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martes, 3 de noviembre de 2020

Introducción orientativa para la lectura del “Diario de Campaña del General Acdel Vilas”

 

 

Guillermo Martín Caviasca<br />

UBA/UNLP<br />

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Introducción orientativa para la lectura del “Diario de Campaña del General Acdel Vilas”<br />

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El escrito que presentamos, conocido como “Diario de Campaña” del General Acdel Vilas es uno de los materiales exponentes más claros y transparentes de la puesta en práctica de la Doctrina de Seguridad Nacional en el plano de la lucha contra una unidad guerrillera rural típica. Es en este sentido único, ya que la guerra contrarrevolucionaria en nuestro país fue desarrollada en forma clandestina contra una guerrilla que era mayoritariamente grupos comandos urbanos y contra los grupos políticos y sociales que expresaban ideas de país que abarcaban desde el socialismo más “duro” a cualquier alternativa al alineamiento político-ideológico-económico estratégico con occidente noratlántico. <br />

 

El Diario es un amplio trabajo que debe ser leído discriminando (o comprendiendo la diferencia entre) lo que son informes, balances personales y documentos, que el general Vilas agrupó en un solo texto, inédito, para dar la visión sobre su participación en la guerra contrarevolucionaria que se desarrolló en Tucumán denominada como “Operativo Independencia”. Usamos la categoría “Guerra contrarrevolucionaria” porque creemos que es la mas clara, y que sirve para entender mejor la “Guerra civil” de baja intensidad o diluida con picos armados, que se vivió en nuestro país a medida que avanzaron los años desde 1955. A lo largo de la década de 1960 las ideas de “revolución”, “contrarrevolución”, “guerra revolucionaria”, “lucha armada”, “seguridad y desarrollo”, “seguridad nacional”, etc., comienzan a instalarse en nuestro país sobre el sustrato y encuadre que brinda la proscripción del peronismo y la inestabilidad político económica que configuran una situación de crisis de hegemonía prolongada. <br />

En el ambiente militar esta doctrina, bajo su denominación francesa de “guerra contrarrevolucionaria”, es la piedra angular de toda la experiencia nacional. Ya el Coronel Alberto Díaz Hamilton[1] jefe de inteligencia a principios de la década de 1960 (y militante antiperonista) exponía los primeros despliegues de la doctrina francesa durante la aplicación del Plan CONINTES durante el gobierno de Frondizi[2], en su lucha contra la resistencia obrera y peronista, los primeros embriones de guerrillas y las fuerzas del General Iñiguez[3] parte de ese proceso. Por lo tanto, es correcto encuadrar el Operativo, como un eslabón final de un largo proceso de instalación de esa doctrina en el seno de las FFAA, y la sociedad en general. <br />

El Diario además nos permite introducirnos en la guerra de las guerrillas en Tucumán. Teniendo en cuenta que la instalación de una fuerza insurgente en el monte era un proyecto central en el PRT y que definía parte de su identidad. Siempre teniendo en cuenta que la fuente es la del ejército, con la subjetividad que tiene cualquier parcialidad cuando aborda a su enemigo, y especialmente en el caso de Vilas sujeto con un objetivo político-personal claro. Pero el estudio sistemático de la guerrilla rural y la lucha contra ella desde un plano que articule la historia de Tucumán, como la estructura de la provincia, con lo político y lo estrictamente militar está aún por ser realizado. O sea es necesario un abordaje desde la historia militar y la historia social de le guerra. <br />

Si bien el Diario es una fuente, disponible para ser leída, interpretada y estudiada, requiere ciertas aclaraciones. Para personas con conocimientos profundos del periodo, es probable que esta introducción no sea necesaria, pero para un público un poco mas amplio creo que se requieren precisiones y encuadre histórico. El General Vilas codujo el operativo Independencia durante 1975, fue la mas importante experiencia de guerra contrarrevolucionaria, y lo hizo durante el periodo mas destacado de ésta. Quizás se sorprenda alguien con esta afirmación, ya que es durante un gobierno constitucional y no durante el “Proceso” que remite el escrito de Vilas. <br />

Sin embargo, es durante este año 1975 que la lucha militar entre la “Compañía de Monte” del Ejercito Revolucionario del Pueblo y la V Brigada de Montaña del Ejército argentino se desarrolla en Tucumán. Y es la única experiencia destacable[4] de enfrentamiento de este tipo: entre una fuerza guerrillera en el terreno y una fuerza militar clásica. Y, para el tiempo del golpe de estado, la guerrilla rural, derrotada, se había replegado y estaba en etapa de desmovilización volviendo a las ciudades. <br />

La instalación de la Compañía de Monte en Tucumán es algo diferente al resto del despliegue guerrillero en el resto del país. Si bien el ERP atacó desde febrero de 1973 hasta diciembre de 1975[5] siete guarniciones militares, todas estas operaciones eran golpes de mano, que debían sorprender el enemigo con pocos efectivos en el cuartel, desorganizarlo, tomar armas y equipos, y retirarse raudamente evitando el contraataque de fuerzas organizadas. O sea que los ataques a cuarteles no aspiraban al control del cuartel, ni a su destrucción, ni de la unidad militar, ni a establecer un control de la zona, ni al establecimiento de una unidad guerrillera permanente en la zona. El objetivo era, en lo militar, conseguir armase, propagandizarse, e ir fogueando al ERP. Y en lo político, ir desmoralizando a las fuerzas del estado, golpear políticamente al gobierno y mostrarse ante la población como una fuerza poderosa para atraer respeto y simpatía, y con ellos posibles combatientes y apoyo. <br />

Montoneros[6] fue diferente, sus fuerzas más numerosas sin dudas, no tuvieron una doctrina similar, no construyeron una fuerza rural, ni desarrollaron una doctrina de ataque a cuarteles (aunque realzaron un ataque en Formosa, este parece más bien una necesidad de propaganda política para no ser menos que el ERP). Sus acciones fueron siempre de comandos en algunas etapas apoyadas por lo que llamaban “miliciadas” o sea el despliegue de militantes levemente armados para realzar actividades de agitación popular en las ciudades. Y por sobre esto, atentados contra enemigos destacados en forma de operaciones comando o con explosivos, planificadas, rápidas y precisas. Montoneros apostaba a establecer/construir el “poder popular” a través de las Organizaciones libres del pueblo[7], que de hecho habían tenido una gran influencia de la organización a través de organizaciones de masas muy amplias. <br />

El objetivo de la Compañía de Monte era completamente distinto a los ataques a cuarteles, en todo caso complementario. El ERP en el monte tucumano debía establecerse en forma permanente, controlar un territorio, que en proyección podía extenderse al control de una zona densamente poblada y productiva de una provincia importante en el centro del país, que a sui vez controlaba las comunicaciones más importantes con otras provincias de la zona. O sea que, si bien en lo táctico podía ser una serie de acciones de golpear y escapar, en lo operacional y estratégico implicaba una guerra permanente con el ejercito por el control territorial y la presencia de formaciones militares estables. En proyección la Compañía debía “liberar”[8] una zona, o sea establecer una zona donde las fuerzas armadas y policiales del estado no pudiera entrar, y mostrar la existencia de un embrión de doble poder de alcance nacional. Para poder tener un santuario y un lugar donde establecerse sin las condiciones riesgosas de la clandestinidad urbana. <br />

En este sentido debemos destacar que la estrategia de toma del poder del PRT no pasaba por derrotar al Ejercito en Tucumán ni en ningún otro lado en campo abierto, como en Cuba, China, Vietnam etc. O, al menos eso no era lo teorizado, por la organización. En su importante trabajo Poder burgués, poder revolucionario, Santucho indicaba que la toma del poder por los revolucionarios en argentina se realizaría a través de una estrategia que se llamaba de “Doble poder”. Cuyo despliegue era urbano, territorial y que se basaba en el control de las Organizaciones libres del pueblo (comisiones barriales, clubes, sindicatos, comisiones internas, centros de estudiantes, asociaciones populares de todo tipo) por los revolucionarios y a través de ellas establecer un control de facto del territorio, fabricas, etc. paralelo al estado. Lo militar era de apoyo. Y que recién en una situación de “cordobazos” el levantamiento popular debía transformarse en insurrección y control, permanente de una ciudad con el apoyo de las unidades militares del ERP y la jefatura política de un Frente de liberación. La zona liberada en Tucumán solo debía oficiar de retaguardia o santuario, de la revolución[9].<br />

Es de esta forma que solo en Tucumán, y con el ERP, se dio un enfrentamiento militar con operaciones clásicas, al menos clásicas en lo que a lucha de guerrilla y contraguerrilla se refiere. También existieron en Tucumán represión clandestina, detenciones, secuestros y desapariciones; claro, es parte de la doctrina en “Guerra contrarrevolucionaria”, y de este accionar da cuenta la amplia mayoría de los desaparecidos. Pero hay combates entre unidades en el terreno. Más allá de operaciones comando, ataques con explosivos, ejecuciones, secuestros, torturas y nuevos secuestros, ataques sorpresa contra cuarteles y las fuerzas represivas que actúan masivamente con la consigna de “noche y niebla”, que fue la situación general de todo el país. <br />

Es necesario aclarar la organización del escrito de Vilas abarca una interpretación personal de la guerrilla y de toda la lucha político social considerada “subversiva” por la doctrina vigente en esa época. Expresa primero una explicación y análisis de los antecedentes desde su punto de vista. Luego presenta el “Diario” propiamente dicho, que es una recopilación y descripción en tono de parte militar de las operaciones, campañas e informes de inteligencia de su periodo de actuación. La transcripción de las directivas de la jefatura del ejército y, posteriormente, una lista pormenorizada de combates y muertos en combate. Y finalmente otro “Diario” que es un nuevo análisis personal e informe de su actuación en la represión en Bahía Blanca y la zona de influencia del V Cuerpo de ejército. A esos escritos que Vilas agrupó, nosotros le agregamos una entrevista no publicada hecha en 1983, que ayuda a completar la comprensión de su pensamiento y personalidad. <br />

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El Inicio formal<br />

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El 5 de febrero de 1975 la presidenta Isabel Martínez sancionó el decreto n 261/75 que enmarcaba legalmente el accionar de las FFAA (Ejército centralmente, Fuerza Aérea y Armada solo colaborarían en ese tiempo) en la provincia de Tucumán. Ordenando “neutralizar y/o aniquilar el accionar de los elementos subversivos”[10] en la provincia. Colocaba a la policía federal y la provincial a disposición del mando de las FFAA (la gendarmería y la prefectura eran conducidas por las FFAA hasta el último periodo democrático por 1983). Poco tiempo después bajo la presidencia interina de Italo Luder dos nuevos decretos extendieron la jurisdicción de las tres FFAA a todo el país luego del ataque de Montoneros al cuartel de infantería de monte en Formosa[11]. <br />

Se concretaba así un reclamo cada vez más amplio, de sectores de las FFAA y de la sociedad, respecto a la intervención militar directa. Hasta ese momento la potestad era policial; y la guerrilla, tal cual un tipo de delincuencia, como señalaba el general Perón, debía ser reprimida por la policía. Aunque está claro que la guerrilla no es una delincuencia. Pero lo que estaba en discusión era otra cosa: el rol de las FFAA y la real amenaza guerrillera. Esto era una cuestión de debate no saldada en el interior de las FFAA durante 1973 y 1974, una aparente mayoría de oficiales no deseaban verse envueltos en una lucha que, imaginaban, fuera de sus incumbencias profesionales y posible fuente de deterioro de su imagen, tal como habían vivido antes de 1973 (y como sabemos hoy sucedió, catastróficamente, para las FFAA).  <br />

Sin embargo, ese debate era duro al interior de las fuerzas, las presiones internas y externas para intervenir eran grandes. Por un lado, asumir la DSN implicaba de hecho la “necesidad” de intervenir, y los cambios de autoridades militares desde la caída del general Carcagno, señalaban a la guerrilla como enemiga central del país. Tanto Leandro Anaya[12] como Alberto Numa Laplane[13] así lo asumían, aunque fueran leales al gobierno o parte del proceso político peronista. Segundo, cuando se producía el ataque a una unidad militar el ejercito podía defenderse dentro del predio, pero no actuar fuera de él ni perseguir posteriormente a los atacantes, eso era incumbencia de la policía, como también las investigaciones posteriores. Estas situaciones en el marco de una fuerte propaganda, generaban un progresivo corrimiento del consenso hacia la intervención directa. Y es comprensible que fuera Tucumán, donde se decía que la policía era impotente para frenar la implantación del foco rural, el primer paso.  <br />

A pesar de no tener participación legal directa legalmente organizada, como señalamos; fuera por que era parte de sus tareas o porque lo realizaban más allá del poder político, sectores de las FFAA mantuvieron su atención e implicancia en la lucha contra la guerrilla, ilegal o indirectamente. Realizando tareas de inteligencia o vinculándose (algunos sectores) con grupos paramilitares. Tal es así que el mismo general Carcagno en 1973 le reconocía a la conducción montonera que no se cumplían necesariamente todas sus instrucciones como Comandante General[14]. Ello también fue fuente de duros enfrentamientos internos, que llevaron a la muerte de un coronel (el coronel Martín Rico quien investigaba las AAA y tenia vínculos de inteligencia con Montoneros), a la desestabilización del general Leandro Anaya, y a un casi tiroteo entre la unidad militar a cargo de la seguridad de la quinta de Olivos (los granaderos al mando del coronel Jorge Sosa Molina) y los paramilitares de Lopez Rega. Si bien había tres fracciones en las fuerzas respecto a la opinión de que hacer frente al proceso político y con el paramilitarismo, el consenso era que la violencia es potestad del estado y específicamente de las FFAA. Por ello una razón de la intervención militar fue monopolizar la represión. Siendo así, es claro que, a partir de la extensión de la jurisdicción militar a todo el país, el paramilitarismo prácticamente desapareció. <br />

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El consenso intervencionista<br />

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En el “Diario…” de Vilas parte de estas polémicas que son reflejadas con claridad. Específicamente las que se refieren a dos temas. Los debates respecto del gobierno al interior de las fuerzas, como la cuestión del “Profesionalismo integrado” y la guerrilla como enemigo principal o no. Es importante detallar ambas, ya que Vilas expresaba su punto de vista y su posición, buscando distanciarse del peronismo para congraciarse a fondo con la Dictadura. <br />

La idea de “Profesionalismo integrado” era una de las posiciones que debatían las FFAA desde 1973. Ese debate se profundiza durante 1974 y aparece en este texto de Vilas con claridad. Todo un espectro de militares peronistas, de diversas tendencias, y nacionalistas proponían algún tipo de relación con el “proyecto político popular”. Podemos señalar al coronel Vicente Damasco, el coronel Jorge Sosa Molina o al general Numa Laplane entre varios más. Aunque este grupo tiene una amplia heterogeneidad en sus vínculos con el heterogéneo peronismo. Esta línea se ve en las instrucciones que Anaya mandó para desarrollar el Operativo a principios de 1975 (que incluye Vilas en su “Diario…”), donde las categorías “gobierno popular” y similares aparecen en el documento militar. Frente a estas tendencias se encuentran los “profesionalistas”. Que en realidad son todos los antiperonistas y “anticomunistas” más duros: desde Videla y Viola; hasta Menéndez, Riveros y Suárez Mason. Jefes con mando de tropas. O sea que la cuestión de “Profesionalismo” vs “Profesionalismo integrado” representaba en 1974/75 la forma en la que las FFAA procesaban la disputa peronismo/nacionalismo/nacionalismo popular/ vs. antiperonismo/liberalismo/nacionalismo reaccionario; habiendo sido el antiimperialismo (Carcagno, Cesio etc.) la primera víctima de la lucha política.  <br />

De la misma forma la discusión sobre la guerrilla se fue resolviendo paso a paso, aunque más rápido que la cuestión del peronismo en general. Carcagno y su corriente desarrollaban una política de relación con las fuerzas revolucionarias, específicamente con Montoneros. Y su táctica era devaluar, en sus declaraciones hacia dentro y fuera del ejército, el rol de la guerrilla, en tanto fuerza armada, aislando políticamente a los más duros y comprometiendo a las FFAA en un proceso de cambio social y político que consideraban irreversible. Eran los “peruanistas”, antiimperialistas que aceptaban la discusión sobre cambios radicales y pretendían neutralizar a los mas intransigentes. <br />

Su caída a fines de 1973 en el marco de la depuración del gobierno de “izquierdistas”, no eliminó la idea de que el ejército no debía meterse directamente en el combate a la guerrilla. Pero si de que la guerrilla no era un enemigo importante, después de Carcagno reaparece en el discurso de las FFAA como una amenaza (debemos señalar que lo hace en conjunto con el resto de los estamentos políticos del estado). Sin embargo, a pesar de considerar a la guerrilla un enemigo, Numa Laplane había indicado, en un acto militar de la unidad que comandaba (el I Cuerpo de Ejército) antes de ser ascendido a Comandante general, que el que quisiera irse a combatir a la guerrilla se pusiera el uniforma azul de la policía. Y Perón insistía en esta tónica, de mantener separada defensa de seguridad. <br />

La muerte de Perón el 1 de julio de 1974 abrió las compuertas para un nuevo escalón en la lucha armada. Combinada con el deterioro de las variables económicas en forma abrupta y la agudización de la lucha de clases. Hasta ese momento el viejo general era un muro de contención. Y había señalado con claridad que la guerrilla seria combatida por la policía, a pesar de que ya desde enero de 1974 los ataques a unidades militares comenzaron a ser un hecho insistente, y la guerrilla de monte fue descubierta en Tucumán. En enero de 1974, luego del ataque a la guarnición de tanques de Azul, Perón, de uniforme militar, había salido por los medios indicando que bajo cualquier nombre que se dieran eran un enemigo a eliminar.[15] <br />

Sin embargo, en febrero de 1974 a través del ministro Gelbard el viejo general habría de enviar una carta a Fidel Castro para que lo ayudara a mediar con la guerrilla, con el objetivo de que esta depusiera las armas. No sabemos si Perón tenía la certera información de que Castro no apoyaba las acciones del ERP, o si quizás Perón intentaba más bien que Fidel mediara, pero no con el ERP sino con Montoneros sobre los cuales el líder cubano sin dudas tenía más influencia que sobre el intransigente Santucho. Pero la guerrilla tenia causas locales. Y mas allá de que el líder cubano sugirió a los guerrilleros perretistas que no realizaran la lucha armada contra Perón, la estrategia de golpear militares y empresarios continuó, con una posición (particularmente del PRT-ERP) sumamente condenatoria respecto del viejo líder. <br />

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Estructura y despliegue del ERP<br />

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Para poder interpretar mejor a los escritos de Vilas, es necesario tener una visión general de que era, como estaba constituida y como actuó la Compañía de Monte del Ejercito Revolucionario del Pueblo. La historia nos mostró que, a pesar de las expectativas o temores, el ERP fue derrotado en el monte con contundencia inapelable y rapidez. En un año y medio, la victoria de la V Brigada era definitiva. Pero esta dura afirmación que realzamos no debe ser confundida con que fue una victoria fácil, aunque suene paradójico. El ERP fue derrotado claramente. Clausewitz define: “la guerra constituye por lo tanto un acto de fuerza que se lleva a cabo para obligar al adversario a acatar nuestra voluntad”. Y como instrumento de la política, la guerra y las operaciones militares deben tener como fin lo político. Y este fin era en Tucumán la eliminación de las fuerzas guerrilleras operativas y su influencia sobre la provincia y el país. Ese objetivo se consiguió ampliamente, más acá (o sea aún antes) de una victoria definitiva en el campo de batalla, los últimos meses de la guerrilla estuvieron relacionados con como abandonar el monte.  <br />

Quizás esta victoria era muy probable. Analizando sólo el plano técnico-militar, por ejemplo. Para derrotar al ERP el ejército argentino empeñó una fuerza que osciló entre 20 y 100 veces superior. Perfectamente equipada y abastecida. Con abundante financiamiento. Con una buena moral y entrenamiento; inclusive los conscriptos, abrumadoramente en forma mayoritaria combatieron y cumplieron sus funciones con eficiencia[16]. Y el ejército, además, violó todas las reglas de la guerra, con la complacencia y/o protestas ineficaces de la clase política y sindical. Aunque sin dudas actuó con gran inteligencia, sin dejarse tentar por las trampas estratégicas que la guerrilla tiende para atraer a las FFAA hacia terrenos y escenario desfavorables. Las FFAA vencieron en forma contundente en lo que hace a lo estratégico, mucho más que en lo táctico. En combate abierto la guerrilla se mostró competente, o al menos sólida y valiente. Pero esto no es un juego entre guapos que paran en dos esquinas y se prepotean, y lo que importa es la política no “los huevos” (aunque nunca están demás). Es bueno recordar la idea del comandante de las FAR Carlos Olmedo, quien señalaba que: “los fierros pesan, pero no piensan”. <br />

El ERP creyó sinceramente durante meses que los militares tenían “miedo” de subir al Monte. Que el ERP realmente estaba controlando el territorio, y aquí radica un problema: “creerse” el mito. El PRT alimentó el mito de una guerrilla imbatible, haciendo que pareciera muy superior a lo real. Los sectores (muchos mas amplios que los militares) que impulsaban la respuesta militar total, cual toma de yudo, recogieron el guante del discurso del ERP y, ante la creciente actividad armada en general, desplegaron la represión abrumadora y sin límites. <br />

Mientras el PRT hablaba de miedo, la V Brigada realizaba un arduo y eficiente trabajo de asentamiento en la ruta 38 desde donde aislaba al ERP de sus bases posibles y de su estructura logística. Un trabajo de inteligencia sistemático, y un trabajo político cuya contundencia se mostró en la casi unanimidad de las fuerzas políticas y sindicales de la provincia en apoyo a la V Brigada. <br />

Así el Ejército asentado en el territorio podía esperar a la guerrilla rural en vez de irla a buscar y allí correr el riesgo de caer en emboscadas o golpear en el vacío. Una vez asentada la estructura militar, controlada la provincia, neutralizada o aterrorizada la población (o ganada para la represión), ahí los militares comenzaron a “subir al monte”. Preparados, con datos y bien entrenados. Los acosados, cercados y derrotados en “miles de pequeños combates” (como señalaba Giap) fueron los guerrilleros y no las FFAA (aunque hayan sido decenas no miles combates, o caídas en transito del monte a la ciudad, dado el tamaño reducido del escenario). <br />

Debemos aclarar dos cosas. La respuesta de las FFAA fue de forma brutal, con secuestros, torturas sistemáticas y desapariciones masivas. Superó lo imaginable. Pero no estaba fuera del cálculo de las fuerzas revolucionarias, ya que en general, y especialmente el PRT siempre señalo que la actividad revolucionaria, “desnudaría la naturaleza represiva/fascista del gobierno peronista”, como señalaba en sus publicaciones públicas. Esa desnudez debió (en la óptica de los revolucionarios) quitarle las bases sociales y volcarlas al apoyo a los revolucionarios/guerrilleros. Pero eso no fue así. O por lo menos no fue “automático”, como la teoría supuestamente dictaminaba. La crisis del gobierno peronista fue compleja y no decantó en un apoyo al accionar armado. Si para el PRT-ERP Perón había desnudado su naturaleza fascista, para las grandes masas trabajadores al morir seguía siendo su líder indiscutido. <br />

