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lunes, 25 de septiembre de 2017

Notas aclaratorias sobre los aborígenes argentinos

Notas aclaratorias sobre los aborígenes argentinos

-En el presente el abordaje sobre el tema de los aborígenes argentinos se encuentra cargado de subjetividades y prejuicios. Empezando por la palabra “aborigen” misma. Ab-origen viene del latín y significa “desde el origen” no “sin origen”, como indigenismos de café manifiestan indignados. Así, como en muchas otras cuestiones que hacen a los pueblos indígenas en la formación de nuestro país, se establece un sentido común que oscurece tanto por “izquierda” como por “derecha”. En este punteo planteamos algunas ideas para la discusión del tema frente al público amplio de la militancia popular

-Los aborígenes (y podríamos tomar inclusive la categoría “indios” para nombrar, como lo hacían las fuentes de la época y como se denominaban a si mismos los caciques en las cartas que dictaban) no son, ni menos aún, eran "chilenos". Sólo pueden ser chilenos los que se reconozcan o hayan nacido en un territorio de soberanía mas o menos efectiva de ese estado nación. Y sobre todo que lo hayan hecho con la conciencia de pertenecer al colectivo nacional “chilenos”. En todo caso serian chilenos los que vinieron después de la consolidación de Chile en la zona de Araucanía. Antes, cuando las grandes migraciones se produjeron, los pueblos que las protagonizaron (sin negar su origen transcordillerano, o sea sin “ocultar” que eran originarios de la región del Arauco) se desplazaron dentro de un espacio que no entendían como “nacional”, ni entendían atravesar fronteras nacionales al cruzar la cordillera, aunque si eran concientes de que se desplazaban de un espacio donde interaccionaban con “cristianos” de Chile hacia un espacio donde la relación de daba con las autoridades porteñas (o cordobesas, mendocinas, puntanas) y más tarde, argentinas. También sabían que al desplazarse de una región a otra debería confrontar con otros pueblos establecidos previamente y que entraban en una competencia por el control de recursos y vías de comercialización de los mismos
-La discusión "chilenos" o "argentinos", es anacrónica y lleva al error. Como también es un error considerar a los indígenas "mapuches" como un colectivo étnico que abarcó desde el Pacífico al Atlántico. Ese colectivo nunca existió en esa dimensión ni en otra asimilable Es ignorar que había otras etnias y etnias nuevas. O sea, que Manzaneros, Salineros, Ranqueles, Tehuelches, Pampas, Pehuenches, y otra variada cantidad de tribus autónomas que se encontraban en toda la región, bajo ningún aspecto pertenecían a aun única formación política. Mas bien “indios” como colectivo era la identificación que se les daba desde le sector mas confrontativo de la sociedad criolla, que al unificarlos como bárbaros pretendía eliminarlos y expulsarlos de la nación a construir. Hoy pueden considerarse mapuches los colectivos indígenas (o indigenistas). Quizás les sirva o les resulta útil para disputar con el gobierno, con los terratenientes o asumirse un colectivo unificado. Pero en su época sus ancestros tenían orígenes diversos y eran entidades diferenciadas entre sí que trataban con el gobierno por separado y que tenían buenas, regulares y/o malas relaciones. Que asumían una mayor cercanía o distancia en la construcción nacional.
