que
fuera; golpear con fuerzas inferiores, pero por sorpresa el centro de gravedad
de la unidad, detener o ejecutar a sus jefes, impidiendo así que los militares
pudieran organizar la defensa y el contraataque; y luego retirarse con material
y prisioneros. <br />
A favor del ERP
podemos decir que una lectura al vuelo de Clausewitz induce a pensar que una
fuerza militar debe atacar y destruir el centro de gravedad del enemigo, que
vale la sorpresa y la superioridad táctica en el sector donde la acción se desplegará.
O que los soviéticos en la segunda guerra habían vuelto locos a los alemanes
con la “maskirovka”[35],
el enmascaramiento, que implicaba un situación de sorpresa que impedía a los
alemanes concentrar sus reservas en algún lugar del frente. O la blitzkrieg[36],
etc. Es probable que Santucho se inspirara en esto, o que lo hiciera a través
de sus lecturas de Mao o el Che, que sin dudas habían leído y estudiado y
(especialmente Mao) desarrollado una guerra, con estos estudios a cuestas. Pero,
insistimos en señalar que, de Clausewitz, Guderian o Zukov; inclusive de Mao,
Ho o el Che, a la guerrilla argentina y la situación concreta de las fuerzas
militares enfrenadas existe más que un abismo, no hay comparación. <br />
Si bien, a pesar de
esto, los ataques a cuarteles no fueron desastres sistemáticos; si fueron, en
un balance general negativos. Lo cierto es que en el momento crearon una imagen
del ERP muy poderosa. Y el Ejército en ese entonces consideró al ERP como un
enemigo casi “personal”. Y con esta doctrina a cuestas el Estado Mayor de la
compañía baja a la capital de Tucumán y estudian con la regional del PRT la
posibilidad de realizar un importante operativo. Frente al desafío que la
“inacción” de Vilas implicaba, el ERP decidió salir del Monte con una operación
de envergadura: el ataque Centro de Comando Táctico de
Si la acción
hubiera salido bien sería inédito en América Latina. Se debía tomar todo un pueblo,
el más grade hasta el momento, derrotar a los militares en su centro de mando,
matar a su jefe y retirarse. Nuestra visión es que eso era una apuesta tipo
“todo a la cabeza”, básicamente demasiados factores debían darse para que fuera
un éxito. La operación de planificó para el 29 de mayo aniversario del
cordobazo y día del ejército, para multiplicar su impacto simbólico. <br
/>
Los 117 combatientes
guerrilleros se concentraron en la finca Sorteix el 27, a
La operación se
adelantó para el 28, el ERP sospechaba que un peón que se había escabullido
podía avisar al enemigo. A las 16 horas partieron en una camioneta F100, un
Rastrojero y dos camiones Mercedes Benz. El ejército había obtenido información
también a través de su trabajo de inteligencia (recordemos que el ERP no vivía
del terreno y que había movilizado fuerzas desde fuera del monte) que algo grande
se preparaba, pero no sabia donde (algo que se repite en varias operaciones del
ERP), se encontraba en alerta. Como vimos un poblador identificó a los
guerrilleros concentrados en la finca el 28 de mayo y dio aviso al ejército. Como
también entre los numerosos detenidos el 27 uno de ellos estaba en posesión de
un cuaderno con croquis y anotaciones de
Así al poco de
salir del Monte la columna guerrillera se topó con un grupo de soldados (12
conscriptos y dos suboficiales) que estaban pintando una escuela en Machalá en
las típicas tareas de “acción cívica” que el ejército realizaba intensamente en
esos tiempos con fondos del Ministerio de Bienestar Social. Irurzún al mando
del grupo principal de asalto de 35 hombres abrió fuego contra ellos. El resto
de la columna rodeó a los militares, y los guerrilleros entablaron combate
contra ese grupo que se atrincheró en la escuela. La sorpresa estaba perdida.
Un camión militar circulaba por el lugar con materiales destinados a la escuela
también se vio envuelto en el combate. Los guerrilleros interpretaron que estos
movimientos implicaban que los estaban esperando y los iban a rodear (creyeron
que el camión traía más refuerzos). Quizás la columna guerrillera hubiera
podido pasar desapercibida hasta llegar a Famaillá si Irurzúm no se hubiera
decidido a atacar al grupo de soldados de Machalá. Sin embargo, la sorpresa
seguía dependiendo de que la Brigada (que se encontraba en alerta) no tuviera
algún retén, no se sospechara del desplazamiento y finalmente, que al llegar a
Famaillá los militares no los estuvieran esperando. Si bien no los esperaban en
ese lugar específico de Machalá, sí estaban en alerta con refuerzos para
repeler un posible ataque y conocían que algo podía pasar en Famaillá. <br
/>
Lo cierto es que el
combate dejó 2 guerrilleros muertos y 3 heridos, y 5 heridos entre los
soldados. La guerrilla se replegó antes de que llegaran masivamente unidades
militares y los aniquilaran. Eso sin dudas fue un éxito como el ERP
propagandizó. Sin embargo, la guerrilla
abandono mucho material e información útil a la inteligencia militar y la cacería
se prolongó varios días. Además, lo cierto es que la mayor movilización
guerrillera de
Mucho se discute
donde el ERP fue destruido, en general la sangrienta derrota en diciembre de
1975 con el fracaso del ataque al cuartel de Monte Chingolo suele fecharse como
“el fin del ERP”. Sin embargo, esa catástrofe militar, aun siendo muy
destacada, fue solo el corolario de problemas estratégicos de arrastre. Además,
toda lucha militar es esencialmente política y, si bien una batalla puede
definir una guerra, lo cierto es que es solo un fenómeno definitorio entre un
conjunto de fenómenos que se articulan con ella. Y más aún en la lucha revolucionaria,
que es “esencialmente” política. La derrota de Machala fue política más que
militar. Monte Chingolo es una derrota militar grave, pero la derrota era
previa y, creemos, que se puede fechar en torno a estas fechas. Machala es muy
duro para el PRT-ERP, las FFAA pasan a la ofensiva y la guerrilla pasa ser
acosada. El ERP herramienta central del PRT pasa de acosador a acosado. <br
/>
El resto del año,
el escenario anterior se profundizó, los movimientos del ERP llevaban al
combate en condiciones difíciles, en el terreno ya preparado por el ejército. Y
las bajas se multiplicaron. Aunque el PRT (y los revolucionarios de entonces)
sostenían que el mismo Fidel Castro había sido casi aniquilado en el desembarco
del Granma y lo mismos en Moncada y al final había triunfado. Sin embargo, las
situaciones ejemplificadas solo tenían un paralelismo retórico. <br />
El 18 de julio un
pelotón reforzado (36 hombres) de
La Compañía de
Monte se encuentra dividida en tres campamentos. En el norte la Horqueta, a
cargo del teniente “Bartolo” (Roberto Eduardo Coppo con 4 hombres. En
el centro en Niño Perdido, a cargo del capitán “Raúl” (Lionel
MacDonald) con su estado mayor; en total 8 hombres. Y en el sur en
Yacuchina, a cargo de teniente “Marcos” (Raúl Penayo) con 5 hombres. <br
/>
Los combates
siguieron. En setiembre, una Fuerza de Tareas ataca un nuevo campamento guerrillero
produciendo unas 17 bajas según el parte militar (suponemos que entre muertos y
heridos). Pero en la retirada el día 5 en una emboscada del ERP murieron un
subteniente y un conscripto en el conocido como “combate de Potrero Negro”[39].
El día
7, murió en otro combate un teniente, y en otra misión de patrulla murió un
cabo primero. El 12 de ese mes,
El 19 de setiembre
el ejército destruye una base logística en la ciudad de Tucumán. Para esta
época Montoneros envía al Monte a un grupo de hombres para hacer una
experiencia común con el ERP. Estos, luego reforzados, harán una patrulla de
exploración en la zona del dique El Caudillal donde serán cercados y muertos (ya
en 1976). Entre ellos el jefe montonero Juan Carlos Alzogaray detenido y
asesinado a golpes y bayonetazos, según su mismo padre el Tnte General Julio Alzogaray
pudo comprobar[40]. El objetivo Montonero
era establecer una fuerza de monte semi urbana que se insertara en la zona de
los cañaverales y pueblos, no una guerrilla tradicional. <br
/>
Para esta época
Vilas lanza su Plan Táctico N 6. La planificación de
En esta situación
el Combate de Acheral o Arroyo San Gabriel fue paradigmático, para ejemplificar
la derrota estratégica que el ERP arrastra. Y es una dura derrota guerrillera
táctica con 12 muertos. El 7 de octubre la guerrilla planifica la emboscada a
un camión militar. Sin embargo, previamente pasa una patrulla y la unidad del
ERP decide acabar con ella. Allí consigue matar a un conscripto y herir a otros
dos. Pero cae un sargento del ERP jefe de escuadra. Al día siguiente el
ejército contraatacó, matando a un capitán (capitán “Pablo”, Juan Carlos
Molina) del ERP y perdiendo un soldado en el combate. La operación es
sorprendente, porque la unidad guerrillera y la del ejército se cruzan e
intercambian cigarrillos sin reconocerse en un principio como enemigos. El
mismo día en la misma zona son muertos Asdrúbal Santucho (Capitán del ERP) y
Manuel Negrín (teniente del ERP). El 10 de octubre Santucho ordeno trasladar el
material bélico que se encontraba en la comandancia, llevarlo a la zona de San
Gabriel para entregarlo al área de Logística Nacional de la organización. Es
parte de la decisión de reforzar las compañías urbanas ante la mayor
conflictividad en las grandes fábricas y que el PRT evaluaba debía ser
combinada con una guerrilla reforzada y operativa en esas zonas[41].
<br />
Para esa difícil
operación (debía moverse por ruta 38)
Entre el 15 y 16 de
octubre la situación crítica se discutió en plenario. La crisis era evidente,
más en el monte. No sabemos cuanto de certeza había en la dirección del PRT, o
en Santucho mismo de esto, lo que si creemos poder afirmar que el líder
perretista y sus cuadros mas decididos confiaban en que el proceso de lucha iba
hacia delante y que las derrotas eran solo tácticas[43].
Sin embargo, la retirada de la mayor parte de los guerrilleros que quedaban,
hacia Córdoba o Buenos Aires, estaba en entre las decisiones que se discutieron
en la reunión. Una parte de la militancia no era
optimista. <br />
En una misión de
patrullaje, el 17 de octubre, en proximidades de Los Sosas, un
pelotón fue emboscado por los guerrilleros, dejando un saldo de cuatro soldados
muertos y dos heridos. El 18 el ejercito llegó al campamento central del ERP,
obligando a una etapa de repliegue bien profundo y acelerar los intentos de
salir del monte. Las caídas que se producirán en esos intentos, y en la
persecución implacable que Vilas ordena en la nueva fase, aumentan la presión
sobre los restos de
El 24 de octubre de1975
en un combate nocturno, murió el subteniente y dos soldados[44].
A fines del mismo mes, se produjo un enfrentamiento en “Finca Triviño” con
guerrilleros que bajaban de la montaña. Murieron 7 guerrilleros, entre ellos un
teniente y un sargento. El 8 de noviembre de 1975, en otro enfrentamiento, en
Las Higueritas, el Ejército perdió un cabo y un soldado[45].
Debemos aclarar que, en el PRT, y en Santucho en especial, existía una plena
convicción de que el proceso revolucionario iba hacia delante (aun en los
momentos de que su fuerza estaba acosada) y que se debía mantener una unidad en
el monte tucumano; esta debía servir de base y de símbolo para volver a
reforzar la guerrilla rural en un plazo no muy largo. Es así que se entiende
las experiencias de El Caudillal[46],
o, aun años después, cuando Enrique Gorriarán Merlo intentó volver al país, lo
planteó instalando una columna en el monte, (en pleno proceso hacia los
primeros ochentas) como estrategia para abordar la crisis de la dictadura que
ya era visible. Lo que queremos señalar es la muy fuerte convicción que en el
PRT existía de la necesidad y pertinencia de una guerrilla rural. <br />
Según el ejército
el tiempo de estadía de Vilas al mando de la brigada dejó el saldo de
37 combates; 58
campamentos e instalaciones de la guerrilla destruidos; 18 emboscadas tendidas
por el ejército con resultados positivos; 160 bajas enemigas y 53 propias. Entenderemos
como “bajas” al ser presentadas por el Ejército, a efectivos fuera de combate:
muertos y detenidos en el caso del ERP, y muertos y heridos que no pueden
volver a combatir en el caso de las FFAA y SS.
O sea, no a los desaparecidos. Por esta misma razón no es necesario que
las cifras sean coincidentes con las “bajas del campo popular” presentadas en
los estudios de Izaguirre; ni con la contabilidad de desaparecidos de las
diversas comisiones de DDHH que han trabajado el tema. <br />
Obviamente las
bajas de la guerrilla incluyen las de la ciudad y los pueblos, ya que la
compañía sufrió menos de 160 bajas en combates directos; y también incluyen
bajas que son ejecuciones, eso debe ser tomado en cuenta[47].
Vemos como en varios combates no hay heridos, lo que es fuerte indicio de
ejecución de heridos (como todo, son indicios que es necesario demostrar). Pero,
aun así, con el resultado de ocupación del territorio por las FFAA, con el control
de la población civil, la adscripción de las fuerzas políticas y sindicales, la
disminución de los conflictos y la destrucción de toda la logística y actividad
de organizaciones revolucionarias mas allá de lo militar, la victoria de las
FFAA es muy amplia, podemos afirmar que total[48].