Ciertamente el accionar represivo que la doctrina contrarrevolucionaria aplicada por Vilas (radicalizada hasta el paroxismo por Bussi) define, llevaba a violar todas las reglas de la guerra y de humanidad. ¿Podía haber vencido la V Brigada sin secuestros torturas y desapariciones? Creemos que si, justamente porque la victoria fue, desde nuestro punto de vista, política antes que militar. Y además muy contundente. Tal como evalúan actualmente en el ejército francés[17] (y esto debe tener en cuenta que la represión salvaje e inhumana no fue contra franceses), la metodología contrarrevolucionaria es a la larga mas dañina que los logros que permite. <br />

Pero fue una derrota militar clara también. Fue estratégica y táctica. Entonces por que si el ERP podía ser derrotado de otra forma se uso esa. El tema esta más allá de la guerrilla, no es una cuestión militar como la famosa consigna de Clausewitz señala de la vinculación de guerra y política, es aún más allá de esto. Estaba en el temor de un sector de la sociedad sobre el tener que compartir o discutir los destinos del país. Por eso la represión y el terror fueron mucho más extensos, era parte de un disciplinamiento necesario para un cambio estructural que excedía a los guerrilleros existentes. No era la cuestión derrotar a los guerrilleros (al menos no sólo esto y sin dudas no era el objetivo clave de los grupos de poder que mediante la dictadura implementaron sus planes), el objetivo era derrotar al conjunto del movimiento popular que sustentaba el modelo de país nacido con el peronismo. Pero esto, es una hipótesis para otro trabajo. <br />

Volviendo a la Compañía de Monte, sabemos que ya en 1973 Santucho había impulsado que un grupo de unos 30 militantes se instaran en el monte tucumano para ir reconociendo el terreno y entrenándose, no era una columna guerrillera sino una aproximación a una futura columna que debería operar en esa zona. La idea general era tributaria de una concepción de larga data. La ceja de selva que se extiende desde Tucumán hacia el norte, es la Yunga, una franja que se termina uniendo a la selva amazónica por Bolivia. Es una línea continua que llega a Santa Cruz de la Sierra, donde había operado el Che. <br />

Santucho había enviado a Luis Mattini para acordar con Fidel Castro una preparación militar eficiente a cargo de instructores cubanos. Peor Fidel se negó, apoyar una guerrilla contra Perón escapaba a los planes de Cuba y a la lógica geopolítica de la revolución cubana. Pero a pesar de ello Santucho siguió adelante y señaló críticas a la revolución que aparecen en los materiales del PRT de ese momento[18]. En lo que hace a esta introducción es interesante señalar la opinión de Gorriarán Merlo: “Roby, más que entrenamiento militar, tenía conocimientos. Como todos nosotros, tenía una práctica limitada. Era un buen tirador; había sido el mejor tirador cuando hizo el servicio militar en la Aerotransportada de Córdoba y además tenía unas condiciones innatas para la táctica. Complementaba eso con determinadas lecturas y con algunas prácticas que había realizado en Cuba. Pero no había recibido entrenamiento, como dicen algunos libros”. O sea, los guerrilleros aprendían sobre la marcha. En realidad, Santucho imaginaba el camino de muchos guerrilleros que con altos costos llevaron adelante la lucha armada en muchos tiempos y lugares. Aunque la mayoría eran campesinos muy conocedores del terreno.  <br />

La idea guevarista era en algún momento bajar hacia Argentina y unirse a alguna fuerza guerrillera que (con el periodista Jorge Masetti[19] a la cabeza, el “comandante Segundo”) debía estar instalada en algún lugar de Salta. Luego de la fácil destrucción (casi autodestrucción) del grupo de Masetti hubo otras hipótesis e intentos rurales similares, que en general fueron abandonados por los sucesivos fracasos, y por que la característica social Argentina invitaba a pensar que la resolución del conflicto era urbana. Pero el PRT siempre la mantuvo. <br />

Tucumán, en la zona donde operó la compañía de Monte (departamentos de Famaillá y Monteros), abarca una superficie de 2199 km2 y tenían en ese entonces unos 122773 habitantes según los censos recientes. Podemos ver que la zona de operaciones se encontraba dividida en dos partes claramente diferenciadas. Una llana, en torno a la ruta 38 donde se encontraba la mayoría de la población; y otra montañosa paralela, a cierta distancia, con densos bosques, dificultosa transitabilidad, buena humedad y dificultosa observación aérea y terrestre. Propicia para movimientos de un grupo insurgente. La primera zona contaba con las poblaciones de Lules, Famaillá, Acheral, Monteros y Concepción (hubo operaciones y combates en todas). Y toda la zona estaba cubierta de explotaciones de caña de pocas hectáreas. Existían en los pueblos una textil de 1800 obreros y 4 ingenios (Fronterita, Ñuñorco, Santa Rosa y Providencia) con unos 2000 obreros en total, la mayoría golondrinas o sea semiocupados y muy pobres. La zona tenía tradición de lucha. <br />

La FOTIA (Federación Obrera de trabajadores de la Industria Azucarera) era un gremio muy poderoso de prestigio nacional, protagonista de importantes luchas desde “siempre”; inclusive un gremio destacado en la gestación del 17 de octubre de1945. En esos años era conducido por Atilio Santillán[20] y venia llevado adelante un plan de lucha en confrontación con el gobierno nacional. Era un gremio peronista, pero sus sindicatos de base tenían implantación del PRT. Organizaba en época de zafra a unos 60000 trabajadores. Guarda cierta lógica que se hubiera elegido esa zona para el accionar de una columna rural, y que tanto las FFAA, como las fuerzas de la resistencia, o la guerrilla tuvieran como posible lugar de desarrollo de la insurgencia esa zona, como hipótesis, desde el golpe contra Perón y se instalara la primera experiencia peronista: Uturuncos en 1959[21]. <br />

El PRT siempre sostuvo la necesidad de una “retaguardia” rural. Señalaba Santucho que en las ciudades es imposible mantener unidades militares permanentes y menos en tamaño compañía (100 hombres) o batallón (500 hombres), en cambio en el campo esto era algo mucho más posible. En la ciudad el guerrillero opera y desaparece reabsorbiéndose en la sociedad. En el campo se repliega a lo profundo de la selva, pero continúa en forma permanente siendo parte de una unidad militar, lo que permite ir construyendo un ejército regular. En una estrategia de “guerra prolongada” esto es fundamental (en una insurreccional sería distinto). <br />

Así la estructura del ERP, debía contar con escuadras de en torno a 10 hombres, mandadas por sargentos; pelotones de unos 20 hombres mandados por tenientes (o si tenía tres escuadras y cada escuadra más de 10 hombres el pelotón sería más numeroso); compañías, con entre 3 y 5 pelotones, mandadas por capitanes; y Batallones de 3 a 5 compañías mandados por comandantes. Es preciso aclarar que el ERP nunca pasó los 500 hombres en total por un breve tiempo, pudo construir 4 compañías (en Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y el Monte Tucumano) y no alcanzó a construir batallones. Las compañías estuvieron al mínimo de sus efectivos y equipamiento. Estos números son indicativos. Podía darse que un pelotón o una escuadra tuvieran excepcionalmente más integrantes y regularmente menos; los mismo para el pelotón y la compañía (tal es así que en el Monte la Compañía superó el número de 100 integrantes, llegó a 137, para el ataque a Famaillá, reforzada desde las ciudades). También es destacable que el ERP era un organismo de masas o sea debía sumar combatientes por voluntad de combatir y adscribir a principios más generales que los del PRT. Estaba inspirado en las fuerzas guerrilleras del tercer mundo que se desarrollaron en el campo sumando masas campesinas. El ERP debía sumar por la voluntad de luchar contra en ejército, el antimperialismo y un programa social avanzado. El PRT era un partido Marxista Leninista de combate que luchaba por el socialismo (en el sentido de comunismo). Aunque es de destacar que PRT y ERP no se diferenciaban en la práctica, la masa de los integrantes del ERP era del PRT[22]. <br />

Para mayo de 1974 Santucho mismo subió al monte para darle impulso a la protoguerrilla rural, El jefe del PRT tenía la firme idea de que debía lanzarse cuanto antes. Unos 30 hombres estaban en mayo del 74 haciendo sus prácticas y, por casualidad, 12 de ellos armados y uniformados fueron vistos por una unidad policial: habían sido detectados. La versión de que una guerrilla rural estaba en Tucumán corrió en los ambientes políticos y se realizó el primer operativo policial masivo. Bajo el mando del comisario Villar, entre el 19 y 26 de mayo, la policía Federal realizó un rastrillaje con más de 600 hombres (apoyados por personal de la FA, el comando de aviación del ejército y un grupo de apoyo logístico). El despliegue incluyó 10 helicópteros, reconocimiento aéreo y tanquetas, los policías se desplegaron en los pueblos y apostaron retenes a lo largo de la ruta 38. En este operativo fueron detenidas al menos 150 personas, entre ellos dirigentes como Eduardo Arturo González, secretario del sindicato de Santa Lucía. Esto fue impugnado por los gremios (se encontraban en conflicto por reivindicaciones propias), que interpretaban que esta detención era una “ofensa a los obreros azucareros”. Los pobladores de las zonas rurales fueron interrogados y se denunció maltratos. El movimiento estudiantil realizó actos de repudio en San Miguel de Tucumán. <br />

Se encontró un campamento abandonado 20 km. al oeste de Famaillá. De los detenidos unas 37 personas pasaron a la justicia y aparecían como más implicadas en los posteriores análisis militares, algunas de ellas tenían armas o implementos que podían servir para la logística de la Compañía de Monte. Pero la guerrilla se escabulló. La mayoría de los detenidos fueron liberados por falta de méritos y al terminar Villar señaló el éxito del operativo en Acheral donde se habían instalado la comandancia. Es de destacar que de los 600 hombres solo 80 subieron al monte, donde permanecieron 2 días, y el resto operó en la zona baja (de allí eran los detenidos) o realizó tareas logísticas. El diario La Gaceta señaló que la opinión pública se encontraba sorprendida sin que “se hayan logrado resultados visibles que justificasen semejante despliegue”, que las fuerzas habían permanecido ostentosamente sin buscar a los “extremistas” ubicados en la montaña, y que además “según las versiones más exageradas, no había más de 50 hombres haciendo prácticas de guerrillas"[23]. El resultado del operativo fue malo, un gran desplegué sin resultados, que molestó a la población y causo efecto negativo en la opinión pública. <br />

Santucho que se encontraba a cargo de la instrucción en ese momento indico que se debía eludir el cerco, que las fuerzas policiales apoyadas logísticamente por el ejército, intentaban tender. Lo cierto es que la policía no estaba preparada para una operación de ese tipo contra una guerrilla aceptablemente organizada y bien conducida. Así la operación del gobierno golpeó en vacío. Y para mantener detenidos a los presuntos colaboradores (algunos lo eran efectivamente) era necesario suspender el ejercicio de derechos básico, como se hizo posteriormente con las consecuencias conocidas. <br />

Ese fue el momento propicio esperado por Santucho y los más entusiastas partidarios de la guerrilla rural. El 30 de mayo, al día siguiente de que las fuerzas policiales habían abandonado el pueblo de Acheral, la Compañía de Monte hace su aparición formal. Con buena organización tomaron el pueblo, la comisaría, (con un par de efectivos, casi inofensivos, del lugar), los accesos y la radio. Reunieron a la población a la que dieron una arenga. Fue un “mojada de oreja”, un triunfo político, una acción de propaganda armada, bien pensada y exitosa. Sin posible resistencia y sin lastimar a nadie, habían puesto en ridículo al gobierno (Perón era presidente) y ganando la primera plana de los diarios, para el lanzamiento de la guerrilla rural. Estos hechos consumados decidieron al Comité central del PRT a aprobar la propuesta de Santucho de crear la Compañía de Monte en forma estable, bajo el mando de Julio Irurzúm (Capitán Santiago). Se sumaron unos 10 combatientes más de diversas partes del país para reforzarla. La acción acercó al ERP a algunos grupos de militantes peronistas y de izquierda, partidarios de la lucha armada, en el momento que Montoneros aún “esperaba” resolver sus disputas con Perón, sostener su relación con el gobierno, y su conducción sofrenaba a los más entusiastas. <br />

A partir de Acheral se lanza una campaña de acciones simples y la guerrilla rural aumenta su presencia. Comienza en el monte la etapa de "propaganda armada”. Tomaron la localidad de Siambón en Tafí donde copan la comisaría y se arenga a la población (24 junio). Robaron un camión cargado de azúcar del Ingenio San Pablo, repartiéndola en Villa Carmela (25 julio). Y coparon la fábrica Norwinco cerca de Bella Vista, arengando al personal (26 julio). <br />

El 1 de Julio moría Perón. Este hecho es de enorme importancia. Como vemos se dio en medio de las primeras acciones sistemáticas de la compañía de Monte. Con la muerte de del General los embrionarios grupos paramilitares desataron una oleada de ataques que causaron la pérdida de cientos de vidas, principalmente en la izquierda peronista. Es así que en agosto el PRT consideraba que el ERP esta en condiciones de pegar un salto en la calidad de las operaciones. Es evidentemente una respuesta militar de todos los actores al cambio de situación política que se sucede con la muerte de Perón y al notorio incremento de la violencia. Podríamos interpretar esto con la lógica de “ascenso de los extremos” planteada por Clausewitz[24]. Aunque la violencia es paramilitar, el ERP ataca al ejército, al que considera verdadero actor de la violencia detrás de los paras, y esqueleto de la reacción, o más bien del estado burgués que resiste la revolución. <br />

Para mostrar su poder el ERP realizó dos acciones de mayor envergadura que simple propaganda, y simultáneas. El intento de toma del regimiento de Infantería Aerotransportada 17 de Catamarca y la toma de la Fabrica Militar de Villa María en Córdoba. <br />

La primera de estas operaciones, se relaciona directamente con la guerrilla de Monte. Implicó una movilización de combatientes guerrilleros de las ciudades para reforzar la Compañía, ya que la columna que avanzaría a Catamarca saldría desde el Monte Tucumano, recorrería más de 50 km por la ruta 38 fuera del monte, atacaría una unidad militar cercana a la capital de Catamarca y debía regresar al monte. Muy audaz.  Eran 47 guerrilleros (10 de otras regionales) que alquilaron un micro escolar para poder trasladarse desde el Monte al cuartel a copar por un territorio de arbustos chatos. Los guerrilleros debían encontrase con una camioneta con las armas y pertrechos cerca del cuartel, vestirse de militares y entrar anunciado que eran rebeldes que apoyaban al general Carcagno (aprovechando las contradicciones del ejército)[25]. <br />

Cuando estaban en el punto de reunión fueron vistos por los vecinos de la zona en que andaban en bicicleta, los consideraron sospechosos y avisaron a la policía. Esta se acerco al lugar de concentración previa al ataque y se entablo un combate en el que ya hubo bajas de ambos lados. Con la sorpresa perdida, los guerrilleros iniciaron una difícil retirada en dos columnas. Una con el Estado Mayor de la Compañía conducida por el capitán Irurzum se apropia de los patrulleros y logra regresar al monte[26]. La otra a su vez se dividió en dos, una fue cercada por la policía y otra por el ejército. Esta última, una columna de 14 hombres, resistió y después de rendirse sus integrantes fueron asesinados, allí muere Del Carmen Fernández jefe de la columna. Con 16 muertos y una decena de detenidos la derrota es muy dura. Aunque la operación de Villa María es exitosa. <br />

Es de destacar que el ERP debe reforzar con gente de afuera a la Compañía para realizar esta operación de envergadura, y que eso tiene sus contrasentidos. Como la falta de preparación común en lo que es la guerrilla rural, y el desconocimiento del terreno, cosas clave en cualquier guerrilla. Además, muestra que la Compañía no podía por si misma desarrollar ese tipo de operaciones sin refuerzos. <br />

Los crímenes del ejército produjeron que el ERP resolviera lanzar una campaña de ejecuciones indiscriminadas de oficiales en modo de represalia. Lo que llevó a que comandos guerrilleros en distintos lugares del país mataran oficiales por la simple razón de ser fáciles de matar. Llegando en diciembre a matar a un capitán con su hija de tres años en brazos, lo que impacto muy mal en la sociedad y terminó de resolver la voluntad de las FFAA de presionar por hacerse cargo de la represión a la guerrilla y todo lo vinculado a ella[27]. <br />

La presencia activa de la guerrilla rural era evidente y, como es lógico, aparecía como un fantasma de dimensiones indefinidas lo que hacia crecer su amenaza y el prestigio del ERP. Como también la sensación de ingobernabilidad e incapacidad del gobierno de monopolizar la violencia, atributo central del estado y la soberanía. Cuando hablamos de “prestigio” no necesariamente nos referimos a una inmensa simpatía política en las masas, sino más bien a “prestigio militar”, o sea a cierto impacto por su nivel de operatividad. Las masas en general respetan a los grupos audaces y activos, más allá de sus ideas políticas, a “bandidos sociales”, e incluso a delincuentes comunes capaces de grandes robos no muy sangrientos. La transformación de ese prestigio en política es otra cosa, posible poro no lineal. <br />

La respuesta fue un nuevo operativo contraguerrillero, de gran envergadura. Entre el 13 de agosto y el 2 de setiembre, fuerzas policiales apoyadas por pequeños grupos de efectivos militares de la V brigada desarrollan un operativo de rastrillaje que abarcó la zona de San Miguel de Tucumán, Raco, Tafí del Valle, Monteros y Famaillá, bajo el mando del General Luciano Menéndez, que tampoco dio resultados. El ERP siguiendo la estrategia guerrillera lógica, eludía el combate cuando las fuerzas del gobierno iban preparadas. Era evidente que grandes acciones esporádicas no daban resultado con la guerrilla, la idea de un accionar de envergadura sostenido en el tiempo debía madurar. <br />

Luego del desastre de Catamarca, Santucho subió al Monte y reorganizó la compañía en tres pelotones capaces de operar autónomamente. Podemos considerar este momento el de “profesionalización” o transformación de la compañía en una fuerza “regular”, con unidades bien definidas, grados, condecoraciones, rituales de asensos etc. Forma en la que permaneció durante el periodo que estudiamos, antes de su decaimiento. Para esos meses el ERP sumó nuevos refuerzos del resto del país e incorporó simpatizantes obreros y campesinos de la zona a la compañía. También por primera vez se incorporaron 3 mujeres. Aunque (insistimos) la Compañía no era nutrida principalmente de tucumanos, y estos últimos no eran mayoritariamente pobladores de la zona. Los tucumanos, como todos los miembros, eran en general militantes entusiastas y no “base social” de un ejército guerrillero en crecimiento. <br />

Luego de Catamarca y Villa María reforzado con nuevos hombres y armas, el ERP lanza nuevas operaciones. En búsqueda de posibles delatores entre los lugareños colaboradores de las fuerzas del Estado toman el pueblo de Santa Lucía y fusilan a un policía y un vecino[28]. Los hacían responsables de la muerte de Ramón Rosa Jiménez (jefe del primer grupo de exploración de la compañía dos años antes). La fuerza del ERP dividida en 4 grupos ocupa la central telefónica (para aislar al pueblo), la comisaría, los accesos y buscan a los acusados. Es de interés esta acción del ERP porque se da en medio de un duro conflicto que mantiene la FOTIA y que la coloca en el centro de la lucha política. Provocó debates al interior de la organización gremial y entre las bases. Lo que es lógico sin dudas, un conflicto gremial que afecta a la mayoría de los trabajadores de la provincia, de su principal industria, duro, con posibilidad que se elevara a niveles de enfrentamiento en las calles y rutas (ya se daban los primeros enfrentamientos), como era común desde hacía décadas, con operaciones guerrilleras en la zona desataba miedos “insurreccionales”. Santillán señalaba en los medios que los obreros debían pelear duro, pero no caer en locuras (como para mantener la dirección, ya que los delegados de izquierda acicateaban la lucha de calles). Santillán se preocupaba por diferenciar al gremio de la guerrilla. <br />

Sin embargo, es claro que el PRT no realizó esta acción en relación con el conflicto gremial. Fue la ejecución de colaboradores de las fuerzas de seguridad relacionada con el pasado y no con el conflicto gremial. Y la arenga a la población del pueblo estuvo orientada a la explicación de la ejecución y difusión de un programa para los cañeros y obreros, excedió el conflicto. Pero lo cierto es que la situación parecía explosiva en la provincia, con todos los ingredientes para atemorizar. Así 24 de setiembre de 1974, en la plaza del pueblo son ejecutados como muestra de ejercicio de poder ambos condenados por la justicia revolucionaria, el ERP intentaba mostrar “doble poder”[29]. El debate sobre la coincidencia y realimentación o divergencia y desmovilización, que producen las acciones guerrilleras en coincidencia con procesos de lucha de masas está abierto aún, y no es tema de esta introducción. Lo cierto es que Tucumán, también para hacer un balance de estos temas, es un escenario interesante. <br />

El ERP buscaba posibles colaboradores de las fuerzas del estado y los ejecutaba, aunque no se repitió sistemáticamente, esa era la doctrina vigente para las fuerzas revolucionarias. Ese mismo mes el PRT sufre un duro golpe, caen todos los responsables de la regional Tucumán del PRT que permanecieron detenidos hasta 1983. El 2 de noviembre copan el pueblito de Los Sosa. El 15 de noviembre una unidad de la Compañía ataca la propiedad del gobernador peronista Amado Juri[30], destruyendo 4 tractores y un jeep. Mientras que las AAA hacen su aparición pública en la provincia[31]. Y el 28 las FFSS responden en Santa Lucía, rastrillando el pueblo y deteniendo a 108 personas (lo que imaginamos, para un pueblo como Santa Lucia, debe corresponder a una cantidad sustancial de la población, posiblemente todos los, imaginados y reales, amigos, contactos y simpatizantes del ERP). El 15 de diciembre en una ceremonia de tipo militar la Compañía se hace la entrega de grados y el discurso del nuevo responsable de la regional Tucumán señala que la compañía debe crecer para convertirse en Batallón. <br />

Hasta aquí es la situación previa al Operativo Independencia. Es la que se puede leer en forma menos detallada y con las apreciaciones propias en las primeras páginas del escrito de Vilas. Es interesante señalar algunas cuestiones. Nos llama la atención un cierto excesivo optimismo de la dirección del PRT en el desarrollo de la Compañía de Monte del ERP. No parece ir de la mano con la realidad. Si bien la Compañía esta en principio asentada y los operativos militares y policiales de envergadura golpean en vacío, tampoco tiene victorias destacables, no ha sumado pobladores en forma destacada, ni siquiera los tucumanos son un núcleo importante (según los diversos testimonios no pasaron del 10%); siendo la zona de mayor trabajo histórico del PRT llama la atención, siendo además uno de los miedos del ejército. <br />

La propaganda armada funcionaba bien. La población sí los escuchaba y puede imaginarse que había alguna corriente de simpatía en una provincia en la que (en ese entonces) había una tradición combativa. Pero la única operación militar de envergadura (Catamarca) fue un fracaso muy duro. La compañía seguía siendo muy chica y las fuerzas represivas aun no se habían empeñado en forma sistemática, ni en lo militar estricto, ni en la “acción psicológica”. Además, la represión al Partido y las bases comenzaba a hacer estragos. <br />