-Los diferentes grupos indígenas que se formaron en los años de la primera mitad del siglo XIX (algunos desde antes): ranqueles, manzaneros, salineros, etc. son producto de guerras, mestizajes, agrupamientos de tribus de diverso origen. Calfucurá exterminó en los treintas a gran parte de los boroganos, sin dudas, y los borogas eran araucanos llegados unos 10 años antes que él. El mismo Calfucurá se instala definitivamente en la Pampa a instancia de Rosas y fue garante de la Paz en la región durante más de una década. Miles de indígenas “amigos” asentados en las zonas de “frontera” (interna, económica) formaban en las filas del ejercito rosista, o en las filas de los diferentes ejércitos provinciales y nacionales, tanto en la lucha contra otras fracciones criollas o en la lucha contra “indios enemigos”
-Mapuche "es gente de la tierra". No se llamaban de esa forma a si mismos los pueblos indígenas en el siglo XIX. Sino que mapuches también podríamos llamarnos nosotros, si aprendemos el idioma mapudungun ya que somos gente de la tierra. La adopción del idioma en el proceso de “araucanización” va de la mano, también, de la adopción de pautas culturales araucanas. Esto hace que muchas tribus, de diverso origen y grado de mestización aparezcan dentro de un universo cultural común. El mapudungun es adoptado en forma muy extendida, y es ahí la raíz de la identificación de todos los pueblos como “mapuches”, en cierta forma reaccionaria como “chilenos”. Pero eso no es así es como si los diferentes pueblos latinoamericanos fueramos españoles porque hablamos el idioma de Castilla
-Pero ese universo cultural que abarcaba desde la Araucanía a las llanuras bonaerenses, no era aislado del universo criollo, la evolución de las tribus se da en íntima relación con la presencia Inca primero, hispana después y criolla finalmente. Se da en una relación de influencia asimétrica. En el periodo español se forma un espacio económico dependiente de las “relaciones de frontera”, tanto de la adquisición de ganado en las pampas (por diversos métodos, que incluyen el malón) como de la venta del mismo a las poblaciones criollas de Chile. Y a la sombra de esas relaciones crecen y se fortalecen, decaen y desaparecen jefaturas y grandes liderazgos. En esa amplia región que abarca desde la “frontera” hasta el sur de chile, o sea las provincias enteras de Río Negro, Neuquén La Pampa, y partes importantes de Córdoba, San Luis, Mendoza y Buenos Aires) se estructura una formación social en la que la explotación de ganado y su comercialización, las “raciones” de los gobiernos argentinos y los pactos, permiten la existencia de jefaturas que nacen a partir de estas relaciones. Las relaciones indígenas con los diferentes pueblos criollos tuvo dos planos, uno el parasitismo de las “raciones” y la captura de ganado y otra el intercambio comercial y laboral que en algunos casos como Patagones y la colonia galesa fue central para su supervivencia
-Mapuche no era una "identidad" colectiva. No había una “nación mapuche” que ejercía algún tipo de gobierno común en una amplia región, ni una jefatura mapuche, ni una confederación mapuche o araucana, en ningún momento. No hubo una unidad política de ningún tipo entre los pueblos de la región, salvo en momentos puntuales de agresión generalizada por parte del Estado con Bartolomé Mitre en el 50 y hacia el final de la campaña de Julio Roca. Eran sociedades donde las relaciones de parentesco, la reciprocidad asimétrica, las alianzas coyunturales permitían la existencia de grandes acuerdos para los más famosos malones, pero también su desestructuración con igual rapidez.
-“Araucano” define a los pueblos de Chile y  lo toman los españoles de los Incas (auca: guerra o guerrero) Por otra parte, mapuche es una construcción étnica posterior a la conquista. En dos fases, una en la supervivencia de ese único idioma para un conjunto de pueblos. Y segundo, ya destruidas las estructuras tribales étnicas previas a 1880, como una forma de generar una identidad de resistencia de los marginados en la construcción del Estad-nación excluyente. Pero araucano, no es un insulto ni una denigración, su único problema es que designa a pueblos asociándolos con una región del actual Chile. Y una gran parte de los pueblos del lado argentino tenían un origen local y/o mestizo. Por ello debemos tomar todas estas identidades con cuidado y no hacer de ellas cosas que no fueron. En general se usaba la idea de “chilenos” a los indios agresivos, aunque había entre los indios amigos que paleaban junto a las fuerzas del estado, aborígenes que también eran “chilenos”. El caso del cacique Venancio es muy claro: llegado de Chile incluso con soldados chilenos a la zona de se asentó en Bahía Blanca en la época de Rosas, figuró como hacendado y como fuerza de defensa de la fortaleza hasta su muerte en manos de indios enemigos del Restaurador.