<br />
Pero, con gran
tenacidad y convicción de la necesidad de un foco rural, en los primeros meses
de 1976 la Compañía seguía operativa, aunque ya muy desgastada. En la zona del
dique El Caudillal donde buscaba instalar un nuevo campamento, eludiendo el
cerco, el grupo fue detectado y destruido, cuando se encontraba aún en fase
exploratoria (mencionamos que este intento guerrillero era paralelo y sin coordinación
con el ERP por parte de Montoneros). Podemos concluir que
Las acciones del ERP
eran contra un enemigo superior, que se hacia mas fuerte cada vez. Mejor asentado
y fortificado. En una situación política donde el aislamiento de la guerrilla
crecía y en una situación logística que se hacia cada vez mas riesgosa, sólo podían
llevar a la derrota, como intuían varios de los protagonistas de la guerrilla
al ver la sobredimensión de los objetivos asignados. Quizás sea acertado este
balance de Luis Mattini, sucesor de Santucho en la jefatura del PRT: “la idea
nuestra era una guerrilla rural, que en el caso de Argentina obligara al
ejército a ir a combatirla, sacarlo de las ciudades, llevarlo al lugar donde la
geografía compensaba las diferencias (…) lo del ERP no se puede calificar de
soberbia, pero en todo caso tuvimos una enorme subestimación del enemigo. Y el
enemigo no nos subestimó, nos sobrestimó.” El ejército con sus miles de hombres
podía soportar algunas decenas de bajas, la guerrilla no. Ya que cada una se iba
tornando irreemplazable con grandes dificultades para reclutar la necesaria
cantidad combatientes[49].
<br />
La intención de
este apartado fue presentar un pantallazo general de la “Compañía de Monte
Ramón Rosa Jiménez”, para que el lector del diario de Acdel Vilas pueda tener
una breve historia de la guerrilla más objetiva que la presentada por Vilas, aunque
es incompleta y no pretende ser otra cosa que una presentación. Es necesario un
estudio más profundo. No dudamos que es indispensable conocer estos datos
básicos para poder comprender el material que presentamos. <br />
<br />
El Operativo Independencia <br
/>
<br />
Como ya mencionamos
para fin del año 1974 el clima en las FFAA era abrumadoramente favorable a la intervención
directa en la represión. Inclusive militares que luego formarán parte del
CEMIDA[50]
recuerdan en sus memorias que estaban entusiasmados en ir a Tucumán a combatir
al ERP. El clima interno en las FFAA desatado después de Catamarca, a partir
del inicio de las “ejecuciones indiscriminadas” de represalia por parte del ERP,
eliminó toda duda[51].
Aunque aún subsistían discusiones respecto a si Montoneros era un enemigo
ideológico del mismo calibre[52].
No debemos dejar de indicar que, si bien la acción de ejecuciones por parte del
ERP es mala desde el punto de vista que se mire, y recibió una condena generalizada,
no podemos encontrar ni en las FFAA ni en el resto del sistema político del
momento una indignación o siquiera advertencia o duda por las ejecuciones de
los guerrilleros rendidos en Catamarca. Lo que, creemos, indica una muy fuerte
presencia en la prensa y el escenario público legal del discurso condenatorio a
la guerrilla. Esto tiene su lógica, ya que la guerrilla estaba en guerra con el
Estado, el peronismo, el sistema político tradicional y las clases propietarias
en general. Y a pesar del enorme deterioro institucional el régimen seguía siendo
constitucional. En una concepción de guerra, la prensa y propaganda se
consideran parte de ella, tal como indicaban los decretos respectivos que
reglamentan la intervención de las FFAA. <br />
El clima general se
había tornado favorable al despliegue del ejército. Se hablaba, de cientos de
guerrilleros, de que el ERP controlaba una zona de la provincia y que pediría
reconocimiento internacional. En teoría esto podía ser, al perder el control el
Estado sobre una zona donde es otra fuerza la estatalidad vigente. Lo que no se
analiza en esta afirmación es que el ERP estaba en una zona despoblada y que
incursionó algunas veces sobre muy pequeños pueblos a la vera de la ruta, en lo
que se conoce como “Propaganda armada”, fase inicial de la estrategia guerrillera,
para instalarse, mostrarse a la población y lograr reclutar hombres. <br
/>
En realidad, los
miembros del ERP eran muchos menos que los que el imaginario social y militar
creían. Esto es un éxito de la guerrilla, aunque puede ser también un riesgo, como
finalmente fue, ya que implica un desafío a la intervención militar directa. O sea,
nos atrevemos a dudar que el ERP estuviera en condiciones de obtener
reconocimiento internacional. Salvo con un fuerte acuerdo de algunos países
extranjeros, del que carecía.
<br />
Desde la muerte de
Perón a junio de 1975 (un año) se registraron efectivamente en el país 503
muertos por la lucha política, de los cuales 54 eran policías y 22 militares.
En una proporción de
Para fines de 1974
la decisión de lo que será el Operativo Independencia estaba tomada. Faltaba redactar
los decretos correspondientes. Originariamente, el comandante del III Cuerpo del Ejército, con
jurisdicción en Tucumán era el general de brigada Eugenio Salgado y el
comandante de
Hasta diciembre de
1974 Vilas era coronel y venia siendo postergado en los asensos, quizás a causa
de su activismo en las internas del peronismo en las FFAA. Recién en diciembre
de 1974 recibió las jinetas de general de Brigada. Podría haber terminado en un
destino tranquilo antes de su retiro como Director de Enseñanza Superior de
Institutos Militares. Pero el 5 de enero de 1975, quizás justamente por esa
militancia peronista, fue llamado a comandar
El debate sobre el
lugar que debían ocupar las FFAA en el conflicto con la guerrilla se había
perdido para los ya marginales sectores partidarios de una política moderada, o
de “aproximación indirecta”, al problema. El asunto de la represión dejaba de
ser considerado “policial” para pasar a ser “militar”[55].
El texto de Vilas da cuenta de este debate con caridad y precisión. Como en el
marco de
Si bien las
acciones de exterminio sistemáticas y numerosas se desataron después de la muerte
de Perón, y que seguirían siendo patrimonio de las AAA durante los meses de
1975 en que tardó en extenderse la jurisdicción militar a todo el país, era claro
que la represión a la guerrilla en el marco de la doctrina
contrarrevolucionaria implicaba una represión a todo el conflicto social. Es
necesario recordar el escenario político social donde los militares actuaban en
progresión de una implicación cada vez mayor. <br />
El texto de Vilas
habla también de sus acciones contra-revolucionarias en Bahía Blanca, pero la
lucha en Tucumán está mucho más desarrollada en el relato del
"Diario". El "Operativo independencia” desde el 5 de febrero de
1975 al 28 de septiembre de 1977 es una campaña antiguerrillera con operaciones
militares clásicas. Bahía Blanca es únicamente una lucha clandestina, de secuestros
sobre militantes, intelectuales, activistas, en una zona donde la guerrilla no
realizaba operaciones militares. Es por Bahía Blanca y no por Tucumán donde
Vilas recibió acusaciones judiciales concretas por haber cometido delitos de
lesa humanidad. Esto es así, porque aún no se ha procesado en el sistema
político nacional, el hecho de que en Tucumán todo comenzó en 1975, bajo un
gobierno constitucional, con la aprobación de la elite política del momento.
Por lo tanto, juzgar la acción de Vilas, sus fronteras legales y los crímenes
que se puedan verificar, implica pensar en las instituciones del Estado en ese
momento con sus personas y partidos. Ese mismo juicio después de 1976 permite
acotar a los militares la responsabilidad y hacerlos pasar solos por las “horcas
claudinas” de la justicia. <br />
El Decreto 261/75 del 5 de
febrero de 1975 fue el que estableció el marco legal de la represión.
Señalaba que “El Comando General del Ejército procederá a ejecutar las
operaciones militares que sean necesarias a efectos de neutralizar y/o
aniquilar el accionar de elementos subversivos que actúan en la provincia de
Tucumán”. El decreto en su articulado señalaba que debía ponerse a
Sobre los decretos,
la legislación sancionada en 1975, como sobre las directivas emanadas desde a
la superioridad militar nos interesa señalar un punto. Desde la llegada de los
instructores franceses a fines de los 50 la guerra contrarrevolucionaria
conceptualiza un frente de lucha central de la misma: las mentes y los corazones
de la población. Si bien “mentes y corazones” puede sonar raro cuando lo
cruzamos no solo con represión, sino con terror, la cuestión es que las tareas
de “acción psicológica” aparecen como centrales. Allí vemos la importancia de
la articulación con el Ministerio de Bienestar Social y con la Secretaria de
Prensa, definidos desde el mismo primer decreto como temas importantes. Según
la doctrina francesa (que Vilas menciona como orientadora en su escrito, es de
destacar que señala específicamente esta inspiración y no la de EEUU) el arma
psicológica se descompone en acción psicológica, dirigida al propio campo: aclarar
la opinión, orientar los sentimientos y actitudes, contrarrestar la influencia
adversa, conquistar la simpatía de los neutros, fortalecer la voluntad
combativa, etc. Es sorprendente como en el texto de Vilas, tanto como en las
instrucciones y directivas de la superioridad, es una cuestión plenamente
coincidente en el lenguaje y estilo con los lineamientos de la doctrina. Y en
guerra psicológica, dirigida al campo adversario: influenciar opiniones,
modificar comportamientos, desmoralizar, aniquilar la combatividad, conseguir
aliados provenientes del campo adverso, consolidar la incorporación a lo propio
de terrenos antes controlados por el enemigo[58].
<br />
Debemos aclarar que
la guerra siempre tiene este aspecto de trabajar sobre el adversario, sobre la
“retaguardia” del enemigo y la propia, como también sobre las tropas. Pero en
la guerra tradicional las líneas de frente son claras. En los conflictos
internos, y más aún en la idea elaborada en estos años de guerra
contrarrevolucionaria y en la DSN, la propaganda, las campañas la acción psicológica,
(a la que se suma la acción cívica) se da en un terreno que es físicamente el
mismo, no se distingue claramente el enemigo porque puede ser cualquier
ciudadano. El combate sería entre unidades guerrilleras, sus bases de apoyo y
simpatizantes entre la población civil, contra las FFAA y SS del Estado. Y es
un combate por las conciencias, por la política que debe orientar el Estado, no
es lo mismo que la lucha entre dos países. Aunque como señalaba Clausewitz, el objetivo
al final es imponer la voluntad sobre el otro, en nuestro caso es que “el otro”
deje de existir, ya que no puede convivir dos ejércitos en un mismo país ni dos
modelos de sociedad antagónicos. <br />
El ataque montonero del 5 de octubre de 1975 al Regimiento de
Infantería de Monte N 29 en Formosa, dejó 30 muertos en total y había sido la
acción militar que mas bajas implicó hasta Monte Chingolo. Produjo un gran efecto, ya que la cantidad de
muertos y el gran despliegue de la guerrilla llamaban la atención (además
muchos de los caídos eran conscriptos). La reacción del gobierno fue muy
rápida. Al día siguiente Italo Luder (que había reemplazo a una Isabel muy golpeada
por la crisis, el rodrigazo y la victoria sindical), en acuerdo de ministros,
dictó los decretos 2770/75, el 2771/75 y 2772/75, extendiendo a todo el país y
bajo el mando directo de las Fuerzas Armadas, la política represiva de “neutralizar
y/o aniquilar el accionar de los elementos subversivos” Ambos decretos básicamente extendieron las
atribuciones ya dadas a las FFAA en
Tucumán.[59] <br />
Las acciones
ofensivas detalladas debían lograr: la reunión de información (inteligencia),
la desestabilización y el aniquilamiento de las organizaciones subversivas
mediante la presión constante, quitándoles el apoyo público y moldeando la
opinión pública nacional e internacional de manera favorable a la intervención
militar. A este fin, se estableció que las Fuerzas Armadas y Fuerzas de
Seguridad, consecuentemente a la actitud ofensiva asumida, tendrían “la más
amplia libertad de acción para intervenir en todas aquellas situaciones que se
aprecie puedan existir connotaciones subversivas”, según señalan las
instrucciones oficiales dadas durante el año 1975. El marco regulatorio es claro
en extender la potestad de intervención militar (claramente destinada al
objetivo de suprimir a la “subversión”) en ámbitos muchos más amplios que la
guerrilla concretar en el monte y su logística. Lo que tiene su explicación: el
único lugar donde había unidades guerrilleras armadas permanentes era Tucumán
en el resto del país eran comandos urbanos. Sin embargo, en Tucumán en accionar
contra la logística guerrillera ya implicaba previamente una accionar sobre el
conjunto de la provincia <br />
<br />
Etapas de planificación operativa<br />
<br />
Podemos aceptar la
periodización que hacen las FFAA, que establecen que el Operativo Independencia
se desarrolló en tres grandes fases. <br />
La orden del poder ejecutivo
otorgaba jurisdicción directa al ejército sobre aproximadamente un tercio de la
provincia (los departamentos de Monteros y Famaillá que ya hemos descripto).
Participaría toda
Según consta en los
archivos del ejército, además del personal que revistaba bajo la órbita del III
Cuerpo de Ejército, el Operativo contó con refuerzos y un esquema de relevos que
incluía personal de unidades del resto del país (Zonas de Defensa 1, 2, 4 y 5).