En este sentido vemos que el optimismo, se relaciona con la creación del “mito de invencibilidad”. La “creación del mito”[32] era una tarea que la doctrina guerrillera señalaba como fundamental para multiplicar la incidencia social de la acción guerrillera. Pero una cosa es el mito y que este opere en las masas como efecto de respaldo y apoyo, y otro es que ese apoyo se concrete en la realidad; y aun peor creerse el propio mito. Quizás un “moderado optimismo”, que en una estrategia de largo plazo podía esperar una maduración, era aceptable. Los intentos de desarrollo rápido no parecían ser los que convenían al ERP. Y aquí esta uno de los problemas. Mas allá de la teoría de GPP[33] (o guerra civil prolongada para el PRT), la idea imperante era de corto plazo. Influenciada por el aparente rápido desarrollo de la revolución cubana, interpretada como una progresión vertiginosa desde el desembarco del Granma con unos poquitos sobrevivientes hasta la entrada en La Habana (desde el 2 de diciembre de 1956 al 1 de enero de 1959) solo dos años, con un levantamiento de masas. Una aparente Blitzkrieg revolucionaria. Pero ese proceso no era así. La revolución se debía rastrear al intento de toma del Moncada y aun a la revolución de 1933. Aun así, Fidel Castro, no basó su estrategia en una GPP, siguió la experiencia histórica de su país. Los vietnamitas y los chinos desarrollaron la lucha armada durante décadas. <br />

Según las fuentes del PRT-ERP, confiables, que en la actualidad están fuera de la propaganda o la generación del “mito”, el tamaño del ERP en el monte en su máximo desarrollo podía llegar a 75 combatientes y, si el Estado mayor del ERP con Santucho se encontraba en el lugar, se hacían extensibles a 80 hombres. Había tres pelotones en distintos campamentos fijos. En el intento de ataque a Machalá, el 28 de mayo de 1975 cuando hubo más gente en la Compañía con 137 presentes en el monte, y fue reforzada especialmente, se movilizaron 117 militantes a la operación. Para el ataque a Catamarca había en el Monte como vimos unos 70 y hubo que pedir refuerzos. <br />

La compañía se organizaba de la siguiente forma. Una escuadra con 10 integrantes podía disponer en una situación ideal de 4 FAL, 3 Batam, ametralladoras de mano y pistolas. Dos escuadras eran un pelotón, que además tenía un teniente a cargo. Y había un pelotón por campamento Un pelotón podía disponer de un FAP y llegaba a los 25 hombres en total en forma ideal. Los campamentos eran fijos, lo que para la situación embrionaria y en una zona tan reducida llama la atención. <br />

Con en inicio del “Operativo Independencia” a principios de 1975, que es objeto de este estudio introductorio y donde se encuentra el mayor interés del “Diario…”, Vilas encontró para enfrentar como máximo esta estructura guerrillera que describimos. <br />

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La guerrilla en combate con Vilas <br />

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Mientras tanto el 18 de enero de 1975, con el Operativo aprobado y en instalación, el ERP toma el pueblo de Potrero de las Tablas donde realizan una asamblea denunciando a los terratenientes de la zona que explotan campesinos cañeros, incendian la comisaría y ejecutan a un vecino colaborador del ejército acusado de delatar militantes sindicales del ingenio cercano. El 9 de febrero de 1975, la compañía organiza una emboscada en el borde norte del dispositivo de cerco ya instalado por la V Brigada con 7 efectivos. En otra operación toman el pueblo de La Fronterita para realizar propaganda y atacan un vehiculo policial por la zona de Quebrada de Lules, con el objeto de demostrar control territorial mediante acciones pequeñas. <br />

El 14 de febrero se produce el primer combate entre efectivos de la V Brigada y las fuerzas guerrilleras en Pueblo Viejo donde mueren dos guerrilleros del ERP y el oficial del ejército al mando, y tres militares más quedan heridos[34]. El encuentro fue casual; en el repliegue a sus bases de las fuerzas militares, después de una entrada al monte infructuosa, detectaron un grupo del ERP. Eran unos 20 hombres del ERP que chocaron con 60 del ejercito, replegándose con éxito. Pero las fuerzas militares recibieron apoyo con rapidez de parte de helicópteros. En marzo caen dos miembros del ERP que debían subir un aparato de radio al monte El 11 de mayo de 1975, en una situación similar, en un control de rutas, el sargento del ERP Wilfredo Contra Siles, (Sargento “Lyn”, boliviano) mata por sorpresa al subteniente Raúl Ernesto García. El cerco en la ruta 38 daba resultado. Comenzaba para el ERP la dificultad de moverse sin combatir en la zona donde se encontraba la población en torno a la ruta, y por donde se establecía la logística. Hasta ese momento en un pueblo podía haber un par de policías, algún colaborador, y algunos patrulleros que circularan u organizaran una persecución. Con el despliegue de los miles de hombres de la V Brigada saturando la zona la situación cambió. <br />

Aún así la doctrina guerrillera implicaba que se debía esperar en continuo movimiento que las unidades militares penetraran en el Monte a buscar una guerrilla, la que nunca sabrían donde estaba. Y entonces tender emboscadas que permitieran ir aniquilando pequeños grupos de efectivos. Así acumular pequeñas victorias, alimentar el mito de la invencibilidad de la guerrilla, lograr el respeto de la población, la idea de que se puede uno incorporar a una fuerza victoriosa, y minar la moral de las FFAA. Pero Vilas optó por una estrategia distinta. Se “sentó” a esperar, sin jugarse demasiado, mientras recogían información, desarticulaban los trabajos y contactos de la guerrilla en la ruta 38, destruían la estructura del PRT-ERP en la ciudad de Tucumán, organizaban entrenaban y fogueaban sus fuerzas. Esto generó, como veremos, y Vilas relata en su “Diario…”, exasperación entre los militares que no veían éxitos, sin embargo, sostuvo su estrategia de ir paso a paso, como hoy sabemos, con gran éxito. El mismo PRT acusaba de “cobardes” a los militares. <br />

Pero el problema no es lo que hizo Vilas, sino como la guerrilla respondió al escenario que se le presentaba. La posición de las fuerzas del ejército sobre el terreno aislaba al ERP de sus bases sociales y le impedía realizar propaganda o cualquier acción sin empeñarse en combate. O sea, en combate por iniciativa propia en una etapa de desarrollo guerrillero muy incipiente. El ERP tenía una “doctrina” o algo similar que se puede deducir de sus acciones. Atacar grandes unidades militares fijas. Esto era novedoso, las guerrillas no realizan estas acciones, salvo cuando ya tienen numerosos combatientes y están en transito a ser un ejercito. Por eso mismo el ERP pensaba que esto era una gran sorpresa, las FFAA podían esperar que el ERP atacara un cuartel, aun el mas grande del país (como Azul), y hay demasiados para que estén todos alertas. En esta forma de operar del ERP, su despliegue concreto implicaba seleccionar una unidad militar destacada; elegir un día que pareciera propicio por menor cantidad de efectivos o la razón que fuera; golpear con fuerzas inferiores, pero por sorpresa el centro de gravedad de la unidad, detener o ejecutar a sus jefes, impidiendo así que los militares pudieran organizar la defensa y el contraataque; y luego retirarse con material y prisioneros. <br />

A favor del ERP podemos decir que una lectura al vuelo de Clausewitz induce a pensar que una fuerza militar debe atacar y destruir el centro de gravedad del enemigo, que vale la sorpresa y la superioridad táctica en el sector donde la acción se desplegará. O que los soviéticos en la segunda guerra habían vuelto locos a los alemanes con la “maskirovka”[35], el enmascaramiento, que implicaba un situación de sorpresa que impedía a los alemanes concentrar sus reservas en algún lugar del frente. O la blitzkrieg[36], etc. Es probable que Santucho se inspirara en esto, o que lo hiciera a través de sus lecturas de Mao o el Che, que sin dudas habían leído y estudiado y (especialmente Mao) desarrollado una guerra, con estos estudios a cuestas. Pero, insistimos en señalar que, de Clausewitz, Guderian o Zukov; inclusive de Mao, Ho o el Che, a la guerrilla argentina y la situación concreta de las fuerzas militares enfrenadas existe más que un abismo, no hay comparación. <br />

Si bien, a pesar de esto, los ataques a cuarteles no fueron desastres sistemáticos; si fueron, en un balance general negativos. Lo cierto es que en el momento crearon una imagen del ERP muy poderosa. Y el Ejército en ese entonces consideró al ERP como un enemigo casi “personal”. Y con esta doctrina a cuestas el Estado Mayor de la compañía baja a la capital de Tucumán y estudian con la regional del PRT la posibilidad de realizar un importante operativo. Frente al desafío que la “inacción” de Vilas implicaba, el ERP decidió salir del Monte con una operación de envergadura: el ataque Centro de Comando Táctico de la Brigada en Famaillá, donde se encontraba el Estado Mayor de la misma, y ejecutar a Vilas. La audacia de este intento no puede dejar de sorprendernos. <br />

Si la acción hubiera salido bien sería inédito en América Latina. Se debía tomar todo un pueblo, el más grade hasta el momento, derrotar a los militares en su centro de mando, matar a su jefe y retirarse. Nuestra visión es que eso era una apuesta tipo “todo a la cabeza”, básicamente demasiados factores debían darse para que fuera un éxito. La operación de planificó para el 29 de mayo aniversario del cordobazo y día del ejército, para multiplicar su impacto simbólico. <br />

Los 117 combatientes guerrilleros se concentraron en la finca Sorteix el 27, a 18 kilómetros del objetivo. Eran los de la compañía más refuerzos enviados de varias regionales del partido. Estaban bien armados y organizados en varios grupos, de asalto, contención, sanidad y comando, debían caer por sorpresa, tomar el Puesto de Comando Táctico donde se encontraba el EM de la Brigada. Era la escuela donde además se encontraban los presos y se realizaban los interrogatorios (era un centro clandestino de detención, como se confirmó con el tiempo) liberar a los presos, tomar la logística y las comunicaciones, destruir la comisaría, izar la bandera del ERP, matar a Vilas quizás a algunos otros oficiales de la jefatura y retirarse. <br />

La operación se adelantó para el 28, el ERP sospechaba que un peón que se había escabullido podía avisar al enemigo. A las 16 horas partieron en una camioneta F100, un Rastrojero y dos camiones Mercedes Benz. El ejército había obtenido información también a través de su trabajo de inteligencia (recordemos que el ERP no vivía del terreno y que había movilizado fuerzas desde fuera del monte) que algo grande se preparaba, pero no sabia donde (algo que se repite en varias operaciones del ERP), se encontraba en alerta. Como vimos un poblador identificó a los guerrilleros concentrados en la finca el 28 de mayo y dio aviso al ejército. Como también entre los numerosos detenidos el 27 uno de ellos estaba en posesión de un cuaderno con croquis y anotaciones de la Plaza y principales instalaciones militares de Famaillá. Sea una de estas dos opciones, ambas u otra, el ejército estaba alerta. <br />

Así al poco de salir del Monte la columna guerrillera se topó con un grupo de soldados (12 conscriptos y dos suboficiales) que estaban pintando una escuela en Machalá en las típicas tareas de “acción cívica” que el ejército realizaba intensamente en esos tiempos con fondos del Ministerio de Bienestar Social. Irurzún al mando del grupo principal de asalto de 35 hombres abrió fuego contra ellos. El resto de la columna rodeó a los militares, y los guerrilleros entablaron combate contra ese grupo que se atrincheró en la escuela. La sorpresa estaba perdida. Un camión militar circulaba por el lugar con materiales destinados a la escuela también se vio envuelto en el combate. Los guerrilleros interpretaron que estos movimientos implicaban que los estaban esperando y los iban a rodear (creyeron que el camión traía más refuerzos). Quizás la columna guerrillera hubiera podido pasar desapercibida hasta llegar a Famaillá si Irurzúm no se hubiera decidido a atacar al grupo de soldados de Machalá. Sin embargo, la sorpresa seguía dependiendo de que la Brigada (que se encontraba en alerta) no tuviera algún retén, no se sospechara del desplazamiento y finalmente, que al llegar a Famaillá los militares no los estuvieran esperando. Si bien no los esperaban en ese lugar específico de Machalá, sí estaban en alerta con refuerzos para repeler un posible ataque y conocían que algo podía pasar en Famaillá. <br />

Lo cierto es que el combate dejó 2 guerrilleros muertos y 3 heridos, y 5 heridos entre los soldados. La guerrilla se replegó antes de que llegaran masivamente unidades militares y los aniquilaran. Eso sin dudas fue un éxito como el ERP propagandizó.  Sin embargo, la guerrilla abandono mucho material e información útil a la inteligencia militar y la cacería se prolongó varios días. Además, lo cierto es que la mayor movilización guerrillera de la Compañía de Monte no había podido moverse prácticamente nada fuera de sus refugios en lo profundo de la montaña, sin población ni posibilidades de hacer acciones de algún tipo. Y habían sido detenidos por una unidad militar menor. Lo que es lógico, en una zona saturada con una ruta de comunicación rápida, una unidad militar menor que resista un tiempo prudencial puede ser reforzada en forma abrumadora rápidamente y eso es el fin de cualquier guerrilla. O sea, retirarse en orden sin ser destruidos[37], pero sin haber cumplido mínimamente el objetivo no es un éxito, es salvarse de una catástrofe. Aunque es lógico que la propaganda política busque disfrazar eso, en un análisis militar no debemos confundirnos. Si bien la victoria del ejército militarmente no significó demasiado, fue políticamente una derrota estratégica de la guerrilla. Y Vilas lo vio así, desde ese momento sería el ejército el que pasaría a acosar a la guerrilla[38]. Es el inicio de la Fase II del Operativo Independencia <br />

Mucho se discute donde el ERP fue destruido, en general la sangrienta derrota en diciembre de 1975 con el fracaso del ataque al cuartel de Monte Chingolo suele fecharse como “el fin del ERP”. Sin embargo, esa catástrofe militar, aun siendo muy destacada, fue solo el corolario de problemas estratégicos de arrastre. Además, toda lucha militar es esencialmente política y, si bien una batalla puede definir una guerra, lo cierto es que es solo un fenómeno definitorio entre un conjunto de fenómenos que se articulan con ella. Y más aún en la lucha revolucionaria, que es “esencialmente” política. La derrota de Machala fue política más que militar. Monte Chingolo es una derrota militar grave, pero la derrota era previa y, creemos, que se puede fechar en torno a estas fechas. Machala es muy duro para el PRT-ERP, las FFAA pasan a la ofensiva y la guerrilla pasa ser acosada. El ERP herramienta central del PRT pasa de acosador a acosado. <br />

El resto del año, el escenario anterior se profundizó, los movimientos del ERP llevaban al combate en condiciones difíciles, en el terreno ya preparado por el ejército. Y las bajas se multiplicaron. Aunque el PRT (y los revolucionarios de entonces) sostenían que el mismo Fidel Castro había sido casi aniquilado en el desembarco del Granma y lo mismos en Moncada y al final había triunfado. Sin embargo, las situaciones ejemplificadas solo tenían un paralelismo retórico. <br />

El 18 de julio un pelotón reforzado (36 hombres) de la Compañía de Monte atacó el destacamento militar de Las Maravillas. Allí se encontraban destacados 91 hombres del ejército, de los cuales sólo 36 se encontraban en ese momento ya que dos patullas habían sido enviadas a operaciones. El ERP sabia eso, lo había estudiado y eligió ese momento de debilidad para el ataque como es lógico. El operativo fue planificado por Leonel Mac Donald Capitán del ERP y nuevo comandante de la Compañía (Irurzúm había sido hecho responsable de varios fracasos) y dirigido por el teniente “Armando” (Julio Abad). El ataque falló resultando un guerrillero muerto y sin bajas en el ejército. El pelotón se replegó hacia el campamento de “El Tiro”. Pero la nueva etapa implicaba que los militares salieron en una intensa persecución, descubriendo el 1 de agosto el campamento y atacándolo, dando muerte a otros dos guerrilleros (un teniente y un sargento, o sea cuadros). En el repliegue la guerrilla cayo en una emboscada donde murió otro guerrillero. El 2 de agosto, un teniente y cuatro conscriptos fueron heridos en un enfrentamiento y poco después (el 5) un teniente del ejército cayo en una trampa cazabobos de la guerrilla resultando muerto. Lo sorprendente es el comunicado exitoso del ERP del 19 de julio, sobre la primera parte del combate, donde habla del miedo de los militares y de que pudieron llegar a atacar esa unidad superando contenciones previas. Para “mostrar” al ERP con voluntad de ataque, el costo había sido alto. <br />

La Compañía de Monte se encuentra dividida en tres campamentos. En el norte la Horqueta, a cargo del teniente “Bartolo” (Roberto Eduardo Coppo con 4 hombres. En el centro en Niño Perdido, a cargo del capitán “Raúl” (Lionel MacDonald) con su estado mayor; en total 8 hombres. Y en el sur en Yacuchina, a cargo de teniente “Marcos” (Raúl Penayo) con 5 hombres. <br />

Los combates siguieron. En setiembre, una Fuerza de Tareas ataca un nuevo campamento guerrillero produciendo unas 17 bajas según el parte militar (suponemos que entre muertos y heridos). Pero en la retirada el día 5 en una emboscada del ERP murieron un subteniente y un conscripto en el conocido como “combate de Potrero Negro”[39]. El día 7, murió en otro combate un teniente, y en otra misión de patrulla murió un cabo primero. El 12 de ese mes, la Compañía A del Regimiento de Infantería de Monte 28 atacó a un pelotón del ERP cerca del pueblo de Los Dulces. El 16 de agosto, murió un cabo primero en un enfrentamiento en la localidad Las Mesadas, acción en la que los guerrilleros tuvieron seis bajas. 28 de agosto Montoneros derriba, mediante una bomba colocada debajo de la pista de despegue, a un avión de la FA donde viajaban más de 100 gendarmes afectados al OI y ocasiona la muerte de 6 de ellos y 10 heridos. El mismo día el Ejército descubre un campamento con guerrilleros causando un muerto y dos heridos, en la zona de Santa Lucia. El PRT decide reforzar la compañía con nuevos hombres desde el resto del país, ampliar la zona de operaciones para ello los tres campamentos y la idea de nuevos frentes rurales; y mantener las acciones a pesar de las bajas que le impiden operar sin constantes refuerzos desde las ciudades. <br />

El 19 de setiembre el ejército destruye una base logística en la ciudad de Tucumán. Para esta época Montoneros envía al Monte a un grupo de hombres para hacer una experiencia común con el ERP. Estos, luego reforzados, harán una patrulla de exploración en la zona del dique El Caudillal donde serán cercados y muertos (ya en 1976). Entre ellos el jefe montonero Juan Carlos Alzogaray detenido y asesinado a golpes y bayonetazos, según su mismo padre el Tnte General Julio Alzogaray pudo comprobar[40]. El objetivo Montonero era establecer una fuerza de monte semi urbana que se insertara en la zona de los cañaverales y pueblos, no una guerrilla tradicional. <br />

Para esta época Vilas lanza su Plan Táctico N 6. La planificación de la V Brigada parece cumplirse paso a paso, desde Machalá el ejercito avanza sin pausa, los enfrentamientos son cada vez mas complejos para el ERP que va perdiendo espacio de tranquilidad. En combate o sin ellos el avance militar es territorial y político. En el campo y la ciudad. Sin embargo, el ERP mantiene el combate, intentado aguantar paso a paso, con sus efectivos variables, pero que se deben contar por pocas decenas. <br />

En esta situación el Combate de Acheral o Arroyo San Gabriel fue paradigmático, para ejemplificar la derrota estratégica que el ERP arrastra. Y es una dura derrota guerrillera táctica con 12 muertos. El 7 de octubre la guerrilla planifica la emboscada a un camión militar. Sin embargo, previamente pasa una patrulla y la unidad del ERP decide acabar con ella. Allí consigue matar a un conscripto y herir a otros dos. Pero cae un sargento del ERP jefe de escuadra. Al día siguiente el ejército contraatacó, matando a un capitán (capitán “Pablo”, Juan Carlos Molina) del ERP y perdiendo un soldado en el combate. La operación es sorprendente, porque la unidad guerrillera y la del ejército se cruzan e intercambian cigarrillos sin reconocerse en un principio como enemigos. El mismo día en la misma zona son muertos Asdrúbal Santucho (Capitán del ERP) y Manuel Negrín (teniente del ERP). El 10 de octubre Santucho ordeno trasladar el material bélico que se encontraba en la comandancia, llevarlo a la zona de San Gabriel para entregarlo al área de Logística Nacional de la organización. Es parte de la decisión de reforzar las compañías urbanas ante la mayor conflictividad en las grandes fábricas y que el PRT evaluaba debía ser combinada con una guerrilla reforzada y operativa en esas zonas[41]. <br />

Para esa difícil operación (debía moverse por ruta 38) la Compañía asigna un equipo constituido por 2 tenientes 4 sargentos y 7 combatientes (13 hombres en total). Como vemos el desplazamiento es en una zona de operaciones muy recientes, sin dudas un error. A la mañana el ejercito toma conocimiento de guerrilleros en la zona del monte próxima al arrollo San Gabriel (Acheral). Al mediodía un helicóptero se acerca al lugar y entra en combate, la escuadra del ERP responde con disparos de FAL y es averiado, también muere el suboficial ametralladorista. Pero ese helicóptero era sólo la avanzada de una la Fuerza de Tareas. De inmediato llegan dos helicópteros más y poco después el mismo Acdel Vilas. La unidad del ERP estaba cercada, mientras los helicópteros ametrallaban y disparaban cohetes al monte. Cuando Vilas consideró que la guerrilla estaba suficientemente golpeada ordeno que la fuerza militar penetrara y la rematara. Murieron 12 de los 13 guerrilleros, es sin dudas la mayor derrota del ERP en el monte si excluimos a Catamarca. Pero aquí no hay excusas, el error de conducción estratégica impidió ver con realidad el escenario de las operaciones y ordenó encarar tareas que llevaban al aniquilamiento. Se perdió todo el material, sumados a las bajas de los días previos este combate marca el sello final de una derrota clara arrastrada desde Machalá, pero no reconocida[42].  <br />

Entre el 15 y 16 de octubre la situación crítica se discutió en plenario. La crisis era evidente, más en el monte. No sabemos cuanto de certeza había en la dirección del PRT, o en Santucho mismo de esto, lo que si creemos poder afirmar que el líder perretista y sus cuadros mas decididos confiaban en que el proceso de lucha iba hacia delante y que las derrotas eran solo tácticas[43]. Sin embargo, la retirada de la mayor parte de los guerrilleros que quedaban, hacia Córdoba o Buenos Aires, estaba en entre las decisiones que se discutieron en la reunión. Una parte de la militancia no era optimista. <br />

En una misión de patrullaje, el 17 de octubre, en proximidades de Los Sosas, un pelotón fue emboscado por los guerrilleros, dejando un saldo de cuatro soldados muertos y dos heridos. El 18 el ejercito llegó al campamento central del ERP, obligando a una etapa de repliegue bien profundo y acelerar los intentos de salir del monte. Las caídas que se producirán en esos intentos, y en la persecución implacable que Vilas ordena en la nueva fase, aumentan la presión sobre los restos de la Compañía de Monte. <br />