-Las migraciones mas numerosas desde Araucanía si se producen, negarlas en función de una lucha política presente es un error. Era una región mucho mas poblada, chica y con una fuerte presión del naciente estado chileno en la "guerra a muerte" de la década de 1820 (una parte sustancial de los indígenas de allí fueron "realistas") con mas riqueza y espacio. Son migraciones en muchos casos, movimientos temporales en otros, son masivos y conflictivos. Comienzan en la zona cordillerana hacia fines del siglo XVII pero son desequilibrantes de la demografía en el siglo XIX
-Los pueblos indígenas confrontaron entre si. Las guerras interétnicas fueron naturalmente duras, sobre todo a partir del siglo xix. Los enfrentamientos de los araucanos con los tehuelches existieron (algunos tomaron carácter casi mítico la batalla de Languiñeo, Barrancas Blancas y Shótel Káike, que quedaron en la tradición oral). Fueron parte de este movimiento de pueblos y de la “araucanización” que llevo al establecimiento de una nueva estructura social en la región. Pero no hay que exagerarlos y hacer de ellos “la desaparición tehuelche por la conquista genocida mapuche”. Los tehuelches siguieron presentes como tales o como parte de las nuevas etnias nacidas en ese periodo. Los manzaneros eran en gran parte descendientes de Tehuelches, en toda la costa patagónica, la cuenca del Chubut y hacia el sur, eran tehuelches.  Además de igual violencia fueron los combates entre los tehuelches, entre "araucanos", entre  criollos, y en la mayoría de los casos con formaciones mixtas cuyo encuadramiento étnico no es posible de realizar.
-La absorción cultural de gran parte de los tehuelches por los araucanos no necesariamente es un extermino; una cultura mas fuerte, con mas experiencia guerrera y mejor preparada materialmente como la araucana va "araucanizando" la zona, y eso se traduce en la adopción del idioma por una mayoría, como también de las pautas culturales, aunque otras se pierden. Las tribus se adaptan al esquema productivo “extractivo”, comercial ganadero, de la Pampa. Por eso mapuche no sirve, históricamente, para definir el conjunto de pueblos. En realidad lleva a un racismo superado y bastante nocivo (identificación de "raza" y nación). Mas complicado si consideramos el origen étnico de los argentinos, que como sabemos somos infinitamente diversos. La argentina no puede asociar su identidad a “etnias”, ese camino disuelve la identidad que tiene como sustento una nación
-Es clara la estrategia diferenciada de los diferentes tribus en el hecho de que tantos indígenas formaran en las filas del ejército nacional. De hecho la derrota de Calfucurá en 1872 en San Carlos (una dura derrota) es una victoria de Catriel (y Coliqueo) que aportó la mayoría de los hombres. Durante la época de Rosas la seguridad de la “frontera” económica, descansaba en los “indios amigos” cuyas lanzas superaban en número a los milicianos y al ejército en muchos puntos. Calfucurá mismo era parte de ese esquema de seguridad en toda la región.
-Considerar genocidio a la ocupación por el estado de las tierras del sur es un error ya que lleva a la idea de “desaparición”, y por lo tanto se asocia a la idea de reemplazo de población. Eso no fue así, la amplia mayoría de los indígenas sobrevivieron, de diversas formas. Pero lo hicieron a partir de su eliminación como sujetos políticos, no físicos, y de su separación de las tierras que habitaban. Es de destacar que, aún en la concepción de la época, se les podría haber entregado tierras en alguna forma de propiedad.  Esa era una línea de trabajo de una parte sustancial de la elite, poblar con los indígenas, establecer colonias mixtas de indios e inmigrantes, etc. Los aborígenes representaban una cantidad de personas que rondarían las diez mil familias exagerando. Podían llegar a ocupar una porción menor del conjunto de tierras a distribuir. La decisión de separarlos de la tierra y entregarles tierras marginales, o distribuirlos entre la elite, la iglesia o el ejercito, o volverlos trabajadores anónimos, es una decisión política asociada a una forma de producción agraria que no contemplaba la distribución de la propiedad. Tiene que ver con una decisión de la Clase dominante de establecer una única forma de desarrollo del capitalismo agrario a través de la inversión extranjera y grades extensiones de tierra para la producción hacia el mercado externo: a partir de ahí “todos los indios son malos”.