<br />
En términos de
efectivos
O sea que
Las Fuerzas de Tareas
en la zona de combate rotarían cada 45 días con efectivos de sus guarniciones
de origen. Luego se resolvió que toda la fuerza del ejercito enviara grupos de
oficiales periódicamente, con el objetivo de foguearlos y de que no se generara
una elite combatiente que luego reclamara privilegios. Como se sabe en una
guerra, aún una civil diluida (para los militares era una guerra como las doctrinas
oficiales desde hacía casi 20 años inculcaban) permite que quienes combaten, se
destacan, etc. en ella asciendan, ganen experiencia en su profesión y adquieran
un prestigio particular. Quizás también, se buscaba comprometer a toda la
fuerza en las acciones, las cuales ya se sabía excedían el límite de lo ético,
tal como en la misma época se debatía. Y, finalmente, dar cuenta de las reales
presiones que desde todas las unidades del país llegaban para poder sumarse a
combatir a la guerrilla; es de destacar que en 1975 aún los militares que habían
tenido cercanía con las políticas de Montoneros se consideraban afectados por
los ataques directos de la guerrilla y querían su derrota. <br />
Obviamente
El primer muerto
del ejército desde la llegada de la V Brigada fue el Capitán Héctor Cáceres en
el combate de Pueblo Viejo el 14 de febrero donde unos 60 hombres del ejército
se enfrentaron con unos 20 guerrilleros del ERP. Resultando dos guerrilleros
muertos, y un muerto y dos heridos del ejercito, como vimos. Mientras tanto,
como relata Vilas, en Tucumán la estrategia era de reconocimiento y recopilación
de información, y las numerosas fuerzas militares continuaban su asentamiento
sobre la ruta donde se encontraba la población. Paralelamente realizaban la
presión sobre los sectores de los poderes político y judicial de la provincia
para alinear el frente de retaguardia. <br />
<br />
El Diario de campaña<br />
<br />
El escrito de Vilas
es en parte un ensayo de reconstrucción histórica, donde conviven fuentes
militares (las de inteligencia propia y partes militares), con apartados en los
que el autor evalúa su rol, expresa sus ideas políticas, y con una “memoria” de
tipo personal en otras secciones. El Diario es, entonces en parte un relato
tipo informe militar de campaña (en base a los mismos informes oficiales del
momento que circulan en las unidades militares o de las unidades en
operaciones); y un balance de inteligencia sobre la situación política y sobre
las organizaciones a enfrentar (PRT-ERP, principalmente en la zona rural, y
Montoneros). Como la doctrina imperante era la de “Seguridad nacional”, que
implica una concepción del mundo, es lógico que tanto las fuentes como las
interpretaciones de Vilas estén encuadradas en ésta; es el esquema teórico como
doctrinal e ideológico imperante. Desde las necesidades operativas planteadas
por la doctrina se explica la caracterización de la situación general y de la
provincia, con sus fuerzas sociales políticas e institucionales. Vilas incluye las
opiniones del accionar del comando militar superior, lo que es de gran interés.
Por ello es en algunas partes una "memoria" en el sentido técnico no
personal de la categoría, Pero también en otras una “memoria” propia. <br
/>
Podremos ver a lo
largo del trabajo que existe cierta tendencia a construir escenarios de un
enemigo (subversivo) muy grande, sólido, amplio y con planes muy articulados.
Inclusive a dar como hecho versiones que parecen maniobras políticas de inteligencia.
Esto no debe sorprendernos. Primero porque en la DSN o la Guerra Contrarrevolucionaria,
al ser “ideológicas” las líneas de frente, e internas a la sociedad, el concepto
de enemigo, de conspiración, de peligrosidad se magnifica en la mente militar.
Frente al “mito” guerrillero se elabora un “contramito”, cientos de enemigos
ocultos en los más diversos ámbitos, más numerosos de lo imaginable, con apoyos
sorprendentes, obliga al despliegue de una fuerza represiva integral. Además, durante el gobierno peronista, las conspiraciones
internas, las operaciones de inteligencia contra el “ala izquierda” (o no
necesariamente izquierda) estaban al orden del día[63].
Pero a pesar de ello el "Diario" es una fuente (y como tal debe ser
tratada) de muy válida utilidad, porque ese era el “lenguaje” de la época,
incluso el oficial. <br />
El “Diario” es una
justificación de Vilas, escrita al calor del momento, para "quedar
bien" y reposicionarse frente a la dictadura de Videla. Vilas, considerado
un general peronista[64],
se separa en este escrito de cualquier política que pueda comprometerlo con el
peronismo, especialmente con las políticas peronistas y/o montoneras hacia las
FFAA. Por ello decimos que es también una "Memoria" en el sentido
personal. <br />
El objetivo que
explicita, es que buscaba ser reconocido como quien derrotó a la guerrilla,
primero; y segundo, que compartía lo suficiente y desde siempre la política del
"proceso" como para seguir en funciones dentro del mismo en algún
lugar destacado. <br />
Ante la inminencia
del golpe, Vilas sabía que el mando militar se fusionaría con el político. El gobernador
peronista Juri sería desplazado y el general a cargo del "Operativo
Independencia" sería el gobernador. Esto le daría la suma del poder
público. Aun con amplios poderes, la existencia del gobierno peronista en la
provincia implicaba límites, con la justicia, con los políticos, o sea, con las
instituciones republicanas en general. Vilas señala con acierto que la
"etapa militar" estaba terminada con sus 6 planes tácticos, que
comenzaría la "etapa político ideológica". ¿Que significa esto para
Vilas? No lo sabemos bien, si "sólo" un cambio de estructuras como la
que se realizó bajo el tándem Videla-Martínez de Hoz, o la continuación de la
limpieza física de personas en la provincia más allá de la lucha
(relativamente) frontal contra
Sabemos que Vilas
fue desplazado a Bahía Blanca antes de su retiro y no tuvo funciones
posteriores, ascendido a comandante del V Cuerpo de ejército y desplazado a un
teatro secundario. Ciertamente el general tenía razón cuando intentaba
demostrar que él cargó con la mayor parte de la lucha en Tucumán. Por lo menos
en lo que hacía a la guerrilla como fuerza operativa eficiente. No podemos
afirmar en forma concluyente por qué los militares que condujeron al país desde
1976 no quisieron en sus filas a Vilas. Para ello debemos interiorizarnos en
las internas de las FFAA durante el periodo 1973 y 1976. Pero podemos acercar
alguna hipótesis. <br />
Mas allá de la
eficacia represiva de Vilas, los militares del Proceso eran claramente
"nuevos", e intachablemente antiperonistas, y Vilas había sido parte
de un proceso político que el golpe venía a sepultar, aun a alguien que fue su
claro predecesor, tal como sepultó a las AAA. <br />
El trabajo se
encuentra mucho más desarrollado y abarca muchos más aspectos de los de un
simple "Diario de campaña", tal como aparece en el título. Aporta
planes tácticos, informes de inteligencia, característica de las fuerzas
enfrentadas. Los informes sobre el ERP muestran una reconstrucción de la
estructura de la organización, su logística y su accionar de forma bastante
completa. Al menos muy completa para las necesidades de las FFAA en su lucha
contra la guerrilla en esa provincia, ya que las exageraciones del relato de
Vilas, van separadas de lo que presenta como informe. Pero, aunque el informe
fuera exagerado, está dentro de la lógica relacionada con el “peligro
subversivo” es parte de la ideología que tiñe la doctrina y “produce”
exageraciones. <br />
Sin embargo, no
podemos dejar de advertir en esta introducción que, más allá de que todo lo
relatado son hechos reales, hemos detectado errores, fantasías o
tergiversaciones de Vilas en lo que hace a diversos datos sobre la guerrilla y
la etapa. Y más allá de ser parte de la lógica de cómo se construye al “enemigo
subversivo”, debemos aclarar ciertos elementos al lector. Especialmente en
varios apartados que plantea escenarios exagerados. O conspiraciones que
incentivaron la preocupación militar, O los números de guerrilleros señalados
superan con creces a la realidad. O que el desarrollo de una operación militar
no se ajusta a los datos que hoy tenemos. <br />
Tal es así, por
ejemplo, que habla de una planeada ofensiva del ERP en el sur de Tucumán hacia
fines de 1975 (nunca se realizó y a esa altura era evidentemente imposible).
Dicha ofensiva contaría, según los datos de inteligencia que decía tener Vilas,
con una cifra de combatientes que podía llegar a los ¡¡¡900 guerrilleros!!! Si
vemos esta cifra de máxima mencionada por el general y fuera mínimamente real,
parece sin dudas alarmante para las fuerzas militares desplegadas. Si la
guerrilla argentina hubiera podido poner en combate esa cantidad de hombres
armados y equipados para una sola acción, con la logística necesaria, hubiera
sido imparable para el ejercito argentino tal cual se encontraba desplegado en
ese momento, y hubiera cumplido cualquier objetivo racional propuesto,
obligando a las FFAA a implicarse en combates directos mucho mayores. Pero indudablemente
para poner en acción esa cantidad de hombres, se necesita material y una
cantidad superior a esa de personas destinadas a todo lo que implica poner una
fuerza en combate. Y, además, sin dudas, nadie pone 900 hombres en acción en
una operación si no dispone de muchos otros que no son jugados en la misma.
Pero sabemos efectivamente que el ERP contó con un máximo de 500 miembros en
todo el país en su apogeo. Quizás Vilas haya detectado alguna información que
en alguna versión (o alguno de los torturados haya dicho cualquier cosa para zafar)
del las que en PRT se barajaban, entre varias, y de allí hay construido esa
fantasiosa cifra, a partir de que era vox populi (no está de más saberlo) que
el ERP preparaba algo grande. Y, quizás, incluya en "combatientes" posibles
cifras de militantes de apoyo logístico y propaganda en toda la región (los que
tampoco llegaban a esa cifra, ni por lejos). <br />
Esta fantasía
explica la cantidad de desaparecidos en general: en la doctrina represiva,
“guerrillero”, “subversivo” era un amplio espectro de personas que se
consideraban vinculadas al proyecto político de la guerrilla. En ese sentido,
para el discurso público (y quizás también para las creencias de muchos de los
actores de la guerra contrarrevolucionaria) los guerrilleros eran miles. También
es cierto que para sostener 500 militantes del ERP debía existir un partido (el
PRT) de unos 5000 miembros, cuyo objetivo entre otros era sostener y brindar
apoyo al ERP en todas las tareas que excedían lo militar. <br />
Finalmente, en las
fechas señaladas se realizaría un ataque al cuartel de arsenales de Monte
Chingolo en el Gran Buenos Aires donde el ERP pondría en juego una cifra de
alrededor de 250 combatientes entre los que directamente participaban (70
hombres y mujeres) y los que harían acciones de apoyo o contención[65]
(sin armas suficientes para todos). Y que implicaría un esfuerzo máximo de
movilización, inclusive retirar hombres de Tucumán, en lo que seria la mayor
batalla de la guerrilla argentina. Además de una durísima derrota, con 67
muertos (en combate, heridos y prisioneros ejecutados) y 10 militares y
policías muertos y 35 heridos, sin dudas un duro combate, con una cantidad de
efectivos implicados directa e indirectamente como para hablar de una pequeña
batalla. Pero que siguen distando de los 900 guerrilleros que, en número y
lugar, anunciaba Vilas atacarían en la zona de Tucumán. Por esto advertimos que
Vilas, y en general los informes de inteligencia suelen adolecer de errores de
este tipo. Nos dejan la duda sobre si son simplemente falencias técnicas de un
trabajo que no puede ser preciso, o son maniobras para agrandar el fantasma y
generar políticas, o sea “inteligencia” en sentido amplio. En cada uno de estos
sentidos la inteligencia aparece como error normal o una manipulación, pero la
inteligencia es parte de la guerra, como el “mito” guerrillero. <br />
Entonces, podemos
afirmar que Vilas magnifica la capacidad del ERP en su escenario. Pero también
que la propaganda en general magnificaba la capacidad de la guerrilla[66]
y la guerrilla se magnifica a sui misma. Vilas habla de que el ERP disponía de
un helicóptero, no hemos encontrado forma de verificar esa afirmación, o más
bien sabemos que no es así (y hasta nos suena ridículo ¿cómo hubiera sostenido
la guerrilla un helicóptero?). Como también magnifica las victorias del
ejército, con cierto grado de épica. Pero esto es natural, tanto porque cada
contendiente heroiza sus acciones (un tiroteo es un combate); y además en la
época era una de las justificaciones de la intervención masiva de las FFAA y FFSS
en todo el país y en todos los espacios de la vida social. Aunque más allá de
esta sobrevaloración tanto los planes tácticos, como las acciones especificas
detalladas fueron efectivamente desarrollados. Lo mismo que las unidades descriptas
y espacios geográficos señalados fueron los reales de la acción en Tucumán. De
la misma forma que las instrucciones recibidas de la superioridad o dadas hacia
los cuadros subalternos y unidades, fueron las orgánicas de la fuerza. <br
/>
Para ir más a fondo
en el tema de estas campañas y su significado práctico. Entre las
construcciones ideológicas que el diario permite ver tomemos un ejemplo. Veamos
un relato que suena más a una “conspiración marxista” super heterogénea, y típicamente
fantasiosa. La existencia de un plan que pretendía transformar a
Otra cuestión
interesante del "Operativo Independencia" en la fase de Acdel Vilas
es que se desarrolla mientras del conflicto social no esta desactivado. Por el
contrario, es el año 1975 (junio y julio) cuando se dan las jornadas de lucha
contra el plan de Celestino Rodrigo conocido como “El rodrigazo”[69]
(primer plan de ajuste ortodoxo). Confrontando con estas medidas una lucha
sindical de varios días termina en una huelga general llamada por
Pero en ese mismo
periodo el Operativo de Vilas comienza a rendir sus frutos. O sea, había una
oleada de luchas sociales, sindicales, inclusive en Tucumán, pero la guerrilla comienza
a verse acorralada, cercada. Había pasado el combate de Machalá, Vilas había
lanzado
En ese sentido y
yendo mas allá del texto de Vilas, podemos pensar en la existencia de un
“desacople”. Entre la estrategia guerrillera y la lucha político social. Si
bien en esa época se asumía como ley que todos los métodos de lucha se
realimentaban unos a otros, y que el guerrillero era uno fundamental, no esta