El 24 de octubre de1975 en un combate nocturno, murió el subteniente y dos soldados[44]. A fines del mismo mes, se produjo un enfrentamiento en “Finca Triviño” con guerrilleros que bajaban de la montaña. Murieron 7 guerrilleros, entre ellos un teniente y un sargento. El 8 de noviembre de 1975, en otro enfrentamiento, en Las Higueritas, el Ejército perdió un cabo y un soldado[45]. Debemos aclarar que, en el PRT, y en Santucho en especial, existía una plena convicción de que el proceso revolucionario iba hacia delante (aun en los momentos de que su fuerza estaba acosada) y que se debía mantener una unidad en el monte tucumano; esta debía servir de base y de símbolo para volver a reforzar la guerrilla rural en un plazo no muy largo. Es así que se entiende las experiencias de El Caudillal[46], o, aun años después, cuando Enrique Gorriarán Merlo intentó volver al país, lo planteó instalando una columna en el monte, (en pleno proceso hacia los primeros ochentas) como estrategia para abordar la crisis de la dictadura que ya era visible. Lo que queremos señalar es la muy fuerte convicción que en el PRT existía de la necesidad y pertinencia de una guerrilla rural. <br />

Según el ejército el tiempo de estadía de Vilas al mando de la brigada dejó el saldo de

37 combates; 58 campamentos e instalaciones de la guerrilla destruidos; 18 emboscadas tendidas por el ejército con resultados positivos; 160 bajas enemigas y 53 propias. Entenderemos como “bajas” al ser presentadas por el Ejército, a efectivos fuera de combate: muertos y detenidos en el caso del ERP, y muertos y heridos que no pueden volver a combatir en el caso de las FFAA y SS.  O sea, no a los desaparecidos. Por esta misma razón no es necesario que las cifras sean coincidentes con las “bajas del campo popular” presentadas en los estudios de Izaguirre; ni con la contabilidad de desaparecidos de las diversas comisiones de DDHH que han trabajado el tema. <br />

Obviamente las bajas de la guerrilla incluyen las de la ciudad y los pueblos, ya que la compañía sufrió menos de 160 bajas en combates directos; y también incluyen bajas que son ejecuciones, eso debe ser tomado en cuenta[47]. Vemos como en varios combates no hay heridos, lo que es fuerte indicio de ejecución de heridos (como todo, son indicios que es necesario demostrar). Pero, aun así, con el resultado de ocupación del territorio por las FFAA, con el control de la población civil, la adscripción de las fuerzas políticas y sindicales, la disminución de los conflictos y la destrucción de toda la logística y actividad de organizaciones revolucionarias mas allá de lo militar, la victoria de las FFAA es muy amplia, podemos afirmar que total[48]. <br />

Pero, con gran tenacidad y convicción de la necesidad de un foco rural, en los primeros meses de 1976 la Compañía seguía operativa, aunque ya muy desgastada. En la zona del dique El Caudillal donde buscaba instalar un nuevo campamento, eludiendo el cerco, el grupo fue detectado y destruido, cuando se encontraba aún en fase exploratoria (mencionamos que este intento guerrillero era paralelo y sin coordinación con el ERP por parte de Montoneros). Podemos concluir que la Compañía de Monte tenía cualidades combativas muy destacadas, mucha voluntad, que cumplió un desempeño bueno en el combate táctico. Que sostuvo, como se lo ordenó la jefatura de su fuerza, el enfrentamiento muy bien, aparentando ser una fuerza superior a la real. Aún realizó acciones ofensivas en momento de suma debilidad, y si bien es difícil hablar de éxitos, lo cierto es que muchas acciones no fueron desastres, en condiciones sumamente adversas. En número de bajas directas en combate cara a cara la Compañía lo sobrellevó bien, más o menos parejo, para una fuerza en enorme desventaja. El problema es estratégico y político. <br />

Las acciones del ERP eran contra un enemigo superior, que se hacia mas fuerte cada vez. Mejor asentado y fortificado. En una situación política donde el aislamiento de la guerrilla crecía y en una situación logística que se hacia cada vez mas riesgosa, sólo podían llevar a la derrota, como intuían varios de los protagonistas de la guerrilla al ver la sobredimensión de los objetivos asignados. Quizás sea acertado este balance de Luis Mattini, sucesor de Santucho en la jefatura del PRT: “la idea nuestra era una guerrilla rural, que en el caso de Argentina obligara al ejército a ir a combatirla, sacarlo de las ciudades, llevarlo al lugar donde la geografía compensaba las diferencias (…) lo del ERP no se puede calificar de soberbia, pero en todo caso tuvimos una enorme subestimación del enemigo. Y el enemigo no nos subestimó, nos sobrestimó.” El ejército con sus miles de hombres podía soportar algunas decenas de bajas, la guerrilla no. Ya que cada una se iba tornando irreemplazable con grandes dificultades para reclutar la necesaria cantidad combatientes[49]. <br />

La intención de este apartado fue presentar un pantallazo general de la “Compañía de Monte Ramón Rosa Jiménez”, para que el lector del diario de Acdel Vilas pueda tener una breve historia de la guerrilla más objetiva que la presentada por Vilas, aunque es incompleta y no pretende ser otra cosa que una presentación. Es necesario un estudio más profundo. No dudamos que es indispensable conocer estos datos básicos para poder comprender el material que presentamos.  <br />

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El Operativo Independencia <br />

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Como ya mencionamos para fin del año 1974 el clima en las FFAA era abrumadoramente favorable a la intervención directa en la represión. Inclusive militares que luego formarán parte del CEMIDA[50] recuerdan en sus memorias que estaban entusiasmados en ir a Tucumán a combatir al ERP. El clima interno en las FFAA desatado después de Catamarca, a partir del inicio de las “ejecuciones indiscriminadas” de represalia por parte del ERP, eliminó toda duda[51]. Aunque aún subsistían discusiones respecto a si Montoneros era un enemigo ideológico del mismo calibre[52]. No debemos dejar de indicar que, si bien la acción de ejecuciones por parte del ERP es mala desde el punto de vista que se mire, y recibió una condena generalizada, no podemos encontrar ni en las FFAA ni en el resto del sistema político del momento una indignación o siquiera advertencia o duda por las ejecuciones de los guerrilleros rendidos en Catamarca. Lo que, creemos, indica una muy fuerte presencia en la prensa y el escenario público legal del discurso condenatorio a la guerrilla. Esto tiene su lógica, ya que la guerrilla estaba en guerra con el Estado, el peronismo, el sistema político tradicional y las clases propietarias en general. Y a pesar del enorme deterioro institucional el régimen seguía siendo constitucional. En una concepción de guerra, la prensa y propaganda se consideran parte de ella, tal como indicaban los decretos respectivos que reglamentan la intervención de las FFAA. <br />

El clima general se había tornado favorable al despliegue del ejército. Se hablaba, de cientos de guerrilleros, de que el ERP controlaba una zona de la provincia y que pediría reconocimiento internacional. En teoría esto podía ser, al perder el control el Estado sobre una zona donde es otra fuerza la estatalidad vigente. Lo que no se analiza en esta afirmación es que el ERP estaba en una zona despoblada y que incursionó algunas veces sobre muy pequeños pueblos a la vera de la ruta, en lo que se conoce como “Propaganda armada”, fase inicial de la estrategia guerrillera, para instalarse, mostrarse a la población y lograr reclutar hombres. <br />

En realidad, los miembros del ERP eran muchos menos que los que el imaginario social y militar creían. Esto es un éxito de la guerrilla, aunque puede ser también un riesgo, como finalmente fue, ya que implica un desafío a la intervención militar directa. O sea, nos atrevemos a dudar que el ERP estuviera en condiciones de obtener reconocimiento internacional. Salvo con un fuerte acuerdo de algunos países extranjeros, del que carecía.  

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Desde la muerte de Perón a junio de 1975 (un año) se registraron efectivamente en el país 503 muertos por la lucha política, de los cuales 54 eran policías y 22 militares. En una proporción de 6 a 1 eran militantes del peronismo revolucionario o de la izquierda[53]. La proporción siempre fue favorable al campo contra revolucionario, y siempre fue en una proyección aritmética negativa, hasta llegar a una desproporción abrumadora los dos primeros años del “Proceso”. Si fuera por los números debía ser evidente que la situación iba muy mal para los sectores combativos. Aunque no son siempre los números los que definen, sino (como pensaba la guerrilla) en Vietnam o Argelia, hubieran ganado los EEUU o Francia. Sin embargo, debemos introducir siempre la cuestión de que la mayoría de los muertos eran victimas de las AAA no del ejército o la policía[54]. Fuerzas que aun no se habían lanzado a la represión con total dedicación. Y que en Argelia y Vietnam se combatía con fuerzas de invasión extranjeras. <br />

Para fines de 1974 la decisión de lo que será el Operativo Independencia estaba tomada. Faltaba redactar los decretos correspondientes. Originariamente, el comandante del III Cuerpo del Ejército, con jurisdicción en Tucumán era el general de brigada Eugenio Salgado y el comandante de la V Brigada de Infantería que llevaría adelante las operaciones era el general de brigada Ricardo Agustín Muñoz. Ambos murieron el 5 de enero de 1975, cuando se estrelló el avión Twin Otter en el que realizaban un vuelo de reconocimiento en la zona de Ñuñorco chico. Junto con ellos murieron 11 oficiales de sus estados mayores. Como consecuencia de las pérdidas, Carlos Delia Larroca pasa a comandar el cuerpo y Acdel Vilas fue llamado para dirigir la V Brigada. <br />

Hasta diciembre de 1974 Vilas era coronel y venia siendo postergado en los asensos, quizás a causa de su activismo en las internas del peronismo en las FFAA. Recién en diciembre de 1974 recibió las jinetas de general de Brigada. Podría haber terminado en un destino tranquilo antes de su retiro como Director de Enseñanza Superior de Institutos Militares. Pero el 5 de enero de 1975, quizás justamente por esa militancia peronista, fue llamado a comandar la V brigada de infantería, lo que lo haría entrar en la historia. En el “Diario…” Vilas tituló “Dios lo quiso” a esta llegada a la jefatura del Operativo por el accidente se sus antecesores. Pero es de tener en cuenta que a lo largo del texto intenta desvincularse del peronismo y de las internas, posicionándose cerca de los militares que condujeron el proceso y de sus ideas. Por lo tanto, el “Dios lo quiso” puede ser “Isabel lo quiso”, o la interna peronista lo quiso, o alguna de las corrientes militares que operaban en la política peronista “lo quiso”. Logrando un sector del peronismo imponer a este general que consideraban suyo, o cercano, en lo que sería un puesto clave. <br />

El debate sobre el lugar que debían ocupar las FFAA en el conflicto con la guerrilla se había perdido para los ya marginales sectores partidarios de una política moderada, o de “aproximación indirecta”, al problema. El asunto de la represión dejaba de ser considerado “policial” para pasar a ser “militar”[55]. El texto de Vilas da cuenta de este debate con caridad y precisión. Como en el marco de la DSN el combate a la guerrilla era “lucha contra la subversión”, esto incluía, se acepte o no, la represión a una amplia gama de actividades sociales. Aunque no está de mas recordar que el “Memorándum reservado” de Consejo Superior peronista dado a conocer el 1 de octubre de 1973 (unos días después de la muerte de José Ignacio Rucci por Montoneros) llamaba claramente a depurar el peronismo, la sociedad y el Estado de “infiltrados” en un lenguaje muy duro[56]. <br />

Si bien las acciones de exterminio sistemáticas y numerosas se desataron después de la muerte de Perón, y que seguirían siendo patrimonio de las AAA durante los meses de 1975 en que tardó en extenderse la jurisdicción militar a todo el país, era claro que la represión a la guerrilla en el marco de la doctrina contrarrevolucionaria implicaba una represión a todo el conflicto social. Es necesario recordar el escenario político social donde los militares actuaban en progresión de una implicación cada vez mayor. <br />

El texto de Vilas habla también de sus acciones contra-revolucionarias en Bahía Blanca, pero la lucha en Tucumán está mucho más desarrollada en el relato del "Diario". El "Operativo independencia” desde el 5 de febrero de 1975 al 28 de septiembre de 1977 es una campaña antiguerrillera con operaciones militares clásicas. Bahía Blanca es únicamente una lucha clandestina, de secuestros sobre militantes, intelectuales, activistas, en una zona donde la guerrilla no realizaba operaciones militares. Es por Bahía Blanca y no por Tucumán donde Vilas recibió acusaciones judiciales concretas por haber cometido delitos de lesa humanidad. Esto es así, porque aún no se ha procesado en el sistema político nacional, el hecho de que en Tucumán todo comenzó en 1975, bajo un gobierno constitucional, con la aprobación de la elite política del momento. Por lo tanto, juzgar la acción de Vilas, sus fronteras legales y los crímenes que se puedan verificar, implica pensar en las instituciones del Estado en ese momento con sus personas y partidos. Ese mismo juicio después de 1976 permite acotar a los militares la responsabilidad y hacerlos pasar solos por las “horcas claudinas” de la justicia.  <br />

El Decreto 261/75 del 5 de febrero de 1975 fue el que estableció el marco legal de la represión. Señalaba que “El Comando General del Ejército procederá a ejecutar las operaciones militares que sean necesarias a efectos de neutralizar y/o aniquilar el accionar de elementos subversivos que actúan en la provincia de Tucumán”. El decreto en su articulado señalaba que debía ponerse a la Policía Federal a disposición del mando militar del Operativo, que se debería arbitrar los medios para que el gobernador hiciera lo mismo con la Policía de la provincia. El Ministerio de Bienestar Social debía realizar acciones sociales para apoyar las fuerzas militares. Y que la Secretaria de Prensa y Propaganda debía hacer lo mismo, para generar apoyo y consenso. El armado detallado se instrumentó con dos directivas, la Nº 1/75 “Lucha contra la Subversión”, y la Directiva Secreta N° 404/75, en la que se establecían las principales tareas, cuestiones organizacionales y los objetivos de la represión. Como se verá en el texto del “Diario…” y en los anexos todo esto se encuentra presente y analizado bajo la particular mirada de Vilas.[57] <br />

 

Sobre los decretos, la legislación sancionada en 1975, como sobre las directivas emanadas desde a la superioridad militar nos interesa señalar un punto. Desde la llegada de los instructores franceses a fines de los 50 la guerra contrarrevolucionaria conceptualiza un frente de lucha central de la misma: las mentes y los corazones de la población. Si bien “mentes y corazones” puede sonar raro cuando lo cruzamos no solo con represión, sino con terror, la cuestión es que las tareas de “acción psicológica” aparecen como centrales. Allí vemos la importancia de la articulación con el Ministerio de Bienestar Social y con la Secretaria de Prensa, definidos desde el mismo primer decreto como temas importantes. Según la doctrina francesa (que Vilas menciona como orientadora en su escrito, es de destacar que señala específicamente esta inspiración y no la de EEUU) el arma psicológica se descompone en acción psicológica, dirigida al propio campo: aclarar la opinión, orientar los sentimientos y actitudes, contrarrestar la influencia adversa, conquistar la simpatía de los neutros, fortalecer la voluntad combativa, etc. Es sorprendente como en el texto de Vilas, tanto como en las instrucciones y directivas de la superioridad, es una cuestión plenamente coincidente en el lenguaje y estilo con los lineamientos de la doctrina. Y en guerra psicológica, dirigida al campo adversario: influenciar opiniones, modificar comportamientos, desmoralizar, aniquilar la combatividad, conseguir aliados provenientes del campo adverso, consolidar la incorporación a lo propio de terrenos antes controlados por el enemigo[58]. <br />

Debemos aclarar que la guerra siempre tiene este aspecto de trabajar sobre el adversario, sobre la “retaguardia” del enemigo y la propia, como también sobre las tropas. Pero en la guerra tradicional las líneas de frente son claras. En los conflictos internos, y más aún en la idea elaborada en estos años de guerra contrarrevolucionaria y en la DSN, la propaganda, las campañas la acción psicológica, (a la que se suma la acción cívica) se da en un terreno que es físicamente el mismo, no se distingue claramente el enemigo porque puede ser cualquier ciudadano. El combate sería entre unidades guerrilleras, sus bases de apoyo y simpatizantes entre la población civil, contra las FFAA y SS del Estado. Y es un combate por las conciencias, por la política que debe orientar el Estado, no es lo mismo que la lucha entre dos países. Aunque como señalaba Clausewitz, el objetivo al final es imponer la voluntad sobre el otro, en nuestro caso es que “el otro” deje de existir, ya que no puede convivir dos ejércitos en un mismo país ni dos modelos de sociedad antagónicos. <br />

El ataque montonero del 5 de octubre de 1975 al Regimiento de Infantería de Monte N 29 en Formosa, dejó 30 muertos en total y había sido la acción militar que mas bajas implicó hasta Monte Chingolo.  Produjo un gran efecto, ya que la cantidad de muertos y el gran despliegue de la guerrilla llamaban la atención (además muchos de los caídos eran conscriptos). La reacción del gobierno fue muy rápida. Al día siguiente Italo Luder (que había reemplazo a una Isabel muy golpeada por la crisis, el rodrigazo y la victoria sindical), en acuerdo de ministros, dictó los decretos 2770/75, el 2771/75 y 2772/75, extendiendo a todo el país y bajo el mando directo de las Fuerzas Armadas, la política represiva de “neutralizar y/o aniquilar el accionar de los elementos subversivos  Ambos decretos básicamente extendieron las atribuciones ya  dadas a las FFAA en Tucumán.[59] <br />

Las acciones ofensivas detalladas debían lograr: la reunión de información (inteligencia), la desestabilización y el aniquilamiento de las organizaciones subversivas mediante la presión constante, quitándoles el apoyo público y moldeando la opinión pública nacional e internacional de manera favorable a la intervención militar. A este fin, se estableció que las Fuerzas Armadas y Fuerzas de Seguridad, consecuentemente a la actitud ofensiva asumida, tendrían “la más amplia libertad de acción para intervenir en todas aquellas situaciones que se aprecie puedan existir connotaciones subversivas”, según señalan las instrucciones oficiales dadas durante el año 1975. El marco regulatorio es claro en extender la potestad de intervención militar (claramente destinada al objetivo de suprimir a la “subversión”) en ámbitos muchos más amplios que la guerrilla concretar en el monte y su logística. Lo que tiene su explicación: el único lugar donde había unidades guerrilleras armadas permanentes era Tucumán en el resto del país eran comandos urbanos. Sin embargo, en Tucumán en accionar contra la logística guerrillera ya implicaba previamente una accionar sobre el conjunto de la provincia <br /> 

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Etapas de planificación operativa<br />

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Podemos aceptar la periodización que hacen las FFAA, que establecen que el Operativo Independencia se desarrolló en tres grandes fases. <br />

La Fase 1 cuyo objetivo debía llevar al aislamiento de la guerrilla, se desarrolla hasta el combate de Machalá. Dentro de esta fase se encuentran los planes tácticos I, II y III. Estos planes son descriptos por Vilas en su diario. Durante ellos se procede al trabajo de inteligencia, a asentar la Brigada en la ruta 38, a mantener controlados los pueblos de la zona[60], a recopilar información y experiencia, evitando ir hacia la guerrilla, una etapa donde el Ejército estaba “esperando” en términos militares. Además, se comenzó una intensa acción política que redituó que todas las fuerzas políticas y sindicales públicas se manifiestan a favor del Operativo. En la ciudad de Tucumán se golpeó al PRT, como en toda la provincia, debilitando a la logística guerrillera. <br />

La Fase 2, en cuyo espacio de tiempo hasta diciembre de 1975 se desarrollarán los planes tácticos IV, V y VI, el Ejercito toma la iniciativa y comienza a hostigar a la guerrilla. La relativa facilidad de movimientos del ERP se acabó y las FFAA establecieron en forma efectiva un cerco firme que impidió operaciones de contacto con la población o el movimiento de guerrilleros fuera de la zona inicial de asentamiento. Cada movimiento fue un combate. El ejército comenzó a “subir al monte”, con más asiduidad, cada vez mas profundo, con mayor audacia y preparación. <br />

La Fase 3 excede a nuestro estudio. Es el periodo del general Bussi jefe del operativo y gobernador, con la suma del poder. En que las FFAA consolidan su control sobre la provincia y la represión se extiende capilaramente a círculos de militancia cada vez más periféricos. En el Monte la etapa Bussi fue prácticamente la limpieza y acoso de pequeños grupos. Como veremos más adelante en lo que hace al aspecto represivo, con Bussi hubo un salto cualitativo, ya que el sistema de desapariciones se vuelve más capilar al extenderse a círculos civiles cada vez más lejanos al combate militar. <br />

La orden del poder ejecutivo otorgaba jurisdicción directa al ejército sobre aproximadamente un tercio de la provincia (los departamentos de Monteros y Famaillá que ya hemos descripto). Participaría toda la V brigada, completa. La organización del Ejército Argentino era la siguiente, y cadena de mandos operaba así: La Zona 3 se encontraba a cargo de la jefatura del III Cuerpo de Ejército con sede en Córdoba, y abarcaba las provincias de Córdoba, Catamarca, San Luis, Mendoza, San Juan, Salta, La Rioja, Jujuy, Santiago del Estero y Tucumán. El comando del III Cuerpo de Ejército era la “Gran Unidad de Batalla”, el eslabón superior, debajo del Estado Mayor General del Ejército, con autoridad sobre esa porción de territorio que, a su vez, se dividía en tres Subzonas. La Subzona 32 tenía jurisdicción sobre las provincias de Tucumán, Salta y Jujuy y estaba a cargo del Comando de la V Brigada de Infantería con asiento en Tucumán. En este sentido, el Comando de la V Brigada de Infantería (“Gran Unidad de Combate”), ubicada en la ciudad de Tucumán, funcionaba normalmente como elemento superior de la Subzona 32. Debajo de ella se encontraban, orgánicamente, las unidades de la “Guarnición Tucumán” (el Destacamento de Inteligencia 142, la Compañía de Comunicaciones 5, la Compañía de Arsenales 5, el Hospital Militar de Tucumán) y las unidades a cargo de las Áreas que comprendía la Subzona 32 (de la cual era cabecera la V Brigada). Estas eran: el Regimiento 19 de infantería, la Compañía de comunicación 5 y la de arsenales del mismo número, el Regimiento de infantería de monte 28 de Tartagal, el Regimiento 20 de infantería de montaña de Jujuy con la Compañía de artillería de montaña 5 el Destacamento de caballería de exploración 105 y el Escuadrón de caballería de exploración 5, la Compañía de sanidad 5 y la Compañía de ingenieros de montaña 5 de Salta. <br />

Según consta en los archivos del ejército, además del personal que revistaba bajo la órbita del III Cuerpo de Ejército, el Operativo contó con refuerzos y un esquema de relevos que incluía personal de unidades del resto del país (Zonas de Defensa 1, 2, 4 y 5). <br />

En términos de efectivos la V brigada en total debía agrupar a 3500 hombres reales, quizás más (no estaba todos en la zona de operaciones como sabemos). En el organigrama ideal de cada subunidad, se indica que los regimientos debían tener unos 900 hombres, el batallón de artillería 600 y las diversas compañías y grupos de explotación entre 100 y 200 hombres. El reglamento RC-9-1 señalaba que para las operaciones contra elementos subversivos “los elementos de la Fuerza Ejército actuarán sobre la base de su organización normal”; y determina además la necesidad de “estructurar una cadena de comando bien definida y lo más sencilla posible”. Asimismo, establecía que, en algunos casos, puede ser conveniente “modificar la cadena de comando existente” en virtud de los refuerzos del mismo ejército y la participación de fuerzas de seguridad y policiales y autoridades civiles. <br />