claro que, en una sociedad industrial urbana como
A su vez también
pareciera que la ofensiva obrera, de gran impacto político, no dejaba de ser
“económica”: “14250 o paro nacional” era su consigna central. Y como una vez
señaló el chileno Miguel Enríquez jefe del MIR (Movimiento de Izquierda
Revolucionaria, chileno): “la clase obrera Argentina es muy combativa,
unificada y masiva, pero no socialista” y eso debía ser entendido. Quizás Enríquez
lo entendió más que el PRT, o inclusive que Montoneros. Otra cuestión (y con el
diario del lunes); podemos ver que esa ofensiva obrera que volteó al
lopezrreguismo, estaba inserta en un marco de repliegue mas general, no de derrota
aún, pero si de repliegue. La lucha mas radical se circunscribía a los obreros
agredidos y era por la defensa de sus condiciones de trabajo. Por último, la
guerrilla rural debería necesitar de una base campesina, no simplemente de un
monte solitario donde esconderse. La provincia de Tucumán no cuenta con un
campesinado típico de minima envergadura. Al menos si excluimos de esta
categoría a los cañeros, y a los obreros de los ingenios asentados en torno a
la ruta donde estaban los miles de hombres de ejército. Una población semirural
o semiurbana como se quiera. Una vez el ejército allí instalado, el ERP debía
“salir” del monte para ir a sus posibles bases, y enfrenarse con el enemigo, o
quedar aislado en la montaña sin bases con las que trabajar. El sindicato que
agrupaba la mayoría de los trabajadores del azúcar,
Es necesario dar una
vuelta de tuerca más sobre la cuestión del “consenso” del Operativo
Independencia y de la represión a la “subversión” en general. Vilas en su
diario destaca dos cosas contradictorias. Una el apoyo de la sociedad civil,
marcando claramente que en su periodo “no hubo una huelga” (recordemos que las
autoridades legales y el sistema republicano estaba vigente), para marcar
específicamente al sector mas conflictivo (el obrero), pero habla de todos los
sectores. Por otro lado, señala las trabas que ese mismo sistema republicano
implicaba (con sus habeas corpus, abogados, tiempos procesales, publicidad,
etc.). Por eso, quizás, el funcionamiento del campo clandestino de “La
escuelita” de Machalá (y otros espacios fuera del control legal) donde podían
obviar la ley. Sin embargo, insistimos en recordar, que esta metodología era
intrínseca a la guerra contrarrevolucionaria. <br />
Pero este no es el
tema, sino el consenso. Primero el lector no debe dejar de recordar que el
“Operativo Independencia” era perfectamente legal. Aunque no sean legales las
ejecuciones o las torturas, remarcamos que una vez que se despliega el ejército
contra la guerrilla para llevar adelante operaciones militares no
convencionales con la metodología de la época; el “riesgo” de que la jurisdicción
militar y la metodología de obtención de información, de “acción psicológica”,
imposición del orden, etc. implicaba violaciones sistemáticas a los DDHH, y no podía
ser desconocida por el conjunto de la clase dirigente. Aunque sin dudas las
dimensiones que esto fue alcanzando con el tiempo desbordo lo imaginado. <br
/>
De la misma forma
podemos decir junto a Vilas (lo deja claro en el Diario) que fue haciéndose
cargo de hecho del poder político de la provincia, aunque estuviera fuera de su
jurisdicción. Vilas señala esto como una necesidad, lo escribe y lo considera
“obvio”. O sea, considera que ejerció el poder por fuera de lo que los decretos
y la constitución le permitían. Vilas señala que sobrepasó a Juri y que el
comando de la V Brigada era el poder paralelo en la provincia, interviniendo
directamente en diversas áreas, negociando con las autoridades políticas,
religiosas, gremiales, etc., conflictos o problemas diversos. O tomando el
control de sectores clave, como las telecomunicaciones sin autorización del gobierno
provincial. Literalmente señala en su Diario que el gobierno formal era Juri,
pero el real era la V Brigada. <br />
A pesar de esto, el
Operativo fue apoyado por todas las fuerzas políticas legales de significación
electoral a nivel nacional. Lo que significa que a pesar de las criticas
puntuales y los roces por la extralimitación de Vilas, la amplia mayoría de las
organizaciones provinciales políticas y sociales buscaron evitar quedar
enfrentadas con el Ejército y ponían énfasis en dejar claro su distancia con
“la subversión”. Las discusiones en la FOTIA eran complejas, el gremio se
encontraba en una situación difícil, la mecanización afectaba la ocupación mano
de obra[73]
y además los trabajadores eran sin dudas muy explotados. El gremio se hacía
cargo y desarrolló luchas importantes. Pero a partir de la aparición de la
Compañía de Monte sus dirigentes en general buscaron diferenciarse “no quedar
pegados” a la guerrilla. A pesar de que el PRT tenía inserción en el gremio y
había descontento. <br />
Estudios recientes[74]
que abordan las posiciones del conjunto de los funcionarios, las organizaciones
e instituciones, culturales, políticas, sociales, sindicales, empresariales,
académicas; estatales y privadas, muestran un abrumador consenso y apoyo
explícito al Operativo, y a las acciones concretas del mismo. Y entre ese
consenso encontramos a la CGT y la FOTIA estructuras claves de la lucha en
Tucumán hasta el reciente año 1974. El secretario adjunto de la CGT Regional
Tucumán Víctor Álvarez expresaba que “todos los gremios están plenamente
identificados con la tarea del ejército”. También Pedro Sierra, secretario de
las 62 Organizaciones y Miguel Lazarte, de la FOTIA, expresaron “el apoyo de la
clase trabajadora al Ejército en la tarea que está realizando”[75] Una excepción fue Isauro
Arancibia jefe de la Agremiación de Trabajadores de la Educación Provincial
(ATEP) y miembro del PRT, que mantuvo su postura de oposición, a pesar de
trabajar en un frente de unidad con Santillan. Arancibia fue muerto el 24 de
marzo de 1976 cuando resistió en su casa a un grupo operativo que intentó
secuestrarlo. <br />
La mayoría los
actores repudiaban explícitamente a la guerrilla, con las categorías mas burdas
en muchos casos. Pero eso no importa para pensar consenso o coerción, por el
contrario, pareciera haber una mezcla de rechazo visceral, a tono con las
declamaciones teñidas de violencia de algunos referentes parlamentarios o
ejecutivos, con un intento de cubrirse las espaldas frente a la llegada del
ejército. Los actores provinciales participaban físicamente en actos y reuniones
con los jefes del V Brigada no eran forzados ni mostraban algún recaudo de no excesivo
compromiso. Los estudios que toman al Diario
Sin embargo, es
estadístico que el inició del operativo trajo un recrudecimiento de los métodos
“contrarrevolucionarios” de represión ilegal. Aunque de estos meses es también
el accionar de las AAA no sólo (ni principalmente) de las FFAA, que en todo el
país cargan a su cuenta la mayoría de los asesinatos con su particular sello. Cinco
meses después de empezar el operativo, aparece la primera solicitada de reclamo
dirigida a Vilas por la desaparición de dos periodistas[76]
firmada por el Círculo de la Prensa de Tucumán, Asociación de Prensa de Tucumán
y el Personal del diario La Gaceta.
El 8 de octubre de 1975, el Frente de Izquierda Popular (FIP) reclamó por “la
desaparición de Ian Turowski, sacado de su domicilio por desconocidos”[77]. El 30 de noviembre de
1975, la Federación de Entidades Profesionales Universitarias de Tucumán
(FEPUT) condenó en el diario local “la desaparición de los socios Dr. Máximo Eduardo
Jaroslavsky y el Arquitecto Enrique Gallardo” rechazándolas como “una
irresponsabilidad injustificable, cualquiera sea la motivación que la origine”
(“FEPUT a la opinión pública”). Y El Partido Comunista de Tucumán, en una solicitada
titulada “¡Basta de crímenes impunes!” denunció el secuestro, tortura y asesinato
de “Diego Fernández, delegado de sección de los Talleres ferroviarios de Tafí
Viejo”, lo adjudicó a las “bandas fascistas financiadas por la CIA” y exigió a
las autoridades civiles y militares su investigación y el castigo a los
responsables[78]. Es probable que a estas
denuncias se deban las protestas que Vilas enuncia en su escrito. En estas fuerzas
de izquierda queda claro el repudio “a todo tipo de terrorismo”, parecen
referirse más a las AAA que al ejército e incluyen a la guerrilla. <br />
Quizás podemos
considerar para ser precisos que, en 1975, cualquier prensa privada que
esbozara algún apoyo a la guerrilla sería censurado, eso es cierto. O inclusive
mostrarse neutral frente a la misma, sería complicado, todas las instrucciones,
decretos y directivas del gobierno o las FFAA hababan de que la cuestión de la
prensa debía ser fundamental para generar consenso. Como también que
También creemos necesario
señalar que el Partido Justicialista manifestó el pleno apoyo al operativo (lo
que es lógico) y que siempre ha ganado abrumadoramente las elecciones en la provincia,
siendo cuestionada su hegemonía solamente por el Partido del General Bussi, que
sucedió a Vilas como jefe del Operativo, y que llevó como diputados a miembros de
las fuerzas paramilitares que acompañaban la represión en su faceta mas
lúgubre. Con esto queremos señalar que la idea de consenso provincial nos
parece razonablemente probada, y que es una de las bases de su éxito. <br
/>
Esto no inhabilita
que el PRT y la guerrilla tuvieran el apoyo en un porcentaje de la población, y
que esta se llamara a silencio (que era lo más conveniente para sobrevivir). De
hecho, el PRT tenía presencia sindical, en los ingenios al menos, y conducía
uno. Tenía, además, cierto desarrollo político (y logístico) en los pueblos y
la ciudad de Tucumán. Por ello la tarea de reprimir a la guerrilla abarcaba,
como cuestión central, destruir esa presencia para aislar a la guerrilla. El
mismo coronel González Breard en su estudio sobe el ERP, señala que el ejercito
avaluaba que unos 40 trabajadores de la zona se habían incorporado a la
Compañía. Sin embargo, estos datos del ejército contradicen a primera vista lo
que los integrantes de la guerrilla afirman. Los tucumanos en general podían
rondar el 10% de los integrantes (los integrantes rondaban los 70), había santiagueños,
cordobeses, porteños y santafesinos en forma destacada (inclusive bolivianos y
chilenos). Los tucumanos eran la fuerza en los pueblos y la ciudad de Tucumán
como es obvio, la logística quedaba en sus manos (la logística en la zona, ya
que la nacional era porteña). Lo que si relatan los ex combatientes de la
Compañía es que había población en la zona que los veía con simpatía, en algunos
casos, con apoyo en otros y neutralidad en otros más. No podemos saber qué
porcentaje; pero, así como algunos denunciaban al ERP otros callaban o hasta
colaboraban en mínimas cosas. Entonces, población trabajadora y campesina que
señala Breard, que el ERP pudiera haber reclutado no existió en forma de alguna
significación, sí posible apoyo, expectativa o tolerancia[79]
(manifestado por no dar información al ejército). Entonces por qué Breard habla
de 40 trabajadores. No miente ni tergiversa, creemos que su estudio es serio.
Las razones son dos, como en la mayoría de las apreciaciones militares sobre la
“subversión”. Una: el mito de la guerrilla también tiene su contra mito, con
los miedos ideológicos propios de la ideología contrarrevolucionaria hacia las
clases populares. Dos: que el concepto mismo de “subversión” amplía la categoría
a un espectro mucho más amplio. Para la inteligencia el ERP era más grande no
solo porque construían su propio mito sino porque incluía en él a toda la
logística, simpatizantes posibles, colaboradores, etc. Podía haber tranquilamente
40 obreros del surco o las fábricas que colaboraran de alguna forma con el PRT,
leyeran la prensa etc.. <br />
En un estudio
socio-económico de los detenidos en general y de los desaparecidos, se ve que
cerca de 70% eran “asalariados” de algún tipo. Aunque esta categoría cubra una
muy amplia diversidad de status social, es evidente que la represión en general
se dirigió al mundo del trabajo sindical, o que los integrantes de “grupos
peligrosos” eran trabajadores en su mayoría. Según el informe de
Vemos también que
existió un 12% de desaparecidos con estudios universitarios (siendo que la
provincia disponía solo de un 3% en esa categoría). Cómo que hay un 20% de
mujeres secuestradas o desaparecidas, lo que para una provincia como Tucumán es
muy destacable. Estos son datos a tener en cuenta. De hecho, podemos mencionar
que Montoneros señalaba que unos 200 delegados de
Para el caso de
esta experiencia de guerra contrarrevolucionaria, podemos ver que las condiciones
para que la estrategia de “quitarle el agua al Pez” y obligarlo a salir y
atacar, que era la que desarrolló Vilas, para después pasar a acosarlo (o sea
la estrategia guerrillera al revés) contaba con varias bases fundamentales. Un
escenario político que se hizo cada vez mas propicio, una estructura demográfica
que las FFAA lograron interpretar y hacer controlable y un escenario geográfico
que con inteligencia era favorable. <br />
El “Diario...”
magnifica cada triunfo militar sobre la guerrilla o su logística, etc.; aunque,
claramente, las FFAA derrotaron el ERP y a toda la guerrilla en el plano
militar. Sin embargo, debemos destacar que una guerra de este tipo, que es el
emergente de una "guerra civil" (de baja intensidad) de largo
aliento, no la ganaron las FFAA en el plano militar estricto[80].
Sino que vencieron en lo estratégico. Aislando a la guerrilla tanto en las
ciudades como en el monte. Y, sobre todo, vencieron (o se montaron sobre una
derrota) en el plano político, elevando la apuesta en el plano militar (guerra
total contra la subversión, guante que la guerrilla recogió) cuando la mas
amplia mayoría de la población, y de las posibles bases de apoyo guerrilleras
se retiraron, y en muchos casos se sumaron al rechazo al accionar armado. En un
plano del análisis general de las relaciones de fuerzas podemos observar que,
si bien la guerrilla focalizaba su interpretación de la realidad de acuerdo al
estado de ánimo del sector más avanzado de la clase obrera organizada, y este
se mantenía combativo, era receptivo a las propuestas a nivel gremial de los
revolucionarios, etc. Como también se podía ver una crisis institucional del
gobierno, y una crisis económica que era el emergente de límites en el modo de
acumulación. Aunque no pensemos cuando hablamos de crisis y deterioro social, que
en el 74/75 existió un nivel de empobrecimiento que se aproximara siquiera
remotamente a los actuales[81].
Paralelamente en el plano de la estructura, las CD avanzaban en un proceso de
homogenización política[82]
y en la construcción de un liderazgo en torno al sector más concentrado; a
nivel político, los partidos desorganizados y sin propuestas eran monolíticamente
contrarios a la guerrilla y a los revolucionarios
y combativos en general, querían orden a como sea; y la estructura militar del
estado se homogenizaba y cerraba sus debates en torno a la necesidad de intervenir
drásticamente para imponer el orden. Si a esto sumamos un escenario internacional
claramente impulsor de resoluciones de “derecha” en todos los planos, la visión
“ofensiva” de la guerrilla no parece razonable. También pensamos (y eso es una
opinión sujeta a discusión) que en una país eminentemente urbano y obrero como
Argentina (con “plena ocupación” como en esas décadas) una estrategia de “guerra
prolongada” no era adecuada aún en las condiciones geográficas favorables. Pero
esto es tema de otro trabajo. <br />
<br />
Como señalamos al
inicio, el trabajo de Vilas es una fuente muy transparente de la puesta en
práctica de
Dentro de esta
descripción aclaratoria, Famaillá tiene un triple significado: fue el centro de
comando táctico de
Para precisar
podemos ver que hasta el 24 de marzo de 1976 se registraron en Tucumán, entre
los que se consideraban “enemigos”, “subversivos” etc., 60 muertos y 181
desaparecidos, lo que da (descontado 3 desaparecidos liberados) un total de 241
muertos. Toda la represión en Tucumán nos da un total de 655 muertos (85 en combate,
real o no). Estas cifras son actualizadas al 2010 (o sea se deben aproximar a
las definitivas) y sólo son un poco superiores a las que presentó
Estos datos son
interesantes. Entorno al 25 % de los muertos y desaparecidos se produjeron
durante el mandato de Vilas. Periodo que a su vez concentra casi todos los
muertos y desaparecidos anteriores a 1976. Pero según investigaciones recientes
surge un detalle que vale la pena señalar. Los investigadores han precisado que
la mayoría de los muertos y caídos en combate son del periodo de Vilas, como
también la identidad y militancia concreta de los desaparecidos y muertos es
clara en este periodo (se sabe donde militaba cada uno); mientras que en el
periodo de Bussi, se incrementa la proporción de desaparecidos respecto a muertos
y es mayoritaria la cantidad de personas desaparecidas que no se ha
identificado su militancia (se invierten de 75% de militantes conocidos con
Vilas, a solo 1/3 con Bussi). La distribución porcentual de los secuestros según el año de
ocurrencia muestra que en 1976 se produjo la mayor cantidad de los mismos
(49%). Los años 1975 y 1977 registran el 24% y el 19% respectivamente del total
de los secuestrados. Esto ¿que nos dice?: que
Vilas concentró la represión sobre el activismo y la guerrilla, mientras que
Bussi amplió a sectores de la población menos vinculados. Y segundo que los
combates u operaciones militares abiertas que producen muertos “clásicos” se
concentraron en el periodo de Vilas. Por ello es lógica la insistencia del
general Vilas de reclamar para sí la victoria en esta operación. <br />
<br />
Detalles finales<br />
<br />
Como señalamos el
Texto de Vilas luego de terminar con el desarrollo de la guerra
contrarrevolucionaria bajo su mandato, continúa con la inclusión de directivas
que la comandancia del Ejército elaboró para encuadrar las acciones. Son interesantes
y de utilidad. Y, ya fuera de Tucumán, Vilas presenta un mucho más corto trabajo
sobre su rol en Bahía Blanca. Donde los métodos represivos aplicados por el
General fueron los típicos de todo el país, los métodos de “noche y niebla”[89].
Allí, señala, no había guerrilla, ni operativos armados, pero si subversión. Y
nos describe como subversivos a personajes del más amplio espectro de la vida
de la región. Lo que nos permite precisar con claridad, y fuera de una zona de
operaciones armadas, cual era el objeto “subversivo” para Vilas. El escrito
termina con un listado de combates y de caídos en el conflicto. Los combates
son hasta la minima escaramuza que el ejército registró como tal. Y los caídos
incluyen a los que pasaron por el monte y murieron en otras zonas del país,
como Santucho, por ejemplo. Pero también a otros guerrilleros identificados
como tales que pasaron por el monte según el ejército, pero sobrevivieron como
Enrique Gorriarán Merlo. No entendemos este criterio. <br />
Por último, hemos
agregado al Diario de Acdel Vilas un reportaje inédito realizado en 1983, que
recientemente (enero del 2019) publicó el portal Infobae con la firma del
periodista Hugo Asch. En ese año Vilas pretendía ser precandidato a la
presidencia por el Partido Justicialista. Lo interesante es que se aclaran
muchas cosas, como su identidad política y algunas de sus ideas respecto del
Operativo, la guerrilla y de
En la transcripción
del "Diario..." de Vilas hemos hecho el esfuerzo de incluir todo el
escrito que llegó a nuestras manos. Inclusive partes detallados de materiales
hallados por las fuerzas militares en campamentos o casas operativas del
PRT-ERP, etc. Creemos que estos datos sirven tanto para ilustrar la forma de
acción de las fuerzas del Estado, como el tipo de logística y modo de vida de
Finalmente
señalamos que esta presentación no es autónoma de la fuente que complementa.
Tampoco intenta corregirla, lo que seria un error de quien pretendiera hacer
eso para una fuente. Ni siquiera es un estudio acabado sobre el periodo, o
<br />
<br />
Guillermo Caviasca
UBA/UNLP<br />
Julio 2020
<br />
<br />
Fuentes y bibliografía <br
/>
<br />
<br />
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Roffinelli, Gabriela “Responsabilidad civil y genocidio Tucumán en años del
“Operativo Independencia” (1975-76)”. CLACSO 2005<br />
http://biblioteca.clacso.edu.ar/Argentina/iigg-uba/20110322104029/ji9.pdf
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<br />
Caviasca Guillermo (2013)
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Suena.
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La hipótesis Carcagno Punto de
encuentro Bs. As. <br />
<br />
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de 1975 https://es.wikisource.org/wiki/Decreto_261/75_(Argentina)
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(2010)
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De Santis, D. (1998)
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<br />
Izaguirre, I (2009)
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<br />
Mattini, Luis
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Contrapunto Bs. As. <br />
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Ministerio de
Defensa "Relevamiento y Análisis Documental en los Archivos del Ejército
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Guerra revolucionaria comunista Pleamar.
Bs. As. <br />
<br />
<br />
Emilio Crenzel (UBA
- CONICET) Capítulo 14. El Operativo Independencia en Tucumán file:///C:/Users/User/Downloads/El_Operativo_Independencia_en_Tucuman.pdf
1997. "Tucumán
1975: La primera fase del "Operativo Independencia", un análisis de
las reflexiones de su conducción acerca del mismo" en Irma Antognazzi y
Rosa Ferrer (Comps.) Argentina: las raíces históricas del presente Escuela de
Historia, Facultad de Humanidades y Artes, Universidad Nacional de Rosario, pp.
167-182.
Entrevistas<br />
<br />
<br />
De Santis, Daniel <br
/>
<br />
Jaime, Martín
<br />
Lescano, Raul https://www.youtube.com/watch?v=pCvo2A895PE
<br />
<br />
Mattini, Luis <br
/>
<br />
Perdia, Roberto
Cirilo <br />
<br />
---------------------------------------------------------------------------------------------
[1] El coronel Díaz nació en 1920 y falleció en 1986. Lo poco conocido de
su historia no hace honor a su rol en las décadas de 50 y 60. Conspirador desde
1951 en el golpe frustrado del general Menéndez. Activo y central protagonista
del secuestro del cadáver de Eva Perón (fue quien lo llevó a Italia). Activo participante
en las tareas que infiltraron el levantamiento del general Valle y el posterior
fusilamiento de militares y civiles peronistas. Jefe de inteligencia principal
aplicado del CONINTES desde 1960. Activo en la “guerra contrarrevolucionaria”
se vinculó a la CIA, y continuó en esa orbita después de su retiro en época de Illia.
Nadie (públicamente) supo mas de él en los setentas y ochentas. Se lo suponía
muerto. Es de destacar este militar antiperonista vinculado a la inteligencia
extranjera como un actor interesante para descubrir con mayor profundidad los orígenes
de las doctrinas contrarrevolucionarias en nuestro país. <br />
[2] Revista Lucha Armada en Argentina
N 3. “Ejército Argentino: Curso de Guerra Contrarrevolucionaria” dictado
por el entonces Tcnel. Alberto Díaz Hamilton en 19 de octubre de 1961. <br
/>
[3] Miguel Ángel Iñiguez, general de brigada nació en 1909 y murió en 1989.
Fue un oficial peronista que paso a la fama por comandar la columna de
efectivos militares que estaba por sofocar el grupo sedicioso comandado por el
general Lonardi en Córdoba en septiembre de 1955 cuando se le ordenó abandonar al
objetivo. Participó de la resistencia peronista siendo un actor en el levantamiento
del general Valle en 1956 y en un nuevo intento en 1960 conducido por él mismo.
Fue jefe de la policía federal en 1973 hasta 1974 cuando fue separado del cargo
por ser opositor a las políticas criminales de López Rega. <br />
[4] Hubo en la historia argentina un gran número de levantamientos armados
de diferente tipo. Inclusive muchos en el siglo XX, desde los radicales en 1905
o los primeros 30, a los enfrentamientos con los obreros anarquistas y
sindicalistas en los que intervino el ejército. Pero estos (muy distintos entre
sí en varios puntos y específicamente en el plano militar) no pueden ser
encuadrados ni por aproximación con las experiencias guerrilleras de la segunda
mitad del siglo. Uturuncos y el EGP (o las FAP) fueron muy fácilmente
derrotados por fuerzas policiales o pequeños grupos de gendarmería. La
resistencia peronista y sus grupos armados fueran los “comandos”, o las fuerzas
de Iñiguez, o las que intentó articular Valle, también distan de haber
expresado una fuerza de tipo “guevarista” (aunque fuera en su método). Y las
guerrillas de Montoneros, FAR, etc., urbanas, inclusive las otras compañías del
PRT (comandos urbanos) aunque hayan realizado operativos llamativos, o atacando
cuarteles, no fueron unidades permanentes asimilables a una unidad militar.
Sólo la Compañía de Monte fue una guerrilla asimilable a una unidad militar clásica.
<br />
[5] En febrero de 1973 la primera
compañía organizada, Decididos de Córdoba, asaltó el Batallón 141 de
Comunicaciones del Ejército, ubicado cerca del Parque Sarmiento, en la ciudad de
Córdoba. El 6 de setiembre de 1973 fue copado el Comando de Sanidad del ejército
en Parque Patricios CABA. El 19 de enero de 1974 la guarnición militar de Azul
(la más grande del país) fue atacada. La cuarta y quinta grandes operaciones
tenían por objeto ser una demostración de fuerza de envergadura al atacar en
simultáneo la Fábrica Militar de Pólvora y Explosivos de la localidad de Villa
María y al Regimiento de Infantería Aerotransportado 17 de Catamarca, en agosto
de 1974; el primero fue un éxito el segundo una catástrofe. El 13 de abril de
1975 el ERP lanzó su sexta operación contra el Batallón de Arsenales 121, en la
localidad de Fray Luis Beltrán al norte de Rosario. Y el 23 de diciembre de
1975, la última operación de este tipo, fue el ataque al batallón de arsenales
de Monte Chingolo, una derrota guerrillera de proporciones irrecuperables en
ese momento. <br />
[6] Montoneros era una organización identificada con el “peronismo
revolucionario”, lo que ya marcaba una importante diferencia ideológica y
táctica respecto del PRT-ERP. Fue la más numerosa y con más poder político e
inserción de masas. Aunque, mientras existió, el ERP fue más audaz, activo y
duro en su accionar militar. <br />
[7] Organizaciones Liberes del Pueblo es un concepto caro al peronismo clásico,
que es esencialmente no liberal y no individualista. Son todas las organizaciones
populares no estatales, sociales y económicas, que en la visión peronista debe
tener un rol activo en el desarrollo de la vida social y en la gestión del
estado en lo que hace a sus asuntos específicos, y aun en los generales de la
nación. En la práctica Montoneros conducía (o aspiraba a hacerlo) y potenciaba
el rol político y la actividad reivindicativa de estas organizaciones en donde se
insertaba. El concepto poder popular guarda un cierto paralelo al de “doble poder”,
del PRT aunque se diferencia en que “doble poder” es tender a escindir a las organizaciones
populares del estado y crear un poder paralelo. Y el poder popular no es “necesariamente”
eso. Las OLP son las organizaciones naturales de la sociedad con actividad más allá
de los individual liberal. <br />
[8] Liberar lo ponemos ente comillas ya que no creemos posible que el ERP
pudiera tomar la cuidad de Tucumán, por ejemplo. Y porque la zona del monte
estaba despoblada, no había unidades militares que expulsar ni población que
gobernar. Lo que si podía aspirar el ERP es a generar condiciones militares en
que en acceso al monte estuviera vedado y la ruta cercana y con bastante población
bajo su influencia, con el ejercito fuera de ella. <br />
[9] Ver: Santucho, M (1974) Poder burgués, poder revolucionario. Ed
El Combatiente. https://www.marxists.org/espanol/santucho/1974/23-viii-1974.htm
. Caviasca, G. (2011) Poder, poder
popular y hegemonía, Bs. As. El Río Suena. Caviasca, G. (2013) Dos
caminos Bs. As. De la campana.
<br />
[10] Sin intentar disminuir la implicancia práctica que tuvo la indicación
de “aniquilar”, se debe evaluar que, en el contexto tanto para los militares
como para los políticos, “aniquilar” al enemigo significaba en la teoría
conocida de la guerra, la destrucción de su capacidad político-militar de ser
una amenaza, no matar a cada uno de los guerrilleros y sus simpatizantes. O
sea, en la definición formal la idea de “neutralizar y/o aniquilar” con el agregado
de “el accionar” parece una definición correcta para quien conozca el tema de
la guerra. <br />
[11]Al día siguiente del ataque a Formosa Luder, dictó los decretos
2770/75, el 2771/75 y 2772/75. Todos los decretos son de acceso público y
se encuentran en el siguiente sitio del Gobierno Nacional: El original en este
link https://www.argentina.gob.ar/normativa/nacional/decreto-261-1975-210287.
El siguiente link remite a la modificación de las partidas presupuestarias
destinadas a aumentarlos recursos para el OI: https://www.argentina.gob.ar/normativa/nacional/decreto-2840-1975-210297/texto.