O sea que la Brigada en el terreno operaba a través de “Fuerzas de Tareas” que a su vez podían dividirse en unidades menores de combate. El dispositivo adoptado para la primera fase del operativo, en concreto, fue el siguiente. Tenía 4 Fuerzas de Tareas. “Chañi” en Los Sosa; “Aconquija” en Santa Lucía; “Rayo” en La Fronterita; y la Gendarmería se instaló en Angostura y El Mollar. En la ciudad de Tucumán estaba la FT “San Miguel” más las unidades de la Policía Federal y Provincial correspondientes. Cada FT contaba con 260 hombres. Que incluían una Plana Mayor, Comunicaciones y Logística. Lo que con el Estado Mayor y demás daría en la zona de combate en torno a los 1500 hombres sólo del ejército. A lo largo del tiempo el ejército fue ganando en experiencia. Algunos oficiales y suboficiales fueron formándose como “comandos” (en este tema se destacó Mohamed Alí Seineldín, futuro líder carapintada) que estaban en condiciones se salir a acosar a la guerrilla con métodos de “comandos” o sea similares a los guerrilleros[61]. <br />

Las Fuerzas de Tareas en la zona de combate rotarían cada 45 días con efectivos de sus guarniciones de origen. Luego se resolvió que toda la fuerza del ejercito enviara grupos de oficiales periódicamente, con el objetivo de foguearlos y de que no se generara una elite combatiente que luego reclamara privilegios. Como se sabe en una guerra, aún una civil diluida (para los militares era una guerra como las doctrinas oficiales desde hacía casi 20 años inculcaban) permite que quienes combaten, se destacan, etc. en ella asciendan, ganen experiencia en su profesión y adquieran un prestigio particular. Quizás también, se buscaba comprometer a toda la fuerza en las acciones, las cuales ya se sabía excedían el límite de lo ético, tal como en la misma época se debatía. Y, finalmente, dar cuenta de las reales presiones que desde todas las unidades del país llegaban para poder sumarse a combatir a la guerrilla; es de destacar que en 1975 aún los militares que habían tenido cercanía con las políticas de Montoneros se consideraban afectados por los ataques directos de la guerrilla y querían su derrota. <br />

Obviamente la Brigada tenía como integrantes una mayoría de conscriptos, lo que generaba dudas y debates sobre su exposición. Esto también impactaba socialmente, uno de los temas que trabajaba el ERP era que los militares profesionales combatieran y no los conscriptos. Y había dudas al respecto en el sistema político y en las fuerzas militares. Dudas que desaparecieron a medida que la batalla de consenso fue ganada por la represión. Los conscriptos comenzaron a caer en ataques guerrilleros, eso saldó para las FFAA y el gobierno la cuestión de implicarlos en el combate. Y la población no interpretó que la culpa de la muerte de soldados era de los militares por exponerlos, sino de los guerrilleros por atacar. Fuera esta conclusión por que la única campana escuchada era la del gobierno peronista, toda la oposición y la prensa; o porque fue real que los conscriptos cayeron en ataques directos de la guerrilla, antes que por ser usados en ataques militares a esta[62]. <br />

El primer muerto del ejército desde la llegada de la V Brigada fue el Capitán Héctor Cáceres en el combate de Pueblo Viejo el 14 de febrero donde unos 60 hombres del ejército se enfrentaron con unos 20 guerrilleros del ERP. Resultando dos guerrilleros muertos, y un muerto y dos heridos del ejercito, como vimos. Mientras tanto, como relata Vilas, en Tucumán la estrategia era de reconocimiento y recopilación de información, y las numerosas fuerzas militares continuaban su asentamiento sobre la ruta donde se encontraba la población. Paralelamente realizaban la presión sobre los sectores de los poderes político y judicial de la provincia para alinear el frente de retaguardia. <br />

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El Diario de campaña<br />

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El escrito de Vilas es en parte un ensayo de reconstrucción histórica, donde conviven fuentes militares (las de inteligencia propia y partes militares), con apartados en los que el autor evalúa su rol, expresa sus ideas políticas, y con una “memoria” de tipo personal en otras secciones. El Diario es, entonces en parte un relato tipo informe militar de campaña (en base a los mismos informes oficiales del momento que circulan en las unidades militares o de las unidades en operaciones); y un balance de inteligencia sobre la situación política y sobre las organizaciones a enfrentar (PRT-ERP, principalmente en la zona rural, y Montoneros). Como la doctrina imperante era la de “Seguridad nacional”, que implica una concepción del mundo, es lógico que tanto las fuentes como las interpretaciones de Vilas estén encuadradas en ésta; es el esquema teórico como doctrinal e ideológico imperante. Desde las necesidades operativas planteadas por la doctrina se explica la caracterización de la situación general y de la provincia, con sus fuerzas sociales políticas e institucionales. Vilas incluye las opiniones del accionar del comando militar superior, lo que es de gran interés. Por ello es en algunas partes una "memoria" en el sentido técnico no personal de la categoría, Pero también en otras una “memoria” propia. <br />

Podremos ver a lo largo del trabajo que existe cierta tendencia a construir escenarios de un enemigo (subversivo) muy grande, sólido, amplio y con planes muy articulados. Inclusive a dar como hecho versiones que parecen maniobras políticas de inteligencia. Esto no debe sorprendernos. Primero porque en la DSN o la Guerra Contrarrevolucionaria, al ser “ideológicas” las líneas de frente, e internas a la sociedad, el concepto de enemigo, de conspiración, de peligrosidad se magnifica en la mente militar. Frente al “mito” guerrillero se elabora un “contramito”, cientos de enemigos ocultos en los más diversos ámbitos, más numerosos de lo imaginable, con apoyos sorprendentes, obliga al despliegue de una fuerza represiva integral.  Además, durante el gobierno peronista, las conspiraciones internas, las operaciones de inteligencia contra el “ala izquierda” (o no necesariamente izquierda) estaban al orden del día[63]. Pero a pesar de ello el "Diario" es una fuente (y como tal debe ser tratada) de muy válida utilidad, porque ese era el “lenguaje” de la época, incluso el oficial. <br />

El “Diario” es una justificación de Vilas, escrita al calor del momento, para "quedar bien" y reposicionarse frente a la dictadura de Videla. Vilas, considerado un general peronista[64], se separa en este escrito de cualquier política que pueda comprometerlo con el peronismo, especialmente con las políticas peronistas y/o montoneras hacia las FFAA. Por ello decimos que es también una "Memoria" en el sentido personal. <br />

El objetivo que explicita, es que buscaba ser reconocido como quien derrotó a la guerrilla, primero; y segundo, que compartía lo suficiente y desde siempre la política del "proceso" como para seguir en funciones dentro del mismo en algún lugar destacado. <br />

Ante la inminencia del golpe, Vilas sabía que el mando militar se fusionaría con el político. El gobernador peronista Juri sería desplazado y el general a cargo del "Operativo Independencia" sería el gobernador. Esto le daría la suma del poder público. Aun con amplios poderes, la existencia del gobierno peronista en la provincia implicaba límites, con la justicia, con los políticos, o sea, con las instituciones republicanas en general. Vilas señala con acierto que la "etapa militar" estaba terminada con sus 6 planes tácticos, que comenzaría la "etapa político ideológica". ¿Que significa esto para Vilas? No lo sabemos bien, si "sólo" un cambio de estructuras como la que se realizó bajo el tándem Videla-Martínez de Hoz, o la continuación de la limpieza física de personas en la provincia más allá de la lucha (relativamente) frontal contra la Guerrilla de Monte ya fuera de combate. Aunque ambas cosas estén íntimamente relacionadas. <br />

Sabemos que Vilas fue desplazado a Bahía Blanca antes de su retiro y no tuvo funciones posteriores, ascendido a comandante del V Cuerpo de ejército y desplazado a un teatro secundario. Ciertamente el general tenía razón cuando intentaba demostrar que él cargó con la mayor parte de la lucha en Tucumán. Por lo menos en lo que hacía a la guerrilla como fuerza operativa eficiente. No podemos afirmar en forma concluyente por qué los militares que condujeron al país desde 1976 no quisieron en sus filas a Vilas. Para ello debemos interiorizarnos en las internas de las FFAA durante el periodo 1973 y 1976. Pero podemos acercar alguna hipótesis. <br />

Mas allá de la eficacia represiva de Vilas, los militares del Proceso eran claramente "nuevos", e intachablemente antiperonistas, y Vilas había sido parte de un proceso político que el golpe venía a sepultar, aun a alguien que fue su claro predecesor, tal como sepultó a las AAA. <br />

El trabajo se encuentra mucho más desarrollado y abarca muchos más aspectos de los de un simple "Diario de campaña", tal como aparece en el título. Aporta planes tácticos, informes de inteligencia, característica de las fuerzas enfrentadas. Los informes sobre el ERP muestran una reconstrucción de la estructura de la organización, su logística y su accionar de forma bastante completa. Al menos muy completa para las necesidades de las FFAA en su lucha contra la guerrilla en esa provincia, ya que las exageraciones del relato de Vilas, van separadas de lo que presenta como informe. Pero, aunque el informe fuera exagerado, está dentro de la lógica relacionada con el “peligro subversivo” es parte de la ideología que tiñe la doctrina y “produce” exageraciones. <br />

Sin embargo, no podemos dejar de advertir en esta introducción que, más allá de que todo lo relatado son hechos reales, hemos detectado errores, fantasías o tergiversaciones de Vilas en lo que hace a diversos datos sobre la guerrilla y la etapa. Y más allá de ser parte de la lógica de cómo se construye al “enemigo subversivo”, debemos aclarar ciertos elementos al lector. Especialmente en varios apartados que plantea escenarios exagerados. O conspiraciones que incentivaron la preocupación militar, O los números de guerrilleros señalados superan con creces a la realidad. O que el desarrollo de una operación militar no se ajusta a los datos que hoy tenemos. <br />

Tal es así, por ejemplo, que habla de una planeada ofensiva del ERP en el sur de Tucumán hacia fines de 1975 (nunca se realizó y a esa altura era evidentemente imposible). Dicha ofensiva contaría, según los datos de inteligencia que decía tener Vilas, con una cifra de combatientes que podía llegar a los ¡¡¡900 guerrilleros!!! Si vemos esta cifra de máxima mencionada por el general y fuera mínimamente real, parece sin dudas alarmante para las fuerzas militares desplegadas. Si la guerrilla argentina hubiera podido poner en combate esa cantidad de hombres armados y equipados para una sola acción, con la logística necesaria, hubiera sido imparable para el ejercito argentino tal cual se encontraba desplegado en ese momento, y hubiera cumplido cualquier objetivo racional propuesto, obligando a las FFAA a implicarse en combates directos mucho mayores. Pero indudablemente para poner en acción esa cantidad de hombres, se necesita material y una cantidad superior a esa de personas destinadas a todo lo que implica poner una fuerza en combate. Y, además, sin dudas, nadie pone 900 hombres en acción en una operación si no dispone de muchos otros que no son jugados en la misma. Pero sabemos efectivamente que el ERP contó con un máximo de 500 miembros en todo el país en su apogeo. Quizás Vilas haya detectado alguna información que en alguna versión (o alguno de los torturados haya dicho cualquier cosa para zafar) del las que en PRT se barajaban, entre varias, y de allí hay construido esa fantasiosa cifra, a partir de que era vox populi (no está de más saberlo) que el ERP preparaba algo grande. Y, quizás, incluya en "combatientes" posibles cifras de militantes de apoyo logístico y propaganda en toda la región (los que tampoco llegaban a esa cifra, ni por lejos). <br />

Esta fantasía explica la cantidad de desaparecidos en general: en la doctrina represiva, “guerrillero”, “subversivo” era un amplio espectro de personas que se consideraban vinculadas al proyecto político de la guerrilla. En ese sentido, para el discurso público (y quizás también para las creencias de muchos de los actores de la guerra contrarrevolucionaria) los guerrilleros eran miles. También es cierto que para sostener 500 militantes del ERP debía existir un partido (el PRT) de unos 5000 miembros, cuyo objetivo entre otros era sostener y brindar apoyo al ERP en todas las tareas que excedían lo militar. <br />

Finalmente, en las fechas señaladas se realizaría un ataque al cuartel de arsenales de Monte Chingolo en el Gran Buenos Aires donde el ERP pondría en juego una cifra de alrededor de 250 combatientes entre los que directamente participaban (70 hombres y mujeres) y los que harían acciones de apoyo o contención[65] (sin armas suficientes para todos). Y que implicaría un esfuerzo máximo de movilización, inclusive retirar hombres de Tucumán, en lo que seria la mayor batalla de la guerrilla argentina. Además de una durísima derrota, con 67 muertos (en combate, heridos y prisioneros ejecutados) y 10 militares y policías muertos y 35 heridos, sin dudas un duro combate, con una cantidad de efectivos implicados directa e indirectamente como para hablar de una pequeña batalla. Pero que siguen distando de los 900 guerrilleros que, en número y lugar, anunciaba Vilas atacarían en la zona de Tucumán. Por esto advertimos que Vilas, y en general los informes de inteligencia suelen adolecer de errores de este tipo. Nos dejan la duda sobre si son simplemente falencias técnicas de un trabajo que no puede ser preciso, o son maniobras para agrandar el fantasma y generar políticas, o sea “inteligencia” en sentido amplio. En cada uno de estos sentidos la inteligencia aparece como error normal o una manipulación, pero la inteligencia es parte de la guerra, como el “mito” guerrillero. <br />

Entonces, podemos afirmar que Vilas magnifica la capacidad del ERP en su escenario. Pero también que la propaganda en general magnificaba la capacidad de la guerrilla[66] y la guerrilla se magnifica a sui misma. Vilas habla de que el ERP disponía de un helicóptero, no hemos encontrado forma de verificar esa afirmación, o más bien sabemos que no es así (y hasta nos suena ridículo ¿cómo hubiera sostenido la guerrilla un helicóptero?). Como también magnifica las victorias del ejército, con cierto grado de épica. Pero esto es natural, tanto porque cada contendiente heroiza sus acciones (un tiroteo es un combate); y además en la época era una de las justificaciones de la intervención masiva de las FFAA y FFSS en todo el país y en todos los espacios de la vida social. Aunque más allá de esta sobrevaloración tanto los planes tácticos, como las acciones especificas detalladas fueron efectivamente desarrollados. Lo mismo que las unidades descriptas y espacios geográficos señalados fueron los reales de la acción en Tucumán. De la misma forma que las instrucciones recibidas de la superioridad o dadas hacia los cuadros subalternos y unidades, fueron las orgánicas de la fuerza. <br />

Para ir más a fondo en el tema de estas campañas y su significado práctico. Entre las construcciones ideológicas que el diario permite ver tomemos un ejemplo. Veamos un relato que suena más a una “conspiración marxista” super heterogénea, y típicamente fantasiosa. La existencia de un plan que pretendía transformar a la Provincia de Córdoba en un territorio controlado por “la subversión” y a la Sierra en una retaguardia guerrillera. Así en 1974 señala Vilas, que había existido una reunión entre el gobernador Obergón Cano (peronista revolucionario), en vicegobernador Atilio López (jefe del sindicalismo peronista combativo), René Salamanca (líder de SMATA y miembro del PCR), Agustín Tosco (Líder de Luz y Fuerza y referente nacional de la izquierda sindical), Santucho y Firmenich, con el objeto de armar dicha retaguardia guerrillera en la sierra cordobesa. Parece mas bien el "bolazo" creado por la inteligencia (en sentido de grupos que operan creando climas, o “acción psicológica” como lo define la doctrina militar imperante) para justificar el golpe policial contra Obregón Cano. En 1974 poco después de esta versión, fue llevado a cabo por el subjefe de policía provincial Navarro y por el peronismo de derecha, al que Vilas se encontraba vinculado[67]. Eso, complementariamente, está a tono con una muy eficiente campaña realizada, tanto a nivel social como en los estamentos del Peronismo y del Estado, para generar condiciones de aislamiento de los sectores mas duros del peronismo y para sensibilizar a las FFAA e ir uniéndolas en la idea de necesidad de intervenir orgánicamente en la represión.[68] <br />

Otra cuestión interesante del "Operativo Independencia" en la fase de Acdel Vilas es que se desarrolla mientras del conflicto social no esta desactivado. Por el contrario, es el año 1975 (junio y julio) cuando se dan las jornadas de lucha contra el plan de Celestino Rodrigo conocido como “El rodrigazo”[69] (primer plan de ajuste ortodoxo). Confrontando con estas medidas una lucha sindical de varios días termina en una huelga general llamada por la CGT que da por tierra el plan de Rodrigo. Con él cae una parte del gabinete, entre ellos a López Rega (jefe de las AAA), el ministro del interior Rocamora, haciendo tambalear a Isabel, que queda obligada a negociar con la central sindical el futuro gabinete. La victoria obrera es grande, y en ella la actuación de las organizaciones sindicales afines a Montoneros en primer lugar y al PRT en segundo lugar es hegemónica en lo que hace a la movilización de las bases a través de las Coordinadoras que empujan a la dubitativa conducción sindical a la confrontación. Además, se produce finalmente una unidad de acción de los sectores combativos y de la izquierda con el sindicalismo peronista tradicional. <br />

Pero en ese mismo periodo el Operativo de Vilas comienza a rendir sus frutos. O sea, había una oleada de luchas sociales, sindicales, inclusive en Tucumán, pero la guerrilla comienza a verse acorralada, cercada. Había pasado el combate de Machalá, Vilas había lanzado la Fase II con un claro avance de las fuerzas militares y pronto iniciaría el último plan táctico de la misma que redujo a la guerrilla a un mínimo grupo disperso, abriendo paso a la Fase III, la última a cargo de Bussi que dio por terminada la vida política contestataria en la provincia. <br />

En ese sentido y yendo mas allá del texto de Vilas, podemos pensar en la existencia de un “desacople”. Entre la estrategia guerrillera y la lucha político social. Si bien en esa época se asumía como ley que todos los métodos de lucha se realimentaban unos a otros, y que el guerrillero era uno fundamental, no esta claro que, en una sociedad industrial urbana como la Argentina, el modelo guerrillero vietnamita o guevarista pudiera surtir efecto. Si bien más allá de la Compañía de Monte, la guerrilla argentina fue fundamentalmente urbana, lo cierto es que una clase obrera ocupada formalmente tiene dificultades en nutrir la formación de unidades armadas permanentes. La experiencia argentina y la característica de la FES parecía más bien orientada a unidades de milicia, tipo ad hoc, que estuvieran atadas a su lugar de producción, más propias de una estrategia insurreccional, no un ejército permanente. Lo que permitiría también “jugar” más con las dudas de las FFAA en reprimir al pueblo, al no ir directamente en contra de ellas. <br />

A su vez también pareciera que la ofensiva obrera, de gran impacto político, no dejaba de ser “económica”: “14250 o paro nacional” era su consigna central. Y como una vez señaló el chileno Miguel Enríquez jefe del MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionaria, chileno): “la clase obrera Argentina es muy combativa, unificada y masiva, pero no socialista” y eso debía ser entendido. Quizás Enríquez lo entendió más que el PRT, o inclusive que Montoneros. Otra cuestión (y con el diario del lunes); podemos ver que esa ofensiva obrera que volteó al lopezrreguismo, estaba inserta en un marco de repliegue mas general, no de derrota aún, pero si de repliegue. La lucha mas radical se circunscribía a los obreros agredidos y era por la defensa de sus condiciones de trabajo. Por último, la guerrilla rural debería necesitar de una base campesina, no simplemente de un monte solitario donde esconderse. La provincia de Tucumán no cuenta con un campesinado típico de minima envergadura. Al menos si excluimos de esta categoría a los cañeros, y a los obreros de los ingenios asentados en torno a la ruta donde estaban los miles de hombres de ejército. Una población semirural o semiurbana como se quiera. Una vez el ejército allí instalado, el ERP debía “salir” del monte para ir a sus posibles bases, y enfrenarse con el enemigo, o quedar aislado en la montaña sin bases con las que trabajar. El sindicato que agrupaba la mayoría de los trabajadores del azúcar, la FOTIA numerosa, histórica y combativa[70], conducida por el combativo Atilio Santillán, entro en contacto con Vilas[71] y no apoyo ni directa ni clandestinamente al ERP, (salvo algún sindicato de base donde el PRT tenia histórico trabajo); tal es así que el ERP ejecutó a Santillán en marzo de 1976 poco antes del golpe[72]. Es por estas razones que creemos que por más que la lucha obrera tuviera picos esto no redituó en más agua para el pez guerrilla. <br />

Es necesario dar una vuelta de tuerca más sobre la cuestión del “consenso” del Operativo Independencia y de la represión a la “subversión” en general. Vilas en su diario destaca dos cosas contradictorias. Una el apoyo de la sociedad civil, marcando claramente que en su periodo “no hubo una huelga” (recordemos que las autoridades legales y el sistema republicano estaba vigente), para marcar específicamente al sector mas conflictivo (el obrero), pero habla de todos los sectores. Por otro lado, señala las trabas que ese mismo sistema republicano implicaba (con sus habeas corpus, abogados, tiempos procesales, publicidad, etc.). Por eso, quizás, el funcionamiento del campo clandestino de “La escuelita” de Machalá (y otros espacios fuera del control legal) donde podían obviar la ley. Sin embargo, insistimos en recordar, que esta metodología era intrínseca a la guerra contrarrevolucionaria. <br />

Pero este no es el tema, sino el consenso. Primero el lector no debe dejar de recordar que el “Operativo Independencia” era perfectamente legal. Aunque no sean legales las ejecuciones o las torturas, remarcamos que una vez que se despliega el ejército contra la guerrilla para llevar adelante operaciones militares no convencionales con la metodología de la época; el “riesgo” de que la jurisdicción militar y la metodología de obtención de información, de “acción psicológica”, imposición del orden, etc. implicaba violaciones sistemáticas a los DDHH, y no podía ser desconocida por el conjunto de la clase dirigente. Aunque sin dudas las dimensiones que esto fue alcanzando con el tiempo desbordo lo imaginado. <br />

De la misma forma podemos decir junto a Vilas (lo deja claro en el Diario) que fue haciéndose cargo de hecho del poder político de la provincia, aunque estuviera fuera de su jurisdicción. Vilas señala esto como una necesidad, lo escribe y lo considera “obvio”. O sea, considera que ejerció el poder por fuera de lo que los decretos y la constitución le permitían. Vilas señala que sobrepasó a Juri y que el comando de la V Brigada era el poder paralelo en la provincia, interviniendo directamente en diversas áreas, negociando con las autoridades políticas, religiosas, gremiales, etc., conflictos o problemas diversos. O tomando el control de sectores clave, como las telecomunicaciones sin autorización del gobierno provincial. Literalmente señala en su Diario que el gobierno formal era Juri, pero el real era la V Brigada. <br />

A pesar de esto, el Operativo fue apoyado por todas las fuerzas políticas legales de significación electoral a nivel nacional. Lo que significa que a pesar de las criticas puntuales y los roces por la extralimitación de Vilas, la amplia mayoría de las organizaciones provinciales políticas y sociales buscaron evitar quedar enfrentadas con el Ejército y ponían énfasis en dejar claro su distancia con “la subversión”. Las discusiones en la FOTIA eran complejas, el gremio se encontraba en una situación difícil, la mecanización afectaba la ocupación mano de obra[73] y además los trabajadores eran sin dudas muy explotados. El gremio se hacía cargo y desarrolló luchas importantes. Pero a partir de la aparición de la Compañía de Monte sus dirigentes en general buscaron diferenciarse “no quedar pegados” a la guerrilla. A pesar de que el PRT tenía inserción en el gremio y había descontento. <br />

Estudios recientes[74] que abordan las posiciones del conjunto de los funcionarios, las organizaciones e instituciones, culturales, políticas, sociales, sindicales, empresariales, académicas; estatales y privadas, muestran un abrumador consenso y apoyo explícito al Operativo, y a las acciones concretas del mismo. Y entre ese consenso encontramos a la CGT y la FOTIA estructuras claves de la lucha en Tucumán hasta el reciente año 1974. El secretario adjunto de la CGT Regional Tucumán Víctor Álvarez expresaba que “todos los gremios están plenamente identificados con la tarea del ejército”. También Pedro Sierra, secretario de las 62 Organizaciones y Miguel Lazarte, de la FOTIA, expresaron “el apoyo de la clase trabajadora al Ejército en la tarea que está realizando”[75] Una excepción fue Isauro Arancibia jefe de la Agremiación de Trabajadores de la Educación Provincial (ATEP) y miembro del PRT, que mantuvo su postura de oposición, a pesar de trabajar en un frente de unidad con Santillan. Arancibia fue muerto el 24 de marzo de 1976 cuando resistió en su casa a un grupo operativo que intentó secuestrarlo. <br />

La mayoría los actores repudiaban explícitamente a la guerrilla, con las categorías mas burdas en muchos casos. Pero eso no importa para pensar consenso o coerción, por el contrario, pareciera haber una mezcla de rechazo visceral, a tono con las declamaciones teñidas de violencia de algunos referentes parlamentarios o ejecutivos, con un intento de cubrirse las espaldas frente a la llegada del ejército. Los actores provinciales participaban físicamente en actos y reuniones con los jefes del V Brigada no eran forzados ni mostraban algún recaudo de no excesivo compromiso. Los estudios que toman al Diario La Gazeta de Tucumán, dan testimonio público de esto. Inclusive las organizaciones legales que se consideran de izquierda o “del campo popular” aparecen en el diario tomando distancia o repudiando las acciones guerrilleras, aunque preguntaran por las primeras ejecuciones clandestinas o desapariciones (lo hacían ante la V Brigada, y siempre señalando que debían ser paramilitares y no el ejército el responsable) <br />

Sin embargo, es estadístico que el inició del operativo trajo un recrudecimiento de los métodos “contrarrevolucionarios” de represión ilegal. Aunque de estos meses es también el accionar de las AAA no sólo (ni principalmente) de las FFAA, que en todo el país cargan a su cuenta la mayoría de los asesinatos con su particular sello. Cinco meses después de empezar el operativo, aparece la primera solicitada de reclamo dirigida a Vilas por la desaparición de dos periodistas[76] firmada por el Círculo de la Prensa de Tucumán, Asociación de Prensa de Tucumán y el Personal del diario La Gaceta. El 8 de octubre de 1975, el Frente de Izquierda Popular (FIP) reclamó por “la desaparición de Ian Turowski, sacado de su domicilio por desconocidos”[77]. El 30 de noviembre de 1975, la Federación de Entidades Profesionales Universitarias de Tucumán (FEPUT) condenó en el diario local “la desaparición de los socios Dr. Máximo Eduardo Jaroslavsky y el Arquitecto Enrique Gallardo” rechazándolas como “una irresponsabilidad injustificable, cualquiera sea la motivación que la origine” (“FEPUT a la opinión pública”). Y El Partido Comunista de Tucumán, en una solicitada titulada “¡Basta de crímenes impunes!” denunció el secuestro, tortura y asesinato de “Diego Fernández, delegado de sección de los Talleres ferroviarios de Tafí Viejo”, lo adjudicó a las “bandas fascistas financiadas por la CIA” y exigió a las autoridades civiles y militares su investigación y el castigo a los responsables[78]. Es probable que a estas denuncias se deban las protestas que Vilas enuncia en su escrito. En estas fuerzas de izquierda queda claro el repudio “a todo tipo de terrorismo”, parecen referirse más a las AAA que al ejército e incluyen a la guerrilla. <br />

Quizás podemos considerar para ser precisos que, en 1975, cualquier prensa privada que esbozara algún apoyo a la guerrilla sería censurado, eso es cierto. O inclusive mostrarse neutral frente a la misma, sería complicado, todas las instrucciones, decretos y directivas del gobierno o las FFAA hababan de que la cuestión de la prensa debía ser fundamental para generar consenso. Como también que La Gazeta, es un diario importante que se alinea con la prensa nacional en la defensa del statu quo. Pero eso no inhabilita que una abrumadora cantidad de instituciones o referentes de los más diversos ámbitos aparecen en esta posición de apoyo al Operativo, a las acciones, y repudio a la guerrilla. Sus palabras o comunicados no son inventados. No es una minoría, de elite, o dirigentes aislados que se magnifica en la prensa, en medio de una sociedad civil silenciosa. Y, además, el mismo diario publicó denuncias como hemos visto, y que las denuncias eran en su mayoría dirigidas contra las AAA. Recordamos que estudiamos hechos en una provincia importante y movilizada, pero no de millones de habitantes, en donde el PRT tenía un histórico trabajo. O sea que las muchas declaraciones recopiladas expresan la mayoría abrumadora de las instituciones existentes. En ese sentido señalamos que es lógica la confianza que manifiesta Vilas, se atiene a la realidad. <br />

También creemos necesario señalar que el Partido Justicialista manifestó el pleno apoyo al operativo (lo que es lógico) y que siempre ha ganado abrumadoramente las elecciones en la provincia, siendo cuestionada su hegemonía solamente por el Partido del General Bussi, que sucedió a Vilas como jefe del Operativo, y que llevó como diputados a miembros de las fuerzas paramilitares que acompañaban la represión en su faceta mas lúgubre. Con esto queremos señalar que la idea de consenso provincial nos parece razonablemente probada, y que es una de las bases de su éxito. <br />

Esto no inhabilita que el PRT y la guerrilla tuvieran el apoyo en un porcentaje de la población, y que esta se llamara a silencio (que era lo más conveniente para sobrevivir). De hecho, el PRT tenía presencia sindical, en los ingenios al menos, y conducía uno. Tenía, además, cierto desarrollo político (y logístico) en los pueblos y la ciudad de Tucumán. Por ello la tarea de reprimir a la guerrilla abarcaba, como cuestión central, destruir esa presencia para aislar a la guerrilla. El mismo coronel González Breard en su estudio sobe el ERP, señala que el ejercito avaluaba que unos 40 trabajadores de la zona se habían incorporado a la Compañía. Sin embargo, estos datos del ejército contradicen a primera vista lo que los integrantes de la guerrilla afirman. Los tucumanos en general podían rondar el 10% de los integrantes (los integrantes rondaban los 70), había santiagueños, cordobeses, porteños y santafesinos en forma destacada (inclusive bolivianos y chilenos). Los tucumanos eran la fuerza en los pueblos y la ciudad de Tucumán como es obvio, la logística quedaba en sus manos (la logística en la zona, ya que la nacional era porteña). Lo que si relatan los ex combatientes de la Compañía es que había población en la zona que los veía con simpatía, en algunos casos, con apoyo en otros y neutralidad en otros más. No podemos saber qué porcentaje; pero, así como algunos denunciaban al ERP otros callaban o hasta colaboraban en mínimas cosas. Entonces, población trabajadora y campesina que señala Breard, que el ERP pudiera haber reclutado no existió en forma de alguna significación, sí posible apoyo, expectativa o tolerancia[79] (manifestado por no dar información al ejército). Entonces por qué Breard habla de 40 trabajadores. No miente ni tergiversa, creemos que su estudio es serio. Las razones son dos, como en la mayoría de las apreciaciones militares sobre la “subversión”. Una: el mito de la guerrilla también tiene su contra mito, con los miedos ideológicos propios de la ideología contrarrevolucionaria hacia las clases populares. Dos: que el concepto mismo de “subversión” amplía la categoría a un espectro mucho más amplio. Para la inteligencia el ERP era más grande no solo porque construían su propio mito sino porque incluía en él a toda la logística, simpatizantes posibles, colaboradores, etc. Podía haber tranquilamente 40 obreros del surco o las fábricas que colaboraran de alguna forma con el PRT, leyeran la prensa etc..  <br />

En un estudio socio-económico de los detenidos en general y de los desaparecidos, se ve que cerca de 70% eran “asalariados” de algún tipo. Aunque esta categoría cubra una muy amplia diversidad de status social, es evidente que la represión en general se dirigió al mundo del trabajo sindical, o que los integrantes de “grupos peligrosos” eran trabajadores en su mayoría. Según el informe de la Comisión bicameral tucumana de 1985 sobre detenidos desaparecidos se estableció que, 87 eran estudiantes, 89 eran empleados, 173 obreros, 53 “trabajadores independientes” (campesinos, comerciantes, vendedores ambulantes), 12 docentes, 26 profesionales, 4 abogados de DDHH, 2 periodistas, 5 conscriptos, 30 niños, amas de casa y jubilados, etc.  <br />

Vemos también que existió un 12% de desaparecidos con estudios universitarios (siendo que la provincia disponía solo de un 3% en esa categoría). Cómo que hay un 20% de mujeres secuestradas o desaparecidas, lo que para una provincia como Tucumán es muy destacable. Estos son datos a tener en cuenta. De hecho, podemos mencionar que Montoneros señalaba que unos 200 delegados de la FOTIA eran del espacio de la JTP (Juventud Trabajadora Peronista: estructura de masas hacia el Movimiento Obrero conducida por Montoneros), lo que implica una presencia muy grande en el sindicato, al menos en las bases. Sin embargo, la FOTIA apoyaba el Operativo a través de sus principales dirigentes. Además, habría que ver si el hecho de que hubiera buen número de delegados de la JTP se transformaba en un apoyo a la guerrilla en acción en Tucumán. En la izquierda se acusaba (y acusa) a Montoneros de sumar a sus estructuras con amplitud que permitía incluir activistas que según la izquierda serían burócratas. Repetimos que siempre tenemos que tener presente que la lucha era contra la “subversión” y esto iba mucho mas allá de la guerrilla combatiente y su logística. <br />

Para el caso de esta experiencia de guerra contrarrevolucionaria, podemos ver que las condiciones para que la estrategia de “quitarle el agua al Pez” y obligarlo a salir y atacar, que era la que desarrolló Vilas, para después pasar a acosarlo (o sea la estrategia guerrillera al revés) contaba con varias bases fundamentales. Un escenario político que se hizo cada vez mas propicio, una estructura demográfica que las FFAA lograron interpretar y hacer controlable y un escenario geográfico que con inteligencia era favorable. <br />

El “Diario...” magnifica cada triunfo militar sobre la guerrilla o su logística, etc.; aunque, claramente, las FFAA derrotaron el ERP y a toda la guerrilla en el plano militar. Sin embargo, debemos destacar que una guerra de este tipo, que es el emergente de una "guerra civil" (de baja intensidad) de largo aliento, no la ganaron las FFAA en el plano militar estricto[80]. Sino que vencieron en lo estratégico. Aislando a la guerrilla tanto en las ciudades como en el monte. Y, sobre todo, vencieron (o se montaron sobre una derrota) en el plano político, elevando la apuesta en el plano militar (guerra total contra la subversión, guante que la guerrilla recogió) cuando la mas amplia mayoría de la población, y de las posibles bases de apoyo guerrilleras se retiraron, y en muchos casos se sumaron al rechazo al accionar armado. En un plano del análisis general de las relaciones de fuerzas podemos observar que, si bien la guerrilla focalizaba su interpretación de la realidad de acuerdo al estado de ánimo del sector más avanzado de la clase obrera organizada, y este se mantenía combativo, era receptivo a las propuestas a nivel gremial de los revolucionarios, etc. Como también se podía ver una crisis institucional del gobierno, y una crisis económica que era el emergente de límites en el modo de acumulación. Aunque no pensemos cuando hablamos de crisis y deterioro social, que en el 74/75 existió un nivel de empobrecimiento que se aproximara siquiera remotamente a los actuales[81]. Paralelamente en el plano de la estructura, las CD avanzaban en un proceso de homogenización política[82] y en la construcción de un liderazgo en torno al sector más concentrado; a nivel político, los partidos desorganizados y sin propuestas eran monolíticamente contrarios  a la guerrilla y a los revolucionarios y combativos en general, querían orden a como sea; y la estructura militar del estado se homogenizaba y cerraba sus debates en torno a la necesidad de intervenir drásticamente para imponer el orden. Si a esto sumamos un escenario internacional claramente impulsor de resoluciones de “derecha” en todos los planos, la visión “ofensiva” de la guerrilla no parece razonable. También pensamos (y eso es una opinión sujeta a discusión) que en una país eminentemente urbano y obrero como Argentina (con “plena ocupación” como en esas décadas) una estrategia de “guerra prolongada” no era adecuada aún en las condiciones geográficas favorables. Pero esto es tema de otro trabajo. <br />

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Como señalamos al inicio, el trabajo de Vilas es una fuente muy transparente de la puesta en práctica de la Doctrina de Seguridad Nacional. Si bien el "Diario..." no se extiende en el funcionamiento de los "Centros clandestinos de detención". Vilas obviamente no lo considera necesario[83]. En realidad, no lo es ya que se centra en las operaciones militares y sólo nombra lateralmente las detenciones para obtener información fuera de la zona de operaciones. Sin embargo, se pueden deducir algunos elementos como el lector fácilmente tomará nota. Sus apreciaciones sobre la necesidad de una mayor discrecionalidad son transparentes. Es un escrito sobre guerra contrarrevolucionaria y es intrínseco a las violaciones de DDHH. Desde que la doctrina francesa de “Guerra contrarrevolucionaria” primero, y de “seguridad nacional” pocos años después, se instalaron como doctrinas oficiales dentro de las FFAA argentinas.[84] La idea era que la nueva guerra requería ganarse a la población y/o alejarla de los insurgentes. Era una disputa por la población, impedir por los más diversos medios, que la guerrilla consolidara una base social y pudiera acceder a ella con facilidad, con el reverso de que las fuerzas militares estuvieran en un territorio hostil[85]. Para ello se utilizaban los más diversos métodos, desde acción social, acción sicológica o un trabajo sistemático de obtener información de la población. Ya que, al no ser una guerra entre estados, el enemigo se encontraba entre la población camuflado. En la película “La batalla de Argel” este último método contrarrevolucionario se encuentra bien descripto[86]. En todos los manuales doctrinarios la cuestión del enemigo camuflado entre la población y la necesidad de extirparlo es central. El método era la obtención rápida de información, y para ello la tortura aparecía como ideal. El método de tortura tenía un elemento complementario, el terror, a la represión sobre la población se lo complementaba con el terror de oscuros y sistemáticos interrogatorios que terminaban (o empezaban) con vejaciones diversas. Todo esto en una línea de frente imaginaria en la que ninguna ley o juez podía penetrar, ya que este frente era para la doctrina la esencia del combate en sí mismo. El sistema norteamericano la perfeccionó, pero en realidad solo aumento más que el francés la cantidad de enemigos entre la población.[87] <br />

Dentro de esta descripción aclaratoria, Famaillá tiene un triple significado: fue el centro de comando táctico de la V Brigada; es el nombre con que se conoce a la operación más audaz de la Guerrilla de Monte, que intentó copar este comando y fue derrotada; y es el lugar donde funcionaba un centro clandestino de detención clave. “La Escuelita” es como se lo conoce, ya que allí funcionaria una escuela, se encontraba anexa al comando y por allí según Vilas pasaron 2000 personas para ser interrogadas (la comisión bicameral obtuvo datos de 1507). En este sentido las tareas desplegadas por el ejército en “La Escuelita” se asemejan a la imagen que nos podemos hacer sobre los centros de interrogatorios a partir de lo que nos muestra la película “La batalla de Argel”[88]. <br />

Para precisar podemos ver que hasta el 24 de marzo de 1976 se registraron en Tucumán, entre los que se consideraban “enemigos”, “subversivos” etc., 60 muertos y 181 desaparecidos, lo que da (descontado 3 desaparecidos liberados) un total de 241 muertos. Toda la represión en Tucumán nos da un total de 655 muertos (85 en combate, real o no). Estas cifras son actualizadas al 2010 (o sea se deben aproximar a las definitivas) y sólo son un poco superiores a las que presentó la Comisión Bicameral de la legislatura tucumana en 1985, manteniendo las tendencias (la Comisión registró que, durante 1975, se produjeron 123 secuestros de personas. De esas 123, 77 fueron desaparecidas, 14 asesinadas y 32, liberadas). <br />

Estos datos son interesantes. Entorno al 25 % de los muertos y desaparecidos se produjeron durante el mandato de Vilas. Periodo que a su vez concentra casi todos los muertos y desaparecidos anteriores a 1976. Pero según investigaciones recientes surge un detalle que vale la pena señalar. Los investigadores han precisado que la mayoría de los muertos y caídos en combate son del periodo de Vilas, como también la identidad y militancia concreta de los desaparecidos y muertos es clara en este periodo (se sabe donde militaba cada uno); mientras que en el periodo de Bussi, se incrementa la proporción de desaparecidos respecto a muertos y es mayoritaria la cantidad de personas desaparecidas que no se ha identificado su militancia (se invierten de 75% de militantes conocidos con Vilas, a solo 1/3 con Bussi). La distribución porcentual de los secuestros según el año de ocurrencia muestra que en 1976 se produjo la mayor cantidad de los mismos (49%). Los años 1975 y 1977 registran el 24% y el 19% respectivamente del total de los secuestrados. Esto ¿que nos dice?: que Vilas concentró la represión sobre el activismo y la guerrilla, mientras que Bussi amplió a sectores de la población menos vinculados. Y segundo que los combates u operaciones militares abiertas que producen muertos “clásicos” se concentraron en el periodo de Vilas. Por ello es lógica la insistencia del general Vilas de reclamar para sí la victoria en esta operación. <br />

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Detalles finales<br />

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Como señalamos el Texto de Vilas luego de terminar con el desarrollo de la guerra contrarrevolucionaria bajo su mandato, continúa con la inclusión de directivas que la comandancia del Ejército elaboró para encuadrar las acciones. Son interesantes y de utilidad. Y, ya fuera de Tucumán, Vilas presenta un mucho más corto trabajo sobre su rol en Bahía Blanca. Donde los métodos represivos aplicados por el General fueron los típicos de todo el país, los métodos de “noche y niebla”[89]. Allí, señala, no había guerrilla, ni operativos armados, pero si subversión. Y nos describe como subversivos a personajes del más amplio espectro de la vida de la región. Lo que nos permite precisar con claridad, y fuera de una zona de operaciones armadas, cual era el objeto “subversivo” para Vilas. El escrito termina con un listado de combates y de caídos en el conflicto. Los combates son hasta la minima escaramuza que el ejército registró como tal. Y los caídos incluyen a los que pasaron por el monte y murieron en otras zonas del país, como Santucho, por ejemplo. Pero también a otros guerrilleros identificados como tales que pasaron por el monte según el ejército, pero sobrevivieron como Enrique Gorriarán Merlo. No entendemos este criterio. <br />

Por último, hemos agregado al Diario de Acdel Vilas un reportaje inédito realizado en 1983, que recientemente (enero del 2019) publicó el portal Infobae con la firma del periodista Hugo Asch. En ese año Vilas pretendía ser precandidato a la presidencia por el Partido Justicialista. Lo interesante es que se aclaran muchas cosas, como su identidad política y algunas de sus ideas respecto del Operativo, la guerrilla y de la Dictadura. Vilas agrega algunas precisiones que sin dudas en ese momento consideraba debían darle galardones. Como se ve esperaba una reivindicación de su labor. El reportaje es de necesaria lectura para competer y conocer a Vilas y su rol. <br />

En la transcripción del "Diario..." de Vilas hemos hecho el esfuerzo de incluir todo el escrito que llegó a nuestras manos. Inclusive partes detallados de materiales hallados por las fuerzas militares en campamentos o casas operativas del PRT-ERP, etc. Creemos que estos datos sirven tanto para ilustrar la forma de acción de las fuerzas del Estado, como el tipo de logística y modo de vida de la Guerrilla. <br />

Finalmente señalamos que esta presentación no es autónoma de la fuente que complementa. Tampoco intenta corregirla, lo que seria un error de quien pretendiera hacer eso para una fuente. Ni siquiera es un estudio acabado sobre el periodo, o la Guerrilla de Monte o el Operativo Independencia. El Diario de Vilas vale por si mismo, pero sin dudas al tocar temas que aun siguen siendo discutidos políticamente necesita una aclaración. Y además necesita un complemento que permita encarar la lectura con elementos que Vilas da por sabidos o sobrentendidos o que directamente deja de lado. La lectura del Diario con este complemento, mas allá de las opiniones que genere, aumenta su densidad y posibilidades de comprensión.

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Guillermo Caviasca UBA/UNLP<br />

Julio 2020

 

 

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Fuentes y bibliografía <br />

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Artese Matías, Roffinelli, Gabriela “Responsabilidad civil y genocidio Tucumán en años del “Operativo Independencia” (1975-76)”. CLACSO 2005<br />

http://biblioteca.clacso.edu.ar/Argentina/iigg-uba/20110322104029/ji9.pdf

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Caviasca Guillermo (2013) Dos caminos De la campana/El Río Suena. La Plata <br />

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Caviasca, G. (2017) La hipótesis Carcagno Punto de encuentro Bs. As. <br />

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Crawley, Eduardo (1970) Subversión y seguridad Circulo Militar Bs. As. <br />

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Decreto de febrero de 1975 https://es.wikisource.org/wiki/Decreto_261/75_(Argentina)  <br />

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De Santis, D. (2010) La Historia del PRT-ERP A Formar Filas. Bs. As.<br />

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Graño, Santiago “Represión política, terror y rumores en el “teatro de operaciones” del Operativo Independencia (Tucumán, 1975-1977)” Clepsidra 2015.  file:///C:/Documents%20and%20Settings/Administrador/Escritorio/operativo%20independencia.pdf <br />

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Izaguirre, I (2009) Lucha de clases y guerra civil en Argentina EUDEBA Bs. As. <br />

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Mattini, Luis (1990) Hombres y mujeres del PRT-ERP Contrapunto Bs. As. <br />

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Villegas, Osiris (1963) Guerra revolucionaria comunista Pleamar. Bs. As. <br />

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Emilio Crenzel (UBA - CONICET) Capítulo 14. El Operativo Independencia en Tucumán file:///C:/Users/User/Downloads/El_Operativo_Independencia_en_Tucuman.pdf

1997. "Tucumán 1975: La primera fase del "Operativo Independencia", un análisis de las reflexiones de su conducción acerca del mismo" en Irma Antognazzi y Rosa Ferrer (Comps.) Argentina: las raíces históricas del presente Escuela de Historia, Facultad de Humanidades y Artes, Universidad Nacional de Rosario, pp. 167-182.