La batería de decretos es clara simple y muestra decisión política (esta solo
existe con recursos). Y se complementan perfectamente con las directivas emanadas
dela superioridad militar. <br />
[12] Leandro Anaya. Reemplazó a Carcagno a fines de 1973 hasta mayo de
1975. Volviendo a aparecer las “subversión” como enemigo central en su
discurso. Provenía de una familia militar con antiguos vínculos con Perón. Se
lo considera un personalista disciplinado al gobierno. Las directivas dadas con
su firma para la realización del OI incluyen categorías como “gobierno popular”
y similares, como se ve en el escrito de Vilas. Intentó mantener el equilibrio de
corrientes internas. Cayó por que en las FFAA algunos militares habían avanzado
en contra de las AAA de López Rega y Anaya no los detuvo. En la hegemonía
lopezrregista fue reemplazado. Fue tolerante con el “proceso”, y crítico a
Balza por su posición autocrítica. <br />
[13] Numa Laplane, peronista nacionalista, jefe del ejército entre el 13 de
mayo de1975 al 27 de agosto de 1975. Se lo considera un “profesionalista
comprometido”. Su relación con el lopezrreguismo es un tema de discusión (desde
la época de Carcagno era un general que el peronismo ortodoxo y la derecha del
movimiento veían con buenos ojos). Cayó porque su vinculación con el gobierno
impedía que la cada vez más fuerte hegemonía de la derecha militar avanzara
hacia lo que era un nuevo marco de referencia con los grupos económicos
concentrados y hacia golpe, y una aún mayor libertad de acción en el combate a
la “subversión”. Se manifestó contrario al “Proceso”. <br />
[14] Carcagno señalaba a la conducción montonera que él estaba dispuesto a
avanzar en la línea que estaba acordando, pero que desde el EMG “solo
controlaba la botonera, a veces apretaba un botón y por abajo no pasaba nada”.
Perdía, R, entrevista del autor. <br />
[15] Ver Discurso del Tte. General J. D. Perón en 20 de enero de 1974 https://www.historiahoy.com.ar/el-discurso-peron-20-enero-1974-n1545
Aunque la dureza de Perón es muy grande, tiene lógica en varios de sus
argumentos. Sin embargo, lo más destacado es que adjudicó responsabilidad a la izquierda
peronista en nada involucrada en el atentado. El endurecimiento contra la “delincuencia
terrorista” siguió los canales policiales mediante la sanción de las nuevas leyes
represivas y una serie de políticas destinadas a “depurar” el peronismo, el
estado y las OLPs. Lo que desde el PRT se calificó como fascismo, ya que la combinación
de acción policial y de embrionarios grupos no estatales armados que se
comenzaban a ver era interpretados en el sentido del accionar de los fascismos
europeos. Aunque podríamos considerar que la situación argentina tenía una
cantidad de diferencias a la europea de preguerra. No es discutible el acierto
del PRT con que el accionar parapolicial se extendería. Aunque es muy discutible
que el gobierno peronista fuera fascista o se orientara hacia allí. Mas allá de
la represión y los enfrentamientos violentos. Porque el Fascismo incluye no
solo represión e inclusive mucho más que rechazo al comunismo (recordemos que
el ministro de economía de Perón era Glebard un comunista). Es una concepción
que en la práctica concreta terminó con cualquier tipo de organización independiente
de la clase obrera y un disciplinamiento de la misma bajo la autoridad social y
económica de la jefatura empresaria. Ese no era el modelo de Perón. Quizas se podría
discutir ese devenir con el isabelismo/lopezrreguismo. <br />
[16] Debemos mencionar que ambos temas son centrales en la cuestión de la
revolución. Todos los revolucionarios cuando hablan de aspectos militares señalan:
por un lado, que es casi imposible derrotar a un ejército profesional bien
armado y con alta moral. Y segundo que la tropa o los soldados (inclusive los
oficiales, o el ejército mismo) deben ser ganados. Ambas cosas pueden ser
pensadas como una; y en cada muy distinta circunstancia nacional de guerra se
dieron de forma distinta. En Argentina ambos factores fueron lo más negativo
posible, y cada vez se hicieron más negativos. <br />
[17] Francois, P (2009) “Contrainsurgencia en Argelia: el punto de vista francés”
Military Review. <br />
[18] Caviasca. G (2018) La hipótesis Carcagno Op. Cit. <br />
[19] Rot, G. (2000) Los orígenes perdidos de la guerrilla en la
Argentina: la historia de Jorge Ricardo Masetti y el Ejército Guerrillero del
Pueblo Bs. As. El cielo por asalto. <br />
[20] Atilio Santillán nació en 1935 y fue muerto por el ERP en marzo de
1976 acusado de colaboración Acdel Vilas. Era secretario general de la FOTIA desde
1960. Había conducido luchas sindicales de importancia, siendo miembro de la
CGT de los argentinos y de las coordinadoras de 1975. Se lo consideraba un
peronista combativo. El ERP en el № 74 del 10 de abril de
1976 de su órgano oficial Estrella Roja incluyó un “Parte de Guerra”
fechado el 22 de marzo de 1976 señalando los motivos de su ejecución “deshonró
la gloriosa tradición de lucha del gremio azucarero poniéndose al servicio de
la criminal oficialidad del ejército opresor desde la iniciación del feroz
operativo antiguerrillero en curso (…) entregó al enemigo numerosos de los
mejores luchadores”. A lo largo de esta introducción veremos la compleja situación
de la amplia mayoría de las organizaciones sociales política y sindicales de la
provincia en el periodo del OI y la Compañía de Monte. <br
/>
[21] Salas, E. (2015). Uturuncos: el origen de la guerrilla peronista
Bs. As. Punto de Encuentro <br />
[22] Para que se entienda mejor esta diferencia se puede encontrar bien
explicada y muy clara de entender en los escritos chinos o vietnamitas, también
en el Che, etc. Pero, acercamos una idea básica. No es sólo “el programa” lo
que diferencia al ejército del partido. Es que el ejército es un organismo
popular de masas, no profesional. Debe para tener éxito sumar miles, decenas de
miles, o cientos de miles de combatientes del pueblo llano, por la voluntad de
combatir por una vida mejor y un país libre (para sintetizar), la tierra si son
campesinos, por ejemplo. El Partido marxista leninista es otra cosa, y en
general puede aportar los cuadros y cuanto más arriba en la escala jerárquica
de cuadros militares es claro que debía ser comunistas y miembros probados del
partido. En eso no hay gran diferencia con los ejecitos de masas de cualquier
país. Los profesionales son los oficiales, los soldados son gente común con un
entrenamiento para el combate. La ideología común es la defensa de la patria,
pero los oficiales tienen una ideología (más compleja, geopolítica, historia
aliados y enemigos concepción de economía y sociedad) que maman en las largas
carreras militares y los diferentes niveles de escuelas que concurren. <br />
[23] La Gaceta, 29 de mayo de 1974<br />
[24] El general prusiano señala que los bandos enfrentados en la guerra
entran en una lógica de golpearse cada vez con más fuerza, que esa lógica los
atrae y que finalmente gana el que más capacidad de concentrar fuerza tiene
cuando su oponente se agota. Es de destacar que Clausewitz dice que esta es una
lógica “espontánea” de la guerra en sentido ideal no real, que el comandante
debe evitar ser atraído por ella.
<br />
[25] Raúl Lescano 20’/08/2012 entrevista del autor. En: https://www.barricadatv.org/?p=1512.
“Masacre de Capilla del Rosario” http://www.elortiba.org/old/capros.html
Portal
El Ortiba <br />
[26] Sin entrar en el detalle del combate de Catamarca. Podemos ver que 47
guerrilleros son detenidos por una unidad policial, que sin dudas es vapuleada.
Pero deben regresar a sus lejanas bases apresuradamente. En esa retirada se
dividen en 3 grupos que pierden el contacto entre sí, y especialmente entre en
jefe de la unidad y el resto de sus subordinados. Pareciera que un mínimo contratiempo
(por demás previsible) desarticula toda la operación. <br />
[27] Si bien después del desastre de la muerte de la hija del Capitán (pos
mortem) Viola, el ERP resolvió suspender las acciones, estas ya se habían
cargado a 11 personas (10 militares) sin una claridad de su rol como criminales
u objetivos políticos de algún tipo, sólo por portar uniforme. La discusión
sobre el tema en el PRT (que existió aun en el momento de decidir la represalia)
la abordamos en La hipótesis Carcagno.
Sin intenciones de justificar o aprobar los lamentables hechos (que además significaron
para el ERP un costo ante la opinión pública) debemos decir que el “derecho de
represalia equivalente” era parte de la doctrina militar aceptada. <br
/>
[28] Eran el comisario del pueblo y un taxista. <br />
[29] Carnovale, Vera “En la mira perretista. Las ejecuciones del largo
brazo de la justicia popular” http://www.unsam.edu.ar/escuelas/politica/centro_historia_politica/pdf/vera.pdf<br
/>
[30] Amando Juri era un viejo peronista tradicional de la provincia.
Comenzó su carrera política apoyando el golpe de 1943 era cercano a oficiales
del GOU. En 1950, es nombrado jefe de policía, cargo que desempeñó entre 1950 y
1952; fue preso luego del golpe de 1955. En los 60 formó junto a Riera el
Partido “Acción Provinciana” expresión del peronismo proscrito triunfando en
las elecciones de 1962, luego anuladas. En las elecciones de 1973 es electo
gobernador de Tucumán encabezando las listas del Frente Justicialista de
Liberación (FREJULI) obteniendo el 60% de los votos. En 1976 fue detenido y
estuvo preso 3 años. Varios de sus colaboradores y ministros se encuentran
desaparecidos. Quizás a pesar de apoyar el OI mantuvo cierto espacio para la
política, el sindicalismo y para figuras del peronismo no toleradas por
proyecto que encabezaban los militares. Como todo el peronismo tradicional del
momento repudió al ERP que además se proclamaba su enemigo. <br />
[31] Más adelante veremos una serie de denuncias sobre asesinatos y desapariciones
que se encuentran relacionadas con este accionar. <br />
[32] La idea de “mito” la remitimos a George Sorel que, creemos, está en la
base de la idea de mito de la guerrilla en el Che. Señalaba Sorel en Reflexiones
sobre la violencia que el Mito es “un conjunto de imágenes capaces de
evocar, en conjunto y por mera intuición, antes de cualquier análisis
reflexivo, la masa de los sentimientos que corresponden a las diversas
manifestaciones de la guerra entablada por el socialismo contra la sociedad moderna”.
Sorel se refería a la “huelga revolucionaria”, pero sus ideas son extensibles en
forma más general a cualquier mito movilizador en situaciones de guerra civil
(o aun más amplias). De allí también creemos se encuentra la forma en que opera
la guerrilla argentina en lo que hace a acciones cuya importancia es mayor en la
difusión de las mismas, el cómo se ven en la sociedad y especialmente en los
grupos sociales desde donde se reclutan los principales apoyos revolucionarios.
Es de destacar que, para Sorel, la huelga general, (como para el Che la
guerrilla inicial) el mito, debe operar en una clase o en una fracción muy
importante de la población, difundir optimismo movilizador en las masas. <br
/>
[33] La idea perretista de guerra civil prolongada
es una corrección de la GPP oriental. Tomaba nota que en aquellos países la clave
del desarrollo de la guerrilla hacia un ejercito de masas fue el enfrentamiento
con en enemigo extranjero. Mientras que en Argentina la guerra era claramente
entre dos fracciones nacionales y un ejército nacional. Por eso “guerra civil”.
<br />
[34] Fueron heridos el teniente Rodolfo Vicente Richter (quedó
paralítico), el subteniente Arias y el cabo 1° Orellana y el
teniente 1° Héctor Cáceres al acudir en su ayuda el jefe de la patrulla
fue muerto. La guerrilla dejó dos muertos en el campo: “Tito” (Héctor
Enrique Toledo) y “Daniel” (Víctor Pablo Lasser).