Entrevistas<br />

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De Santis, Daniel <br />

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Jaime, Martín <br />

Lescano, Raul https://www.youtube.com/watch?v=pCvo2A895PE <br />

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Mattini, Luis <br />

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Perdia, Roberto Cirilo <br />

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[1] El coronel Díaz nació en 1920 y falleció en 1986. Lo poco conocido de su historia no hace honor a su rol en las décadas de 50 y 60. Conspirador desde 1951 en el golpe frustrado del general Menéndez. Activo y central protagonista del secuestro del cadáver de Eva Perón (fue quien lo llevó a Italia). Activo participante en las tareas que infiltraron el levantamiento del general Valle y el posterior fusilamiento de militares y civiles peronistas. Jefe de inteligencia principal aplicado del CONINTES desde 1960. Activo en la “guerra contrarrevolucionaria” se vinculó a la CIA, y continuó en esa orbita después de su retiro en época de Illia. Nadie (públicamente) supo mas de él en los setentas y ochentas. Se lo suponía muerto. Es de destacar este militar antiperonista vinculado a la inteligencia extranjera como un actor interesante para descubrir con mayor profundidad los orígenes de las doctrinas contrarrevolucionarias en nuestro país. <br />

[2] Revista Lucha Armada en Argentina N 3. “Ejército Argentino: Curso de Guerra Contrarrevolucionaria” dictado por el entonces Tcnel. Alberto Díaz Hamilton en 19 de octubre de 1961. <br />

[3] Miguel Ángel Iñiguez, general de brigada nació en 1909 y murió en 1989. Fue un oficial peronista que paso a la fama por comandar la columna de efectivos militares que estaba por sofocar el grupo sedicioso comandado por el general Lonardi en Córdoba en septiembre de 1955 cuando se le ordenó abandonar al objetivo. Participó de la resistencia peronista siendo un actor en el levantamiento del general Valle en 1956 y en un nuevo intento en 1960 conducido por él mismo. Fue jefe de la policía federal en 1973 hasta 1974 cuando fue separado del cargo por ser opositor a las políticas criminales de López Rega. <br />

[4] Hubo en la historia argentina un gran número de levantamientos armados de diferente tipo. Inclusive muchos en el siglo XX, desde los radicales en 1905 o los primeros 30, a los enfrentamientos con los obreros anarquistas y sindicalistas en los que intervino el ejército. Pero estos (muy distintos entre sí en varios puntos y específicamente en el plano militar) no pueden ser encuadrados ni por aproximación con las experiencias guerrilleras de la segunda mitad del siglo. Uturuncos y el EGP (o las FAP) fueron muy fácilmente derrotados por fuerzas policiales o pequeños grupos de gendarmería. La resistencia peronista y sus grupos armados fueran los “comandos”, o las fuerzas de Iñiguez, o las que intentó articular Valle, también distan de haber expresado una fuerza de tipo “guevarista” (aunque fuera en su método). Y las guerrillas de Montoneros, FAR, etc., urbanas, inclusive las otras compañías del PRT (comandos urbanos) aunque hayan realizado operativos llamativos, o atacando cuarteles, no fueron unidades permanentes asimilables a una unidad militar. Sólo la Compañía de Monte fue una guerrilla asimilable a una unidad militar clásica. <br />

[5]  En febrero de 1973 la primera compañía organizada, Decididos de Córdoba, asaltó el Batallón 141 de Comunicaciones del Ejército, ubicado cerca del Parque Sarmiento, en la ciudad de Córdoba. El 6 de setiembre de 1973 fue copado el Comando de Sanidad del ejército en Parque Patricios CABA. El 19 de enero de 1974 la guarnición militar de Azul (la más grande del país) fue atacada. La cuarta y quinta grandes operaciones tenían por objeto ser una demostración de fuerza de envergadura al atacar en simultáneo la Fábrica Militar de Pólvora y Explosivos de la localidad de Villa María y al Regimiento de Infantería Aerotransportado 17 de Catamarca, en agosto de 1974; el primero fue un éxito el segundo una catástrofe. El 13 de abril de 1975 el ERP lanzó su sexta operación contra el Batallón de Arsenales 121, en la localidad de Fray Luis Beltrán al norte de Rosario. Y el 23 de diciembre de 1975, la última operación de este tipo, fue el ataque al batallón de arsenales de Monte Chingolo, una derrota guerrillera de proporciones irrecuperables en ese momento. <br />

[6] Montoneros era una organización identificada con el “peronismo revolucionario”, lo que ya marcaba una importante diferencia ideológica y táctica respecto del PRT-ERP. Fue la más numerosa y con más poder político e inserción de masas. Aunque, mientras existió, el ERP fue más audaz, activo y duro en su accionar militar. <br />

[7] Organizaciones Liberes del Pueblo es un concepto caro al peronismo clásico, que es esencialmente no liberal y no individualista. Son todas las organizaciones populares no estatales, sociales y económicas, que en la visión peronista debe tener un rol activo en el desarrollo de la vida social y en la gestión del estado en lo que hace a sus asuntos específicos, y aun en los generales de la nación. En la práctica Montoneros conducía (o aspiraba a hacerlo) y potenciaba el rol político y la actividad reivindicativa de estas organizaciones en donde se insertaba. El concepto poder popular guarda un cierto paralelo al de “doble poder”, del PRT aunque se diferencia en que “doble poder” es tender a escindir a las organizaciones populares del estado y crear un poder paralelo. Y el poder popular no es “necesariamente” eso. Las OLP son las organizaciones naturales de la sociedad con actividad más allá de los individual liberal. <br />

[8] Liberar lo ponemos ente comillas ya que no creemos posible que el ERP pudiera tomar la cuidad de Tucumán, por ejemplo. Y porque la zona del monte estaba despoblada, no había unidades militares que expulsar ni población que gobernar. Lo que si podía aspirar el ERP es a generar condiciones militares en que en acceso al monte estuviera vedado y la ruta cercana y con bastante población bajo su influencia, con el ejercito fuera de ella. <br />

[9] Ver: Santucho, M (1974) Poder burgués, poder revolucionario. Ed El Combatiente. https://www.marxists.org/espanol/santucho/1974/23-viii-1974.htm .  Caviasca, G. (2011) Poder, poder popular y hegemonía, Bs. As. El Río Suena. Caviasca, G. (2013) Dos caminos Bs. As. De la campana. <br />

[10] Sin intentar disminuir la implicancia práctica que tuvo la indicación de “aniquilar”, se debe evaluar que, en el contexto tanto para los militares como para los políticos, “aniquilar” al enemigo significaba en la teoría conocida de la guerra, la destrucción de su capacidad político-militar de ser una amenaza, no matar a cada uno de los guerrilleros y sus simpatizantes. O sea, en la definición formal la idea de “neutralizar y/o aniquilar” con el agregado de “el accionar” parece una definición correcta para quien conozca el tema de la guerra. <br />

[11]Al día siguiente del ataque a Formosa Luder, dictó los decretos 2770/75, el 2771/75 y 2772/75.  Todos los decretos son de acceso público y se encuentran en el siguiente sitio del Gobierno Nacional: El original en este link https://www.argentina.gob.ar/normativa/nacional/decreto-261-1975-210287. El siguiente link remite a la modificación de las partidas presupuestarias destinadas a aumentarlos recursos para el OI: https://www.argentina.gob.ar/normativa/nacional/decreto-2840-1975-210297/texto. La batería de decretos es clara simple y muestra decisión política (esta solo existe con recursos). Y se complementan perfectamente con las directivas emanadas dela superioridad militar. <br />

[12] Leandro Anaya. Reemplazó a Carcagno a fines de 1973 hasta mayo de 1975. Volviendo a aparecer las “subversión” como enemigo central en su discurso. Provenía de una familia militar con antiguos vínculos con Perón. Se lo considera un personalista disciplinado al gobierno. Las directivas dadas con su firma para la realización del OI incluyen categorías como “gobierno popular” y similares, como se ve en el escrito de Vilas. Intentó mantener el equilibrio de corrientes internas. Cayó por que en las FFAA algunos militares habían avanzado en contra de las AAA de López Rega y Anaya no los detuvo. En la hegemonía lopezrregista fue reemplazado. Fue tolerante con el “proceso”, y crítico a Balza por su posición autocrítica. <br />

[13] Numa Laplane, peronista nacionalista, jefe del ejército entre el 13 de mayo de1975 al 27 de agosto de 1975. Se lo considera un “profesionalista comprometido”. Su relación con el lopezrreguismo es un tema de discusión (desde la época de Carcagno era un general que el peronismo ortodoxo y la derecha del movimiento veían con buenos ojos). Cayó porque su vinculación con el gobierno impedía que la cada vez más fuerte hegemonía de la derecha militar avanzara hacia lo que era un nuevo marco de referencia con los grupos económicos concentrados y hacia golpe, y una aún mayor libertad de acción en el combate a la “subversión”. Se manifestó contrario al “Proceso”. <br />

[14] Carcagno señalaba a la conducción montonera que él estaba dispuesto a avanzar en la línea que estaba acordando, pero que desde el EMG “solo controlaba la botonera, a veces apretaba un botón y por abajo no pasaba nada”. Perdía, R, entrevista del autor. <br />

[15] Ver Discurso del Tte. General J. D. Perón en 20 de enero de 1974 https://www.historiahoy.com.ar/el-discurso-peron-20-enero-1974-n1545 Aunque la dureza de Perón es muy grande, tiene lógica en varios de sus argumentos. Sin embargo, lo más destacado es que adjudicó responsabilidad a la izquierda peronista en nada involucrada en el atentado. El endurecimiento contra la “delincuencia terrorista” siguió los canales policiales mediante la sanción de las nuevas leyes represivas y una serie de políticas destinadas a “depurar” el peronismo, el estado y las OLPs. Lo que desde el PRT se calificó como fascismo, ya que la combinación de acción policial y de embrionarios grupos no estatales armados que se comenzaban a ver era interpretados en el sentido del accionar de los fascismos europeos. Aunque podríamos considerar que la situación argentina tenía una cantidad de diferencias a la europea de preguerra. No es discutible el acierto del PRT con que el accionar parapolicial se extendería. Aunque es muy discutible que el gobierno peronista fuera fascista o se orientara hacia allí. Mas allá de la represión y los enfrentamientos violentos. Porque el Fascismo incluye no solo represión e inclusive mucho más que rechazo al comunismo (recordemos que el ministro de economía de Perón era Glebard un comunista). Es una concepción que en la práctica concreta terminó con cualquier tipo de organización independiente de la clase obrera y un disciplinamiento de la misma bajo la autoridad social y económica de la jefatura empresaria. Ese no era el modelo de Perón. Quizas se podría discutir ese devenir con el isabelismo/lopezrreguismo. <br />

[16] Debemos mencionar que ambos temas son centrales en la cuestión de la revolución. Todos los revolucionarios cuando hablan de aspectos militares señalan: por un lado, que es casi imposible derrotar a un ejército profesional bien armado y con alta moral. Y segundo que la tropa o los soldados (inclusive los oficiales, o el ejército mismo) deben ser ganados. Ambas cosas pueden ser pensadas como una; y en cada muy distinta circunstancia nacional de guerra se dieron de forma distinta. En Argentina ambos factores fueron lo más negativo posible, y cada vez se hicieron más negativos. <br />

[17] Francois, P (2009) “Contrainsurgencia en Argelia: el punto de vista francés” Military Review. <br />

[18] Caviasca. G (2018) La hipótesis Carcagno Op. Cit. <br />

[19] Rot, G. (2000) Los orígenes perdidos de la guerrilla en la Argentina: la historia de Jorge Ricardo Masetti y el Ejército Guerrillero del Pueblo Bs. As. El cielo por asalto. <br />

[20] Atilio Santillán nació en 1935 y fue muerto por el ERP en marzo de 1976 acusado de colaboración Acdel Vilas. Era secretario general de la FOTIA desde 1960. Había conducido luchas sindicales de importancia, siendo miembro de la CGT de los argentinos y de las coordinadoras de 1975. Se lo consideraba un peronista combativo.  El ERP en el № 74 del 10 de abril de 1976 de su órgano oficial Estrella Roja incluyó un “Parte de Guerra” fechado el 22 de marzo de 1976 señalando los motivos de su ejecución “deshonró la gloriosa tradición de lucha del gremio azucarero poniéndose al servicio de la criminal oficialidad del ejército opresor desde la iniciación del feroz operativo antiguerrillero en curso (…) entregó al enemigo numerosos de los mejores luchadores”. A lo largo de esta introducción veremos la compleja situación de la amplia mayoría de las organizaciones sociales política y sindicales de la provincia en el periodo del OI y la Compañía de Monte. <br />

[21] Salas, E. (2015). Uturuncos: el origen de la guerrilla peronista Bs. As. Punto de Encuentro <br />

[22] Para que se entienda mejor esta diferencia se puede encontrar bien explicada y muy clara de entender en los escritos chinos o vietnamitas, también en el Che, etc. Pero, acercamos una idea básica. No es sólo “el programa” lo que diferencia al ejército del partido. Es que el ejército es un organismo popular de masas, no profesional. Debe para tener éxito sumar miles, decenas de miles, o cientos de miles de combatientes del pueblo llano, por la voluntad de combatir por una vida mejor y un país libre (para sintetizar), la tierra si son campesinos, por ejemplo. El Partido marxista leninista es otra cosa, y en general puede aportar los cuadros y cuanto más arriba en la escala jerárquica de cuadros militares es claro que debía ser comunistas y miembros probados del partido. En eso no hay gran diferencia con los ejecitos de masas de cualquier país. Los profesionales son los oficiales, los soldados son gente común con un entrenamiento para el combate. La ideología común es la defensa de la patria, pero los oficiales tienen una ideología (más compleja, geopolítica, historia aliados y enemigos concepción de economía y sociedad) que maman en las largas carreras militares y los diferentes niveles de escuelas que concurren.  <br />

[23] La Gaceta, 29 de mayo de 1974<br />

[24] El general prusiano señala que los bandos enfrentados en la guerra entran en una lógica de golpearse cada vez con más fuerza, que esa lógica los atrae y que finalmente gana el que más capacidad de concentrar fuerza tiene cuando su oponente se agota. Es de destacar que Clausewitz dice que esta es una lógica “espontánea” de la guerra en sentido ideal no real, que el comandante debe evitar ser atraído por ella. <br />

[25] Raúl Lescano 20’/08/2012 entrevista del autor. En: https://www.barricadatv.org/?p=1512. “Masacre de Capilla del Rosario” http://www.elortiba.org/old/capros.html   Portal El Ortiba <br />

[26] Sin entrar en el detalle del combate de Catamarca. Podemos ver que 47 guerrilleros son detenidos por una unidad policial, que sin dudas es vapuleada. Pero deben regresar a sus lejanas bases apresuradamente. En esa retirada se dividen en 3 grupos que pierden el contacto entre sí, y especialmente entre en jefe de la unidad y el resto de sus subordinados. Pareciera que un mínimo contratiempo (por demás previsible) desarticula toda la operación. <br />

[27] Si bien después del desastre de la muerte de la hija del Capitán (pos mortem) Viola, el ERP resolvió suspender las acciones, estas ya se habían cargado a 11 personas (10 militares) sin una claridad de su rol como criminales u objetivos políticos de algún tipo, sólo por portar uniforme. La discusión sobre el tema en el PRT (que existió aun en el momento de decidir la represalia) la abordamos en La hipótesis Carcagno. Sin intenciones de justificar o aprobar los lamentables hechos (que además significaron para el ERP un costo ante la opinión pública) debemos decir que el “derecho de represalia equivalente” era parte de la doctrina militar aceptada.  <br />

[28] Eran el comisario del pueblo y un taxista. <br />

[29] Carnovale, Vera “En la mira perretista. Las ejecuciones del largo brazo de la justicia popular” http://www.unsam.edu.ar/escuelas/politica/centro_historia_politica/pdf/vera.pdf<br />

[30] Amando Juri era un viejo peronista tradicional de la provincia. Comenzó su carrera política apoyando el golpe de 1943 era cercano a oficiales del GOU. En 1950, es nombrado jefe de policía, cargo que desempeñó entre 1950 y 1952; fue preso luego del golpe de 1955. En los 60 formó junto a Riera el Partido “Acción Provinciana” expresión del peronismo proscrito triunfando en las elecciones de 1962, luego anuladas. En las elecciones de 1973 es electo gobernador de Tucumán encabezando las listas del Frente Justicialista de Liberación (FREJULI) obteniendo el 60% de los votos. En 1976 fue detenido y estuvo preso 3 años. Varios de sus colaboradores y ministros se encuentran desaparecidos. Quizás a pesar de apoyar el OI mantuvo cierto espacio para la política, el sindicalismo y para figuras del peronismo no toleradas por proyecto que encabezaban los militares. Como todo el peronismo tradicional del momento repudió al ERP que además se proclamaba su enemigo. <br />

[31] Más adelante veremos una serie de denuncias sobre asesinatos y desapariciones que se encuentran relacionadas con este accionar. <br />

[32] La idea de “mito” la remitimos a George Sorel que, creemos, está en la base de la idea de mito de la guerrilla en el Che. Señalaba Sorel en Reflexiones sobre la violencia que el Mito es “un conjunto de imágenes capaces de evocar, en conjunto y por mera intuición, antes de cualquier análisis reflexivo, la masa de los sentimientos que corresponden a las diversas manifestaciones de la guerra entablada por el socialismo contra la sociedad moderna”. Sorel se refería a la “huelga revolucionaria”, pero sus ideas son extensibles en forma más general a cualquier mito movilizador en situaciones de guerra civil (o aun más amplias). De allí también creemos se encuentra la forma en que opera la guerrilla argentina en lo que hace a acciones cuya importancia es mayor en la difusión de las mismas, el cómo se ven en la sociedad y especialmente en los grupos sociales desde donde se reclutan los principales apoyos revolucionarios. Es de destacar que, para Sorel, la huelga general, (como para el Che la guerrilla inicial) el mito, debe operar en una clase o en una fracción muy importante de la población, difundir optimismo movilizador en las masas. <br />

[33] La idea perretista de guerra civil prolongada es una corrección de la GPP oriental. Tomaba nota que en aquellos países la clave del desarrollo de la guerrilla hacia un ejercito de masas fue el enfrentamiento con en enemigo extranjero. Mientras que en Argentina la guerra era claramente entre dos fracciones nacionales y un ejército nacional. Por eso “guerra civil”. <br />

 

[34] Fueron heridos el teniente Rodolfo Vicente Richter (quedó paralítico), el subteniente Arias y el cabo 1° Orellana y el teniente 1° Héctor Cáceres al acudir en su ayuda el jefe de la patrulla fue muerto. La guerrilla dejó dos muertos en el campo: “Tito” (Héctor Enrique Toledo) y “Daniel” (Víctor Pablo Lasser).

[35] Se llama así en ruso a la táctica mediante la cual los ejércitos soviéticos lograban ocultar y/o confundir a los alemanes sobre los enormes movimientos de tropas detrás de la línea de frente. Millones de hombres, armas, equipos y suministros eran preparados para una ofensiva en un sector del frente. Pero los alemanes no podían saber con mínima precisión estos movimientos, que se realizaban de tal forma logrando que las fuerzas del eje no los detectaran o confundieran varios lugares posibles de realización de la futura ofensiva. La Maskirovka se realizaba a distintas escalas, logrando así sorpresas tácticas y estratégicas sobre el ejército alemán, dificultado la concentración de sus reservas y cada vez más escasas (aunque eficientes) tropas. <br />

[36] Concepto que literalmente significa “guerra relámpago”. Es la doctrina alemana cuyo más famoso referente fue Heinz Guderian. Es una doctrina que permite el triunfo rápido mediante una acción a nivel táctico y operacional de fuerzas motorizadas de armas combinadas que penetran en la retaguardia dislocando todo el sistema defensivo y haciendo colapsar al ejercito enemigo. <br />

 

[37] A diferencia de Catamarca, donde la retirada fue un desastre. Pero en este sitió la guerrilla operaba en su terreno o muy cerca de él, mientras que en Catamarca no. <br />

[38] Las bajas guerrilleras fueron el sargento “Dago” (Domingo Villalobos Campos), Ricardo (Juan Carlos Irurtia) el teniente “Pedro” (Héctor Burgos, chileno) y el “Hippie” (Ramiro Leguizamón). El fracaso más allá de las bajas debe haber afectado sin dudas la moral de combate de la unidad del monte y su imagen ante la población. La Vª Brigada amplió su zona de operaciones establecida que era de 4800 km² a 7200 km². Durante junio se continuó secuestrando armas y se produjeron enfrentamientos menores donde mueren dos guerrilleros más “Alberto” (Tomás Francisco Tocoma) y “Gabriel” (Aldo Malmierca). <br />

 

[39] Los caídos eran subteniente Rodolfo Berdina y al soldado conscripto Ismael Maldonado miembros de un equipo de combate perteneciente a la Fuerza de Tareas Aconquija. Llevaban cuarenta y ocho horas desarrollando misiones de exploración y reciben la orden de replegarse hacia la base del regimiento. Mientras desandaba el camino de regreso, la vanguardia de una sección al mando de Berdina, se encuentran con una unidad del ERP. El teniente seguido por el soldado traba combate y son muertos, mientras el resto de la unidad se alerta y contraataca. El ERP se retira sin bajas. ­<br />

[40] No es nuestra intención quitar responsabilidades a al general Alsogaray sobre su lamentable posición política hasta 1973 cuando fue un líder del antiperonismo militante. Pero no podemos dejar de mencionar, para trazar un poco el perfil de la represión (de los represores), del periodo posterior la reunión en la que Alsogaray y su mujer la madre y padre del oficial montonero se presentaron ante Bussi a preguntar por su hijo. Cuentan los trascendidos de la reunión el trato duro, (desde nuestra perspectiva bestial) que Bussi dio al Tgral y a su mujer produciendo el “quiebre” de su interlocutor. <br />

[41] El ERP arrastraba un déficit en armamento. Si bien no era un ejército muy numeroso la guerrilla tenía dificultad de dotar a sus hombres con armamento adecuado para operaciones militares de envergadura, faltaban FAL y armas de ese tipo, La compañía había sido mejor equipada. <br />

[42] No deja de llamar la atención que todos los guerrilleros salvo uno hayan muerto. <br />

[43] Muchos y variados son los análisis mas profundos o escritos de batalla donde el PRT mostraba su absoluta confianza en el avance indefectible de la revolución en Argentina. Tal es así que la editorial de El Combatiente posterior al golpe de estado de 1976 se titulaba: “Argentinos a las armas”. Es evidente el pensamiento en torno a lo que iba a suceder, la reacción popular al golpe implicaría un crecimiento de las fuerzas guerrilleras y su representatividad. Lo opuesto a los que pasó, peor aún peor, el razonamiento era opuesto a lo que estaba sucediendo en la sociedad, sólo puede ser consecuencia de una gran Fe. <br />

[44] Diego Barceló y los soldados Orlando Moya y Carlos Vizcarra. <br />

[45] El cabo Wilfredo Napoleón Méndez y el soldado Benito Oscar Pérez. <br />

[46] Hacia finales de febrero de 1976 (ya Bussi era comandante de brigada) una columna del ERP es detectada en la zona del dique El Caudillal (en la misma zona donde esperaban operar los montoneros). Se producen varios enfrentamientos y la unidad guerrillera con algunas bajas se retira y pierde gran cantidad de material. Fue el último intento del ERP de romper el cerco para salir de la zona que la Brigada controlaba. Ese intento había sido previsto por los militares quienes pensaron un despliegue para impedir el escape de los restos de la guerrilla. En realidad, Santucho quería probar una vez eludido el dispositivo militar la posibilidad de sostener una unidad rural operativa como símbolo. <br />

[47] Estos datos son los oficiales de las FFAA en lo que hace al combate directo y público con la guerrilla según parámetros militares. Se encuentran en varias fuentes, pero nosotros los recogimos del trabajo de Eusebio González Breard. Más adelante, cuando introducimos algún necesario pantallazo sobre la represión clandestina, aportamos los datos de la comisión invest5igadora de la legislatura tucumana y del equipo de Inés Izaguirre que trabaja para los organismos de DDHH. En ambos las cifras varían un poco, pero con salvedades explicables tanto entre ellas como con respecto a las de las FFAA. <br />

[48] El tema del consenso lo analizaremos más adelante. <br />

 

[49] Podríamos citar al Che cuando habla de la desproporción normal entre la unidad guerrillera y las FFAA. Y desarrollar el tema del factor moral, de que la guerrilla es la población que la apoya que se escabulle etc. Debemos señalar que para que los factores guevaristas de éxito se den hay condiciones particulares. La mayoría de las experiencias guevaristas fueron derrotadas en condiciones mucho más favorables para ellas que las argentinas. También podemos mencionar a las experiencias china o vietnamita (el Che y Vietnam eran los modelos del ERP), sin embargo, en estas últimas (además de que hablamos de agresores extranjeros) la desproporción de bajas es muy grande. Los vietnamitas sufrieron cantidades de bajas muy superiores a las del ejército de EEUU y sus satélites del sur, y su lucha fue de décadas. Cantidades que sorprenden, pero que eran reemplazadas sistemáticamente por la población, eran un auténtico ejército popular, tanto en la lucha contra Francia como contra EEUU. En nuestro caso por múltiples motivos la FES argentina impedía un desarrollo similar.  <br />

[50] Centro de militares por la democracia (CEMIDA), se formó a partir de oficiales expulsados de la fuerza por sus posturas críticas al “proceso”. En general eran militares de trayectoria nacionalista, o cercana al peronismo inclusive con alguna cercanía o contacto con políticas de Montoneros en algún momento. <br />

[51] Recordamos que el PRT interpretó con bastantes argumentos que uno de los grupos de guerrilleros que se replegaban al monte después del fracaso del operativo sobre el cuartel de infantería aerotransportada de Catamarca, habían sido ejecutados después de haberse rendido. Frente a ello resolvió que se ejecutaría indiscriminadamente un número similar de oficiales del ejército, aplicando el derecho de represalia. Esto llevó a que militares ajenos al combate inclusive médicos, fueran asesinados por la guerrilla. El debate en el PRT sobre el tema lo estudiamos en Caviasca G. La hipótesis Carcagno. <br />

[52] Montoneros de perfil más nacionalista, peronista, con una línea de trabajo y acuerdo con oficiales, había realzado una activa política de relaciones y desde 1973 no atacaba a los militares. Ver: Caviasca, G. La hipótesis Carcagno. <br />

 

[53] Para un estudio más detallado ver: Marín, Juan Carlos (1984) Los hechos armados CICSO Bs. As. Aclaramos que tomamos la cantidad de muertos, y/o desaparecidos según el caso, que están en las estadísticas oficiales del gobierno nacional y las investigaciones académicas. Que son menos (aproximadamente menos de la mitad) de los que se suelen establecer en el discurso público. Eso no implica que nosotros establezcamos una cifra definitiva y “fallemos” a favor de tal o cual número. Sin embargo, es la obligación de un estudio científico partir de los datos que se disponen en el momento. <br />

[54] Como dato de color podemos señalar que la lucha entre la derecha peronista y las organizaciones revolucionarias fue militarmente mas desfavorable para los sectores revolucionaros que en Italia la lucha entre la izquierda y el fascismo. La relación de muertos causados por las escuadras del fascismo respecto de los grupos armados de la izquierda fue menos desproporcionada. <br />

 

[55] Ciertamente, el argumento que permitía que la opinión de los militares fuera contraria a la intervención contra la guerrilla en forma directa, y su correlato de participar en la represión al conjunto de actividades consideradas subversivas, era que (como ya había escrito Osiris Villegas) el objetivo que la “subversión” tenía era obligar a las FFAA a exponerse en un combate que sería contra la población civil. Y así se desgastaran, dividieran, dudaran, se desmoralizaran, y sobre todo, que la población las repudiara. Fuera porque quería realzar un proceso de cambio como los “peruanistas”, o porque querían evitarlo, los argumentos mencionados se imponían como mayoritarios en la oficialidad. Pero esto en 1975 ya no era así en realidad. La mayoría de los partidos políticos avalaban la intervención, una parte importante de las organizaciones sociales no la rechazaban, y el comportamiento de la población (si bien podemos tener la certeza de que la guerrilla confiaba en que se escandalizaría de la intervención militar) estaba en dudas, y demostró no ser opuesta a la intervención directa de las FFAA. Si a esto sumamos que las fuerzas guerrilleras operaban sistemáticamente contra las FFAA, se hace evidente por que que los militares estaban en condiciones y convencidos de actual sin vacilaciones. <br />

[56] El “Memorándum Reservado del Consejo Superior Peronista” presidido por el senador salteño Humberto Martiarena, se dio a difusión el 1 de octubre de 1973, y es explícita consecuencia de la muerte de José Ignacio Rucci por parte de Montoneros. Fue publicado completo por La Opinión diario de Jacobo Timerman. No se encuentra firmado por Perón, a pesar de que sus transcripciones posteriores agregan su firma. Aunque no dudamos de que el General apoyaba, impulsaba o toleraba esa línea, aunque fuera por un tiempo, hasta encuadrar en la “reconstrucción nacional” (disciplina y pacificación) a los guerrilleros peronistas. Es de destacar, para no tener confusiones que Perón señaló en su momento con claridad que veían a “reconstruir y pacificar” o “liberar y pacificar” y que los pilares de su política eran al Pacto social y el Plan Trienal. Cualquiera que conozca mínimamente ambos y entienda el significado de ambos, podrá ver que la agudización de la lucha de clases o la lucha política era confrontar con esta línea. En ese sentido “la derecha” o la coalición de fuerzas ad hoc que enfrentó a “la izquierda”, fue mucho más hábil estratégicamente. http://www.lagazeta.com.ar/orden_reservada.htm <br />

[58] Oliveira Cesar, María (2005) “Del modelo contrarrevolucionario francés al modelo aplicado en la Argentina del Proceso” https://www.persee.fr/doc/ameri_0982-9237_2005_num_33_1_1713 .<br />

[59] Documentos del Estrado Terrorista (2012) http://www.jus.gob.ar/media/1129178/41-anm-documentos_del_estado_terrorista.pdf  Secretaria de Derechos Humanos- Ministerio de Justicia y Derechos Humanos. Al autor no deja de sorprenderle la inclusión de estos decretos como “terrorismo de estado”. No porque no lo sean, sino porque fueron impulsados y apoyados por todo el espectro político y social significativo. Y nos produce una reflexión sobre la necesidad de pensar de una nueva forma el conflicto social y armado de los sesentas y setentas en relación con la articulación crítica del clivaje “dictadura democracia”. Aunque el texto pone énfasis en orientar la cuestión hacia una planificación militar del golpe, creemos que se equivoca, no porque el golpe no haya sido planificado, sino porque considera planificación cuestiones intrínsecas a la DSN vigente desde los sesentas (salvo un muy breve periodo). <br />

[60] Como veremos más adelante, el control se realizaba con una combinación de acciones de tipo represivas, sociales y propagandísticas. Tal como preveían los decretos del PEN y las directivas específicas de la jefatura militar. <br />

[61] En 1975 el Mayor Mohamed Alí Seineldín pidió a la jefatura que la última etapa de entrenamiento del curso de comandos se realizara en el teatro de operaciones de Tucumán. Así se dispuso el alistamiento de la Compañía de Comandos 601, provista de ropa de camuflaje, borceguíes negros, boina verde y armamento consistente en fusiles FAL calibre 7,62 NATO, ametralladoras MAG, lanzacohetes, granadas, equipo de comunicaciones de última generación y puñales, se trasladaron rumbo al Teatro de Operaciones. Se habían entrenado duramente en Misiones y el Delta del Paraná. Seineldín, se presentó ante el general Vilas para coordinar las acciones y propuso un cambio de tácticas consistente en patrullas, desde el monte hacia los centros poblados, es decir, a la inversa de lo que se venía practicando desde comienzos de la guerra. Para ello, fue trazado sobre el mapa un rectángulo que abarcaba la zona de operaciones, con su frente en la Ruta Nacional Nº 9 y los contrafuertes sobre las sierras del Aconquija.
Al día siguiente de su llegada, cuando la compañía, integrada por su jefe, su plana mayor, el grupo de apoyo y tres secciones de asalto (50 hombres en total), abordó diez helicópteros Bell UH-1H y partió en vuelo nocturno hacia la Zona de Operaciones. Luego de 13 días regresaron sin haber tomado contacto con el ERP. El bautismo de fuego de los Comandos tuvo lugar en el mes de octubre, al oeste de Famaillá, durante su segunda misión de patrulla, cuando en una serie de enfrentamientos, la compañía de comandos se adjudica la muerte de numerosos guerrilleros y la destrucción de varios campamentos. En Campo de Mayo, al norte de Buenos Aires, otras secciones de 30 hombres de la 601 completaban su entrenamiento y se preparaban para marchar al frente con el objeto de relevar a sus compañeros. El primer relevo fue en diciembre. Los comandos de Seineldín quedaron satisfechos y el ejercito los consideró eficaces. Un relato (un poco apologético, pero con buena información) se encuentra en: Burzaco, Sergio (1994) Infierno en el Monte Tucumano. RE Editores Bs. As.
<br />

[62] Es interesante esta cuestión de los conscriptos, no sólo por el debate en Estado. El PRT-ERP insistía en su propaganda en desafiar al ejército a pelear solo con sus cuadros profesionales y no exponer a los soldados conscriptos. La creencia de que los soldados eran un punto débil de la estructura militar era “doctrinal”. Se basaba en la experiencia histórica, por ejemplo, el ejército del Zar había sido un lugar propicio para el trabajo bolchevique en los soldados, etc. También se podía pensar que los conscriptos le rehuirían a un combate contra una fuerza política nacional que asumía pelear por los trabajadores. Ciertamente tanto Montoneros como el ERP tuvieron trabajo en los soldados (Montoneros entre los oficiales también), pero eran más bien militantes que hacían la conscripción. El ERP gracias a esos militantes conscriptos (atendidos por el “Frente ejército enemigo”) realizó todas las operaciones contra cuarteles. También es cierto que los militares ajustaron su inteligencia interna y eso da cuenta de una cantidad de conscriptos que figuran como desaparecidos, al ser considerados miembros o colaboradores de la guerrilla (el tema es tratado sin suficiente profundidad, pero con bastante atención por D`Andrea Moore en El Escuadrón perdido).  La cuestión no se resolvió como los revolucionarios imaginaban (salvo en el aspecto de obtener alguna información para operaciones). Por ejemplo, en la mayor cantidad de bajas de conscriptos se produjo en el ataque montonero a Formosa, los guerrilleros sugirieron a los soldados de la guardia que dejaran las armas, “que la cosa no era con ellos”, a lo que los conscriptos respondieron a tiros. También fue una responsabilidad debida a la audacia de conscriptos que fracasó la toma del cuartel de Sanidad, etc. Existió un cierto error o simplificación en la cuestión de los soldados. <br />

[63] Si bien las conspiraciones y las maniobras de inteligencia no son el método correcto para explicar los acontecimientos. Como tampoco son el motor de la historia. Lo cierto es que el periodo iniciado en 1973 estuvo plagado de estas. Destinadas a crear climas, influir sobre Perón, desestabilizar funcionarios, posicionar a otros, etc. Y más que en otros momentos tuvieron cierta influencia. Ponemos dos ejemplos que se suman a los que Vilas relata como hechos. Uno, el señalamiento de la complicidad de Montoneros en el ataque del ERP a Azul. Que llego a influir en la opinión de Perón. Y segundo la idea de que Carcagno era antiperonista y buscaba sostener un ejército antiperonista perjudicando a oficiales de este signo. Ambas operaciones contaron con amplia difusión dentro del gobierno hasta llega a que la misma Revista Militancia se hacía eco de las acusaciones contra Carcagno. <br />

[64] Acdel Vilas no era alguien notorio antes del Operativo. Su presencia pública hacia la transición democrática fue efímera, ya que las violaciones a los DDHH durante su gestión tanto en Tucumán como en Bahía Blanca cobraron cierta relevancia en un proceso que estuvo teñido por reivindicaciones de masas respecto al juicio y castigo. Si bien Vilas no estuvo en el centro de estas, fue más bien por la complejidad para el sistema político que tuvo su rol de jefe del Operativo Independencia bajo el gobierno de Isabel. Pero esta efímera participación en 1983 (que adjuntamos en un reportaje que dio en esa época donde define sus ideas) creemos que confirman la posición que se le adjudica en el periodo 1973/76. Según Rosendo Fraga, Vilas formó parte a principios de 1974 del “Grupo de Oficiales Nacionalistas” (una logia militar) de adscripción peronista/nacionalista (advertimos sobre la ambigüedad de estas categorías) con cierta cercanía con las 62 organizaciones. Y a lo largo de 1975 (ya jefe de la V brigada) el mismo Fraga lo sigue colocando como dentro de una tendencia peronista/nacionalista fuertemente partidaria de la represión contra la guerrilla. Ver: Fraga, R. El Ejército del escarnio al poder. <br />

[65] Para el combate de Monte Chingolo recomendamos además de la extensa bibliografía de memorias y documentos del PRT y los participantes del asalto, el libro Monte Chingolo: La mayor batalla de la guerrilla argentina de Plis Stemberg. <br />

[66] Aun en 1983 en un informe final posterior a la auto amnistía realizada por el último presidente militar el general Reynaldo Bignone, se hablaba de 30000 guerrilleros, por ejemplo. <br />

[67] Sabemos, sí, que hubo un acuerdo entre el PRT, Montoneros, el clasismo del PCR etc. Para la elección de SMATA, pero de allí a la instauración del doble poder a partir de Córdona dista un gran trecho.

[68] Si bien el documento reservado del Consejo Superior Peronista es sin dudas un hito en la lucha interna del movimiento por la depuración de izquierdistas, no es el inicio de la lucha. Esta se puede rastrear desde la primera resistencia peronista. Sin embargo, recién en los setentas llegó al grado de virulencia que vemos aquí. El peronismo en el gobierno eliminaba el factor de unidad que era la lucha por el retorno de Perón. Y en estos años las corrientes del peronismo combativo habían adquirido una ideología y organización que incorporaba elementos de los MLN y el socialismo en forma más orgánica. Otro elemento es que la lucha por la depuración del gobierno peronista no solo incorporaba ahora la lucha peronista previa, sino la lucha de los grupos desplazados del poder, contra el peronismo en general, pero contra su ala más radical en particular. Por último, aunque se puede señalar a este documento como un hito, no debemos dejar de tener en cuenta que es consecuencia directa de la muerte de Rucci y esta es consecuencia de los crímenes de Ezeiza, etc. Y, en relación a nuestro estudio, podemos señalar que este conflicto alimentaba en el PRT-ERP la convicción de la necesidad de posicionarse como vanguardia armada ajena y superadora de esas internas, y en los militares la conciencia de su rol como agentes necesarios del orden. <br />

[69] Se puede consultar a Brunetto, Luis 14250 o paro nacional.  Rapoport, Mario Historia política, económica y social de la argentina, Restivo, Néstor y Dellatorre, Raúl (2016) El rodrigazo. el lado oscuro del ajuste que cambió la argentina. Buenos Aires: Capital Intelectual. <br />

[70] Durante 1974 la FOTIA conducida por Santillan desarrolló un duro conflicto que terminó sin una victoria. Desde la izquierda se acusaba a Santillán de falta de audacia en enfrentar al gobierno, por ser peronista. Hay que considerar que gran parte del conflicto azucarero de 1974 se desarrolló en paralelo con la instalación de la guerrilla rural y los dos primeros operativos del gobierno (los conducidos por Villar y el de Menéndez). Los que, si bien fracasaron en su objetivo principal, implicaron una presencia muy fuerte y atemorizante de fuerzas policiales y/o militares en los pueblos. Ver: Nassif, Silvia (2018)  La huelga azucarera de septiembre de 1974 en Tucumán: un hito del movimiento obrero durante el tercer gobierno peronista”  https://cerac.unlpam.edu.ar/index.php/pys/article/view/3026/3496#n6 <br />

[71] Es de destacar que Vilas llegó a la provincia y se reunió para conseguir el apoyo de todas las fuerzas de la provincia, y tuvo como objetivo central lograr la paz laboral y el éxito de la zafra. Para ello contó con el apoyo del gobierno nacional y del sindicalismo en general. También, actualmente, los más destacados miembros del PRT sobrevivientes recuerdan la ejecución de Santillán como la de un referente que era un problema para la guerrilla. <br />

[72] Carnovale, Vera “En la mira perretista. Las ejecuciones del largo brazo de la justicia popular” http://www.unsam.edu.ar/escuelas/politica/centro_historia_politica/pdf/vera.pdf. El PRT ejecutó a 62 personas de las cuales 3 fueron sindicalistas. <br />

[73] El mismo gremio de Santillán calculaba en esa época que se podía poder en el corto plazo 30000 puestos de trabajo de los 60000 existentes. Y de hecho Tucumán fue la provincia que más población perdió de nuestro país en esa década. <br />

[74] Artese Matías, Roffinelli, Gabriela “Responsabilidad civil y genocidio Tucumán en años del “Operativo Independencia” (1975-76)”. CLACSO 2005

http://biblioteca.clacso.edu.ar/Argentina/iigg-uba/20110322104029/ji9.pdf<br />

[75] La Gaceta, 27 de febrero de 1975. <br />

[76] Crenzel, Emilio Capítulo 14. El Operativo Independencia en Tucumán file:///C:/Users/User/Downloads/El_Operativo_Independencia_en_Tucuman.pdf. <br />

[77] “En reiteradas oportunidades ha condenado al terrorismo, no sólo por su carácter irracional, sino que su accionar está claramente comprometido con la liquidación de la soberanía popular duramente conquistada por el pueblo argentino, sirviendo objetivamente a los intereses internacionales”. No está claro a quienes endilga el FIP la desaparición. Pero el partido de Abelardo Ramos era un duro crítico de la Guerrilla a la que hacia co-responsable de la crisis política y defendía a Perón como a Isabel además de condenar duramente los ataques a las FFAA. <br />

[78] Crenzel. Op. Cit. <br />

[79] Por ejemplo, sucedió en alguna retirada, que cuando un guerrillero escapando se escondía en un cañaveral acosado por los soldados un cañero trabajando lo veía y seguía su trabajo como si nada sin avisar a los soldados cercanos. Testimonio de Martín Jaime, miembro de la Compañía. Recordemos el histórico trabajo del PRT en la zona, desdelos sesentas, un trabajo con cierta inserción. Como también que Tucumán fue un hipotético centro de implantación guerrillera desde la misma resistencia peronista. <br />

[80] Llamamos al periodo de “guerra civil de baja intensidad” con picos militares, al vivido desde 1955. En este momento que analizamos, la violencia armada es una decisión política de todos los bandos que en sus estrategias no dudan que en un corto plazo el país se vería sumergido en una guerra civil abierta. El hecho de que las FFAA hayan derrotado a los emergentes militares del bloque popular hizo que la lucha militar quedara en este tipo de combates de comandos y represión mayoritariamente clandestina. Esta conclusión debe buscar su explicación no principalmente en aspectos militares del conflicto (por ejemplo, a la guerrilla de monte no le fue tan mal en el combate cara a cara), sino en factores políticos y de análisis de la realidad, en los que los exponentes revolucionarios fallaron ayudando a generar las condiciones políticas de su aislamiento y derrota. Por eso decimos que antes que militar de derrota de los revolucionarios fue política. Desarrollamos ampliamente el tema de la “Guerra civil” en nuestro trabajo La hipótesis Carcagno. <br />

[81] De hecho, el poder de los sindicatos fue el más alto de toda la historia argentina y quizás el más alto del mundo. <br />

[82] Ese proceso se manifiesta en la pérdida de peso de la CGE, en su desgajamiento y en el resurgir del liderazgo empresario tradicional concentrado articulado ahora en torno a una propuesta drásticamente reformadora de capitalismo argentino. Con un liderazgo que merece ser mencionado en José Alfredo Martínez de Hoz, gerente de Acindar y hombre de las familias terratenientes tradicionales <br />

[83] En una información que no hemos corroborado, se dice que el Diario de Vilas no fue publicado cuando fue escrito en pleno desarrollo del “Proceso”, porque los jefes militares más sensatos consideraron que hacía públicas métodos y opiniones que podían ser perjudiciales, tanto al relato oficial como el posterior juzgamiento de las acciones. Posterior mente el mismo Vilas buscó reposicionarse efímeramente dentro del peronismo por lo tanto su escrito no era positivo para ese espacio político, ni por lo que implicaba en 1983 ni por las afirmaciones que vertía sobre el peronismo en general. Es de tener en cuenta que el golpe no se dio para ser permanente, ni producir un cambio en las instituciones republicanas, sino en la estructura económica y el balance de fuerzas entre las clases. <br />

[84] Desde la llegada de la misión de 4 coroneles franceses en 1957 (oficializada en 1959). Oliveira-César, María “Del modelo contrarrevolucionario Francés al modelo aplicado en la Argentina del Proceso”https://www.persee.fr/docAsPDF/ameri_0982-9237_2005_num_33_1_1713.pdf. Mazzei, Daniel “La misión francesa en la Escuela Superior de Guerra”. Mazzei, Daniel Bajo el poder de la Caballería. <br />

[85] La guerrilla argentina siempre señalaba en sus escritos que el pueblo era su territorio y que los militares se movían como fuerzas enemigas por territorio hostil. Una expresión de deseos más que una realidad. Pero sin dudas una realidad en donde la revolución o la guerra de liberación triunfó. Aunque en general contra fuerzas extranjeras o regímenes muy anacrónicos. <br />

[86] La Batalla de Argel película italo argelina dirigida por Gino Pontecorvo, describe la lucha del FLN en la ciudad de Argel donde se plantea una insurrección. La llegada de los paracaidistas franceses especialistas en lucha urbana presenta el método con el que finalmente de desarticula la organización del FLN en la ciudad. La película no explica como después de la derrota del FLN descripta, este mismo frente consiguió la independencia un par de años después. https://www.youtube.com/watch?v=SLcVuzEFtbA<br />

[87] Los franceses enfrentaron fuerzas insurgentes coloniales. Mientras que los norteamericanos enfrentaban a fuerzas nacionales con rebeldes nacionales. <br />

[88] Depende de la fuente la cantidad de centros clandestinos varia. Esto se debe a que se considera como tal En un tope existieron en Tucumán unos 60 lugares que cumplieron alguna función en el sistema de desapariciones. Una cifra más razonable para entender nos permite identificar a 14 lugares que cumplirían el requisito de Centro clandestino de detención. Aunque aun estos son de muy diverso tamaño y operatividad en el tiempo. La cuestión es que los detenidos pasaban por varios lugares a lo largo de su desaparición, En este caso, Tucumán, la metodología fue más masiva e indiscriminada y esto hace que mucha más gente haya pasado por la detención clandestina y luego liberada. <br />

[89] Decreto de Nacht und Nebel fue un decreto del gobierno del III Reich del 7 de diciembre de 1941. La característica era que las personas consideradas peligrosas para el Estado en los territorios ocupados debían ser detenidas y eliminadas sin dejar rastro en forma generalizada y rápida; se señala también la necesidad de desaparición de los cadáveres y la ausencia de información ya que ello contribuirá a generar terror entre la población de los territorios ocupados. <br />

 

2 comentarios:

  1. ¿donde puede leerse el Diario de campaña de Vilas?

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    1. https://www.amazon.com/-/es/Guillermo-Mart%C3%ADn-Caviasca-ebook/dp/B09272CQPJ/ref=sr_1_4?dchild=1&qid=1621975700&refinements=p_27%3AGuillermo+Martin&s=digital-text&sr=1-4

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