[35] Se llama así en ruso a la táctica mediante la cual los ejércitos
soviéticos lograban ocultar y/o confundir a los alemanes sobre los enormes
movimientos de tropas detrás de la línea de frente. Millones de hombres, armas,
equipos y suministros eran preparados para una ofensiva en un sector del
frente. Pero los alemanes no podían saber con mínima precisión estos
movimientos, que se realizaban de tal forma logrando que las fuerzas del eje no
los detectaran o confundieran varios lugares posibles de realización de la
futura ofensiva. La Maskirovka se realizaba a distintas escalas, logrando así
sorpresas tácticas y estratégicas sobre el ejército alemán, dificultado la
concentración de sus reservas y cada vez más escasas (aunque eficientes)
tropas. <br />
[36] Concepto que literalmente significa “guerra relámpago”. Es la doctrina
alemana cuyo más famoso referente fue Heinz Guderian. Es una doctrina que
permite el triunfo rápido mediante una acción a nivel táctico y operacional de
fuerzas motorizadas de armas combinadas que penetran en la retaguardia
dislocando todo el sistema defensivo y haciendo colapsar al ejercito enemigo. <br
/>
[37] A diferencia de Catamarca, donde la retirada fue un desastre. Pero en
este sitió la guerrilla operaba en su terreno o muy cerca de él, mientras que
en Catamarca no. <br />
[38] Las bajas guerrilleras fueron
el sargento “Dago” (Domingo Villalobos Campos), Ricardo (Juan
Carlos Irurtia) el teniente “Pedro” (Héctor Burgos, chileno) y
el “Hippie” (Ramiro Leguizamón). El fracaso más allá de las bajas
debe haber afectado sin dudas la moral de combate de la unidad del monte y su
imagen ante la población. La Vª Brigada amplió su zona de operaciones
establecida que era de 4800 km² a 7200 km². Durante junio se continuó secuestrando
armas y se produjeron enfrentamientos menores donde mueren dos guerrilleros más “Alberto” (Tomás
Francisco Tocoma) y “Gabriel” (Aldo Malmierca). <br
/>
[39] Los caídos eran subteniente Rodolfo Berdina y al soldado
conscripto Ismael Maldonado miembros de un equipo de combate perteneciente
a la Fuerza de Tareas Aconquija. Llevaban cuarenta y ocho horas
desarrollando misiones de exploración y reciben la orden de replegarse hacia la
base del regimiento. Mientras desandaba el camino de regreso, la vanguardia de
una sección al mando de Berdina, se encuentran con una unidad del ERP. El teniente
seguido por el soldado traba combate y son muertos, mientras el resto de la
unidad se alerta y contraataca. El ERP se retira sin bajas. <br />
[40] No es nuestra intención quitar responsabilidades a al general
Alsogaray sobre su lamentable posición política hasta 1973 cuando fue un líder
del antiperonismo militante. Pero no podemos dejar de mencionar, para trazar un
poco el perfil de la represión (de los represores), del periodo posterior la reunión
en la que Alsogaray y su mujer la madre y padre del oficial montonero se
presentaron ante Bussi a preguntar por su hijo. Cuentan los trascendidos de la
reunión el trato duro, (desde nuestra perspectiva bestial) que Bussi dio al
Tgral y a su mujer produciendo el “quiebre” de su interlocutor. <br />
[41] El ERP arrastraba un déficit en armamento. Si bien no era un ejército
muy numeroso la guerrilla tenía dificultad de dotar a sus hombres con armamento
adecuado para operaciones militares de envergadura, faltaban FAL y armas de ese
tipo, La compañía había sido mejor equipada. <br />
[42] No deja de llamar la atención que todos los guerrilleros salvo uno
hayan muerto. <br />
[43] Muchos y variados son los análisis mas profundos o escritos de batalla
donde el PRT mostraba su absoluta confianza en el avance indefectible de la
revolución en Argentina. Tal es así que la editorial de El Combatiente
posterior al golpe de estado de 1976 se titulaba: “Argentinos a las armas”. Es evidente
el pensamiento en torno a lo que iba a suceder, la reacción popular al golpe implicaría
un crecimiento de las fuerzas guerrilleras y su representatividad. Lo opuesto a
los que pasó, peor aún peor, el razonamiento era opuesto a lo que estaba sucediendo
en la sociedad, sólo puede ser consecuencia de una gran Fe. <br />
[44] Diego Barceló y los soldados Orlando Moya y Carlos Vizcarra. <br
/>
[45] El cabo Wilfredo Napoleón Méndez y el soldado Benito Oscar Pérez. <br
/>
[46] Hacia finales de febrero de 1976 (ya Bussi era comandante de brigada)
una columna del ERP es detectada en la zona del dique El Caudillal (en la misma
zona donde esperaban operar los montoneros). Se producen varios enfrentamientos
y la unidad guerrillera con algunas bajas se retira y pierde gran cantidad de
material. Fue el último intento del ERP de romper el cerco para salir de la
zona que la Brigada controlaba. Ese intento había sido previsto por los
militares quienes pensaron un despliegue para impedir el escape de los restos
de la guerrilla. En realidad, Santucho quería probar una vez eludido el
dispositivo militar la posibilidad de sostener una unidad rural operativa como
símbolo. <br />
[47] Estos datos son los oficiales de las FFAA en lo que hace al combate
directo y público con la guerrilla según parámetros militares. Se encuentran en
varias fuentes, pero nosotros los recogimos del trabajo de Eusebio González Breard.
Más adelante, cuando introducimos algún necesario pantallazo sobre la represión
clandestina, aportamos los datos de la comisión invest5igadora de la
legislatura tucumana y del equipo de Inés Izaguirre que trabaja para los
organismos de DDHH. En ambos las cifras varían un poco, pero con salvedades
explicables tanto entre ellas como con respecto a las de las FFAA. <br />
[48] El tema del consenso lo analizaremos más adelante. <br />
[49] Podríamos citar al Che cuando habla de la desproporción normal entre
la unidad guerrillera y las FFAA. Y desarrollar el tema del factor moral, de
que la guerrilla es la población que la apoya que se escabulle etc. Debemos
señalar que para que los factores guevaristas de éxito se den hay condiciones
particulares. La mayoría de las experiencias guevaristas fueron derrotadas en
condiciones mucho más favorables para ellas que las argentinas. También podemos
mencionar a las experiencias china o vietnamita (el Che y Vietnam eran los
modelos del ERP), sin embargo, en estas últimas (además de que hablamos de
agresores extranjeros) la desproporción de bajas es muy grande. Los vietnamitas
sufrieron cantidades de bajas muy superiores a las del ejército de EEUU y sus
satélites del sur, y su lucha fue de décadas. Cantidades que sorprenden, pero
que eran reemplazadas sistemáticamente por la población, eran un auténtico
ejército popular, tanto en la lucha contra Francia como contra EEUU. En nuestro
caso por múltiples motivos la FES argentina impedía un desarrollo similar. <br />
[50] Centro de militares por la democracia (CEMIDA), se formó a partir de
oficiales expulsados de la fuerza por sus posturas críticas al “proceso”. En
general eran militares de trayectoria nacionalista, o cercana al peronismo
inclusive con alguna cercanía o contacto con políticas de Montoneros en algún
momento. <br />
[51] Recordamos que el PRT interpretó con bastantes argumentos que uno de
los grupos de guerrilleros que se replegaban al monte después del fracaso del
operativo sobre el cuartel de infantería aerotransportada de Catamarca, habían
sido ejecutados después de haberse rendido. Frente a ello resolvió que se
ejecutaría indiscriminadamente un número similar de oficiales del ejército,
aplicando el derecho de represalia. Esto llevó a que militares ajenos al
combate inclusive médicos, fueran asesinados por la guerrilla. El debate en el
PRT sobre el tema lo estudiamos en Caviasca G. La hipótesis Carcagno. <br />
[52] Montoneros de perfil más nacionalista, peronista, con una línea de
trabajo y acuerdo con oficiales, había realzado una activa política de
relaciones y desde 1973 no atacaba a los militares. Ver: Caviasca, G. La hipótesis Carcagno. <br />
[53] Para un estudio más detallado ver: Marín, Juan Carlos (1984) Los hechos armados CICSO Bs. As. Aclaramos
que tomamos la cantidad de muertos, y/o desaparecidos según el caso, que están en
las estadísticas oficiales del gobierno nacional y las investigaciones académicas.
Que son menos (aproximadamente menos de la mitad) de los que se suelen
establecer en el discurso público. Eso no implica que nosotros establezcamos una
cifra definitiva y “fallemos” a favor de tal o cual número. Sin embargo, es la obligación
de un estudio científico partir de los datos que se disponen en el momento. <br
/>
[54] Como dato de color podemos señalar que la lucha entre la derecha
peronista y las organizaciones revolucionarias fue militarmente mas
desfavorable para los sectores revolucionaros que en Italia la lucha entre la izquierda
y el fascismo. La relación de muertos causados por las escuadras del fascismo
respecto de los grupos armados de la izquierda fue menos desproporcionada. <br
/>
[55] Ciertamente, el argumento que permitía que la opinión de los militares
fuera contraria a la intervención contra la guerrilla en forma directa, y su
correlato de participar en la represión al conjunto de actividades consideradas
subversivas, era que (como ya había escrito Osiris Villegas) el objetivo que la
“subversión” tenía era obligar a las FFAA a exponerse en un combate que sería
contra la población civil. Y así se desgastaran, dividieran, dudaran, se desmoralizaran,
y sobre todo, que la población las repudiara. Fuera porque quería realzar un proceso
de cambio como los “peruanistas”, o porque querían evitarlo, los argumentos mencionados
se imponían como mayoritarios en la oficialidad. Pero esto en 1975 ya no era
así en realidad. La mayoría de los partidos políticos avalaban la intervención,
una parte importante de las organizaciones sociales no la rechazaban, y el comportamiento
de la población (si bien podemos tener la certeza de que la guerrilla confiaba
en que se escandalizaría de la intervención militar) estaba en dudas, y demostró
no ser opuesta a la intervención directa de las FFAA. Si a esto sumamos que las
fuerzas guerrilleras operaban sistemáticamente contra las FFAA, se hace evidente
por que que los militares estaban en condiciones y convencidos de actual sin
vacilaciones. <br />
[56] El “Memorándum Reservado del Consejo Superior Peronista” presidido por
el senador salteño Humberto Martiarena, se dio a difusión el 1 de octubre de
1973, y es explícita consecuencia de la muerte de José Ignacio Rucci por parte
de Montoneros. Fue publicado completo por La Opinión diario de Jacobo Timerman.
No se encuentra firmado por Perón, a pesar de que sus transcripciones
posteriores agregan su firma. Aunque no dudamos de que el General apoyaba,
impulsaba o toleraba esa línea, aunque fuera por un tiempo, hasta encuadrar en
la “reconstrucción nacional” (disciplina y pacificación) a los guerrilleros
peronistas. Es de destacar, para no tener confusiones que Perón señaló en su
momento con claridad que veían a “reconstruir y pacificar” o “liberar y
pacificar” y que los pilares de su política eran al Pacto social y el Plan
Trienal. Cualquiera que conozca mínimamente ambos y entienda el significado de ambos,
podrá ver que la agudización de la lucha de clases o la lucha política era
confrontar con esta línea. En ese sentido “la derecha” o la coalición de
fuerzas ad hoc que enfrentó a “la izquierda”, fue mucho más hábil estratégicamente.
http://www.lagazeta.com.ar/orden_reservada.htm
<br />
[57] https://www.argentina.gob.ar/normativa/nacional/decreto-261-1975-210287
, http://www.desaparecidos.org/nuncamas/web/document/militar/175.htm
, http://www.desaparecidos.org/nuncamas/web/document/militar/40475.htm
. Sobre este marco regulatorio de su intervención Acdel Vilas se extiende en el
Diario…. <br />
[58] Oliveira Cesar, María (2005) “Del modelo contrarrevolucionario francés
al modelo aplicado en la Argentina del Proceso” https://www.persee.fr/doc/ameri_0982-9237_2005_num_33_1_1713
.<br />
[59] Documentos del Estrado Terrorista (2012) http://www.jus.gob.ar/media/1129178/41-anm-documentos_del_estado_terrorista.pdf
Secretaria de Derechos Humanos-
Ministerio de Justicia y Derechos Humanos. Al autor no deja de sorprenderle la
inclusión de estos decretos como “terrorismo de estado”. No porque no lo sean,
sino porque fueron impulsados y apoyados por todo el espectro político y social
significativo. Y nos produce una reflexión sobre la necesidad de pensar de una
nueva forma el conflicto social y armado de los sesentas y setentas en relación
con la articulación crítica del clivaje “dictadura democracia”. Aunque el texto
pone énfasis en orientar la cuestión hacia una planificación militar del golpe,
creemos que se equivoca, no porque el golpe no haya sido planificado, sino
porque considera planificación cuestiones intrínsecas a la DSN vigente desde
los sesentas (salvo un muy breve periodo). <br />
[60] Como veremos más adelante, el control se realizaba con una combinación
de acciones de tipo represivas, sociales y propagandísticas. Tal como preveían
los decretos del PEN y las directivas específicas de la jefatura militar. <br
/>
[61] En 1975 el Mayor Mohamed Alí Seineldín pidió a la jefatura que la
última etapa de entrenamiento del curso de comandos se realizara en el teatro
de operaciones de Tucumán. Así se dispuso el alistamiento de la Compañía de
Comandos 601, provista de ropa de camuflaje, borceguíes negros, boina verde y
armamento consistente en fusiles FAL calibre 7,62 NATO, ametralladoras MAG,
lanzacohetes, granadas, equipo de comunicaciones de última generación y
puñales, se trasladaron rumbo al Teatro de Operaciones. Se habían entrenado
duramente en Misiones y el Delta del Paraná. Seineldín, se presentó ante el
general Vilas para coordinar las acciones y propuso un cambio de tácticas
consistente en patrullas, desde el monte hacia los centros poblados, es decir,
a la inversa de lo que se venía practicando desde comienzos de la guerra. Para
ello, fue trazado sobre el mapa un rectángulo que abarcaba la zona de
operaciones, con su frente en la Ruta Nacional Nº 9 y los contrafuertes sobre
las sierras del Aconquija.
Al día siguiente de su llegada, cuando la compañía, integrada por su jefe, su
plana mayor, el grupo de apoyo y tres secciones de asalto (50 hombres en
total), abordó diez helicópteros Bell UH-1H y partió en vuelo nocturno hacia la
Zona de Operaciones. Luego de 13 días regresaron sin haber tomado contacto con
el ERP. El bautismo de fuego de los Comandos tuvo lugar en el mes de octubre,
al oeste de Famaillá, durante su segunda misión de patrulla, cuando en una
serie de enfrentamientos, la compañía de comandos se adjudica la muerte de
numerosos guerrilleros y la destrucción de varios campamentos. En Campo de Mayo,
al norte de Buenos Aires, otras secciones de 30 hombres de la 601 completaban
su entrenamiento y se preparaban para marchar al frente con el objeto de relevar
a sus compañeros. El primer relevo fue en diciembre. Los comandos de Seineldín
quedaron satisfechos y el ejercito los consideró eficaces. Un relato (un poco
apologético, pero con buena información) se encuentra en: Burzaco, Sergio (1994)
Infierno en el Monte Tucumano. RE
Editores Bs. As. <br />
[62] Es interesante esta cuestión de los conscriptos, no sólo por el debate
en Estado. El PRT-ERP insistía en su propaganda en desafiar al ejército a
pelear solo con sus cuadros profesionales y no exponer a los soldados conscriptos.
La creencia de que los soldados eran un punto débil de la estructura militar
era “doctrinal”. Se basaba en la experiencia histórica, por ejemplo, el
ejército del Zar había sido un lugar propicio para el trabajo bolchevique en
los soldados, etc. También se podía pensar que los conscriptos le rehuirían a
un combate contra una fuerza política nacional que asumía pelear por los
trabajadores. Ciertamente tanto Montoneros como el ERP tuvieron trabajo en los
soldados (Montoneros entre los oficiales también), pero eran más bien militantes
que hacían la conscripción. El ERP gracias a esos militantes conscriptos
(atendidos por el “Frente ejército enemigo”) realizó todas las operaciones
contra cuarteles. También es cierto que los militares ajustaron su inteligencia
interna y eso da cuenta de una cantidad de conscriptos que figuran como
desaparecidos, al ser considerados miembros o colaboradores de la guerrilla (el
tema es tratado sin suficiente profundidad, pero con bastante atención por
D`Andrea Moore en El Escuadrón perdido). La cuestión no se resolvió como los
revolucionarios imaginaban (salvo en el aspecto de obtener alguna información
para operaciones). Por ejemplo, en la mayor cantidad de bajas de conscriptos se
produjo en el ataque montonero a Formosa, los guerrilleros sugirieron a los
soldados de la guardia que dejaran las armas, “que la cosa no era con ellos”, a
lo que los conscriptos respondieron a tiros. También fue una responsabilidad
debida a la audacia de conscriptos que fracasó la toma del cuartel de Sanidad,
etc. Existió un cierto error o simplificación en la cuestión de los soldados. <br
/>
[63] Si bien las conspiraciones y las maniobras de inteligencia no son el
método correcto para explicar los acontecimientos. Como tampoco son el motor de
la historia. Lo cierto es que el periodo iniciado en 1973 estuvo plagado de
estas. Destinadas a crear climas, influir sobre Perón, desestabilizar
funcionarios, posicionar a otros, etc. Y más que en otros momentos tuvieron
cierta influencia. Ponemos dos ejemplos que se suman a los que Vilas relata como
hechos. Uno, el señalamiento de la complicidad de Montoneros en el ataque del
ERP a Azul. Que llego a influir en la opinión de Perón. Y segundo la idea de
que Carcagno era antiperonista y buscaba sostener un ejército antiperonista
perjudicando a oficiales de este signo. Ambas operaciones contaron con amplia
difusión dentro del gobierno hasta llega a que la misma Revista Militancia se hacía eco de las
acusaciones contra Carcagno. <br />
[64] Acdel Vilas no era alguien notorio antes del Operativo. Su presencia
pública hacia la transición democrática fue efímera, ya que las violaciones a
los DDHH durante su gestión tanto en Tucumán como en Bahía Blanca cobraron
cierta relevancia en un proceso que estuvo teñido por reivindicaciones de masas
respecto al juicio y castigo. Si bien Vilas no estuvo en el centro de estas,
fue más bien por la complejidad para el sistema político que tuvo su rol de
jefe del Operativo Independencia bajo el gobierno de Isabel. Pero esta efímera
participación en 1983 (que adjuntamos en un reportaje que dio en esa época
donde define sus ideas) creemos que confirman la posición que se le adjudica en
el periodo 1973/76. Según Rosendo Fraga, Vilas formó parte a principios de 1974
del “Grupo de Oficiales Nacionalistas” (una logia militar) de adscripción peronista/nacionalista
(advertimos sobre la ambigüedad de estas categorías) con cierta cercanía con
las 62 organizaciones. Y a lo largo de 1975 (ya jefe de la V brigada) el mismo
Fraga lo sigue colocando como dentro de una tendencia peronista/nacionalista fuertemente
partidaria de la represión contra la guerrilla. Ver: Fraga, R. El Ejército del escarnio al poder. <br
/>
[65] Para el combate de Monte Chingolo recomendamos además de la extensa
bibliografía de memorias y documentos del PRT y los participantes del asalto,
el libro Monte Chingolo: La mayor batalla
de la guerrilla argentina de Plis Stemberg. <br />
[66] Aun en 1983 en un informe final posterior a la auto amnistía realizada
por el último presidente militar el general Reynaldo Bignone, se hablaba de
30000 guerrilleros, por ejemplo. <br />
[67] Sabemos, sí, que hubo un acuerdo entre el PRT, Montoneros, el clasismo
del PCR etc. Para la elección de SMATA, pero de allí a la instauración del
doble poder a partir de Córdona dista un gran trecho.
[68] Si bien el documento reservado del Consejo Superior Peronista es sin
dudas un hito en la lucha interna del movimiento por la depuración de
izquierdistas, no es el inicio de la lucha. Esta se puede rastrear desde la
primera resistencia peronista. Sin embargo, recién en los setentas llegó al grado
de virulencia que vemos aquí. El peronismo en el gobierno eliminaba el factor
de unidad que era la lucha por el retorno de Perón. Y en estos años las
corrientes del peronismo combativo habían adquirido una ideología y
organización que incorporaba elementos de los MLN y el socialismo en forma más
orgánica. Otro elemento es que la lucha por la depuración del gobierno
peronista no solo incorporaba ahora la lucha peronista previa, sino la lucha de
los grupos desplazados del poder, contra el peronismo en general, pero contra
su ala más radical en particular. Por último, aunque se puede señalar a este
documento como un hito, no debemos dejar de tener en cuenta que es consecuencia
directa de la muerte de Rucci y esta es consecuencia de los crímenes de Ezeiza,
etc. Y, en relación a nuestro estudio, podemos señalar que este conflicto
alimentaba en el PRT-ERP la convicción de la necesidad de posicionarse como
vanguardia armada ajena y superadora de esas internas, y en los militares la
conciencia de su rol como agentes necesarios del orden. <br />
[69] Se puede consultar a Brunetto, Luis 14250 o paro nacional. Rapoport,
Mario Historia política, económica y
social de la argentina, Restivo, Néstor y Dellatorre, Raúl (2016) El rodrigazo. el lado oscuro del ajuste que
cambió la argentina. Buenos Aires: Capital Intelectual. <br />
[70] Durante 1974 la FOTIA conducida por Santillan desarrolló un duro
conflicto que terminó sin una victoria. Desde la izquierda se acusaba a
Santillán de falta de audacia en enfrentar al gobierno, por ser peronista. Hay
que considerar que gran parte del conflicto azucarero de 1974 se desarrolló en
paralelo con la instalación de la guerrilla rural y los dos primeros operativos
del gobierno (los conducidos por Villar y el de Menéndez). Los que, si bien
fracasaron en su objetivo principal, implicaron una presencia muy fuerte y
atemorizante de fuerzas policiales y/o militares en los pueblos. Ver: Nassif,
Silvia (2018) “La huelga azucarera de septiembre de 1974 en Tucumán: un hito del
movimiento obrero durante el tercer gobierno peronista” https://cerac.unlpam.edu.ar/index.php/pys/article/view/3026/3496#n6
<br />
[71] Es de destacar que Vilas llegó a la provincia y se reunió para
conseguir el apoyo de todas las fuerzas de la provincia, y tuvo como objetivo
central lograr la paz laboral y el éxito de la zafra. Para ello contó con el
apoyo del gobierno nacional y del sindicalismo en general. También, actualmente,
los más destacados miembros del PRT sobrevivientes recuerdan la ejecución de
Santillán como la de un referente que era un problema para la guerrilla. <br />
[72] Carnovale, Vera “En la mira perretista. Las ejecuciones del largo
brazo de la justicia popular” http://www.unsam.edu.ar/escuelas/politica/centro_historia_politica/pdf/vera.pdf.
El PRT ejecutó a 62 personas de las cuales 3 fueron sindicalistas. <br />
[73] El mismo gremio de Santillán calculaba en esa época que se podía poder
en el corto plazo 30000 puestos de trabajo de los 60000 existentes. Y de hecho
Tucumán fue la provincia que más población perdió de nuestro país en esa
década. <br
/>
[74] Artese Matías, Roffinelli, Gabriela “Responsabilidad civil y genocidio
Tucumán en años del “Operativo Independencia” (1975-76)”. CLACSO 2005
http://biblioteca.clacso.edu.ar/Argentina/iigg-uba/20110322104029/ji9.pdf<br />
[75] La Gaceta, 27 de febrero de
1975. <br />
[76] Crenzel, Emilio Capítulo 14. El Operativo Independencia en Tucumán file:///C:/Users/User/Downloads/El_Operativo_Independencia_en_Tucuman.pdf.
<br />
[77] “En reiteradas oportunidades ha condenado al terrorismo, no sólo por
su carácter irracional, sino que su accionar está claramente comprometido con
la liquidación de la soberanía popular duramente conquistada por el pueblo argentino,
sirviendo objetivamente a los intereses internacionales”. No está claro a
quienes endilga el FIP la desaparición. Pero el partido de Abelardo Ramos era un
duro crítico de la Guerrilla a la que hacia co-responsable de la crisis
política y defendía a Perón como a Isabel además de condenar duramente los
ataques a las FFAA. <br />
[78] Crenzel. Op. Cit. <br />
[79] Por ejemplo, sucedió en alguna retirada, que cuando un guerrillero
escapando se escondía en un cañaveral acosado por los soldados un cañero trabajando
lo veía y seguía su trabajo como si nada sin avisar a los soldados cercanos.
Testimonio de Martín Jaime, miembro de la Compañía. Recordemos el histórico trabajo
del PRT en la zona, desdelos sesentas, un trabajo con cierta inserción. Como
también que Tucumán fue un hipotético centro de implantación guerrillera desde
la misma resistencia peronista. <br />
[80] Llamamos al periodo de “guerra civil de baja intensidad” con picos
militares, al vivido desde 1955. En este momento que analizamos, la violencia
armada es una decisión política de todos los bandos que en sus estrategias no
dudan que en un corto plazo el país se vería sumergido en una guerra civil abierta.
El hecho de que las FFAA hayan derrotado a los emergentes militares del bloque
popular hizo que la lucha militar quedara en este tipo de combates de comandos y
represión mayoritariamente clandestina. Esta conclusión debe buscar su
explicación no principalmente en aspectos militares del conflicto (por ejemplo,
a la guerrilla de monte no le fue tan mal en el combate cara a cara), sino en
factores políticos y de análisis de la realidad, en los que los exponentes
revolucionarios fallaron ayudando a generar las condiciones políticas de su
aislamiento y derrota. Por eso decimos que antes que militar de derrota de los
revolucionarios fue política. Desarrollamos ampliamente el tema de la “Guerra
civil” en nuestro trabajo La hipótesis
Carcagno. <br />
[81] De hecho, el poder de los sindicatos fue el más alto de toda la
historia argentina y quizás el más alto del mundo. <br />
[82] Ese proceso se manifiesta en la pérdida de peso de la CGE, en su
desgajamiento y en el resurgir del liderazgo empresario tradicional concentrado
articulado ahora en torno a una propuesta drásticamente reformadora de
capitalismo argentino. Con un liderazgo que merece ser mencionado en José
Alfredo Martínez de Hoz, gerente de Acindar y hombre de las familias
terratenientes tradicionales <br />
[83] En una información que no hemos corroborado, se dice que el Diario de
Vilas no fue publicado cuando fue escrito en pleno desarrollo del “Proceso”,
porque los jefes militares más sensatos consideraron que hacía públicas métodos
y opiniones que podían ser perjudiciales, tanto al relato oficial como el posterior
juzgamiento de las acciones. Posterior mente el mismo Vilas buscó
reposicionarse efímeramente dentro del peronismo por lo tanto su escrito no era
positivo para ese espacio político, ni por lo que implicaba en 1983 ni por las
afirmaciones que vertía sobre el peronismo en general. Es de tener en cuenta
que el golpe no se dio para ser permanente, ni producir un cambio en las
instituciones republicanas, sino en la estructura económica y el balance de
fuerzas entre las clases. <br />
[84] Desde la llegada de la misión de 4 coroneles franceses en 1957 (oficializada
en 1959). Oliveira-César, María “Del modelo contrarrevolucionario Francés al
modelo aplicado en la Argentina del Proceso”https://www.persee.fr/docAsPDF/ameri_0982-9237_2005_num_33_1_1713.pdf.
Mazzei, Daniel “La misión francesa en la Escuela Superior de Guerra”. Mazzei,
Daniel Bajo el poder de la Caballería. <br />
[85] La guerrilla argentina siempre señalaba en sus escritos que el pueblo
era su territorio y que los militares se movían como fuerzas enemigas por
territorio hostil. Una expresión de deseos más que una realidad. Pero sin dudas
una realidad en donde la revolución o la guerra de liberación triunfó. Aunque
en general contra fuerzas extranjeras o regímenes muy anacrónicos. <br />
[86] La Batalla de Argel película italo argelina dirigida por Gino
Pontecorvo, describe la lucha del FLN en la ciudad de Argel donde se plantea
una insurrección. La llegada de los paracaidistas franceses especialistas en
lucha urbana presenta el método con el que finalmente de desarticula la
organización del FLN en la ciudad. La película no explica como después de la
derrota del FLN descripta, este mismo frente consiguió la independencia un par
de años después. https://www.youtube.com/watch?v=SLcVuzEFtbA<br
/>
[87] Los franceses enfrentaron fuerzas insurgentes coloniales. Mientras que
los norteamericanos enfrentaban a fuerzas nacionales con rebeldes nacionales. <br
/>
[88] Depende de la fuente la cantidad de centros clandestinos varia. Esto
se debe a que se considera como tal En un tope existieron en Tucumán unos 60
lugares que cumplieron alguna función en el sistema de desapariciones. Una cifra
más razonable para entender nos permite identificar a 14 lugares que cumplirían
el requisito de Centro clandestino de detención. Aunque aun estos son de muy
diverso tamaño y operatividad en el tiempo. La cuestión es que los detenidos pasaban
por varios lugares a lo largo de su desaparición, En este caso, Tucumán, la metodología
fue más masiva e indiscriminada y esto hace que mucha más gente haya pasado por
la detención clandestina y luego liberada. <br />
[89] Decreto de Nacht und Nebel fue un decreto del gobierno del III Reich
del 7 de diciembre de 1941. La característica era que las personas consideradas
peligrosas para el Estado en los territorios ocupados debían ser detenidas y
eliminadas sin dejar rastro en forma generalizada y rápida; se señala también la
necesidad de desaparición de los cadáveres y la ausencia de información ya que
ello contribuirá a generar terror entre la población de los territorios
ocupados. <br
/>
¿donde puede leerse el Diario de campaña de Vilas?
ResponderEliminarhttps://www.amazon.com/-/es/Guillermo-Mart%C3%ADn-Caviasca-ebook/dp/B09272CQPJ/ref=sr_1_4?dchild=1&qid=1621975700&refinements=p_27%3AGuillermo+Martin&s=digital-text&sr=1-4
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