-De hecho, aunque les sorprenda a los "blancos" de hoy (“blancos” culturales), solo informados por el sentido común y por simplificaciones que emanan de disputas políticas en el seno de la antropología o la etnohistoria, una mayoría indígena para 1870 había aceptado al "superior gobierno argentino", como expresan todas las cartas y tratados, escritos por los mismos caciques indígenas, o entre autoridades criollas, o debates parlamentarios. Una aceptación con homenaje a la bandera, servicio de armas o de policía, en términos mas bien ·"federales" (algunos ya eran directamente fuerzas del ejército). Esto era mayoritario en la Patagonia pero también muy numeroso en la Pampa. No era un proceso novedoso, tenia sus raíces en la colonia, y avanzado con Rosas. Con varias rupturas en el medio. No era pacífico, los malones existían y eran sangrientos como las expediciones militares de “castigo” lo eran igual o más. A veces eran solo maniobras políticas, muchas veces como parte de una “diplomacia” armada, otras por su raíz económica. Sin embargo el proceso daba cuenta de un avance del reconocimiento del estado nacional por una mayoría de las tribus. La guerra es un proceso político militar que da cuenta de la formación del estado argentino (y de todos los estados) no solo respecto de los pueblos indígenas.
-Lo que cambió entorno 1880 es una actitud mayoritaria y hegemónica que desconoce la existencia de tribus con las cuales “tratar”, exige una subordinación absoluta (y disolución en la práctica). Se decide a "destruir" los colectivos étnicos, y sacarlos de las tierras que sean productivas. Situación que es nueva y no había sido tan radical y extendida hasta entonces. Ya que como Foyel (cacique de la zona de Chubut) expresaba, la creencia era que: "acá hay lugar para todos". En algunos destacados casos de la elite criolla había conciencia de la necesidad de poblar y que los indios podían transformarse en ganaderos y agricultores como cualquier otro. Pero la construcción del Estado, la definición de las fronteras, de un mercado nacional y forma jurídica y militar unificada y la definición de que soberanía se ejercería efectivamente en esas amplias regiones, sería definida en ese momento. Debía ser definida por el estado argentino (cuyos títulos jurídicos y socio-históricos eran sólidos) o por cualquier potencia o Estado que estuviera en condiciones de hacer efectiva la dominación política sobre todo o un aparte del espacio territorial en cuestión.
-Los tratados hasta ese momento buscan absorber a los indígenas, "someterlos al orden" como decía Rosas. Que se asienten en un territorio fijo, eliminen el sistema de justicia tribal de "venganza" y los delitos se sometan a la justicia criolla, las lanzas presenten servicio militar en la guardia nacional en forma formal, etc. En la practica proletarizarlos de a poco, o hacerlos campesinos y (a algunos, varios caciques) hacerlos propietarios mas importantes. O sea "civilizarlos" como expresaba el lenguaje en esa época. Inclusive el debate en sectores de la elite se sostiene con posterioridad y durante la misma de la época de ocupación definitiva. Destacados militares, exploradores y políticos se preguntaban ¿no deberíamos aprovechar a los indios para poblar, como ejercicio efectivo de la soberanía? Pero son voces ignoradas por el avance de una formación económica oligárquico-terratenientes-exportadora, que es arrolladora.
-Finalmente "campesinos" no hubo, ni indios, ni criollos, ni inmigrantes, como sabemos (o pocos), la proletarización fue a la fuerza y garrotazos en un par de años, Y a los "indios amigos", cuya estrategia de incorporación al Estado naciente era de una negociación que les permitiera preservar formas de autoreproducción, de la tierra les quedo la peor (igual que a todo el resto de los argentinos trabajadores). Sin dudas a los indio les toco la peor parte cargaban con las definiciones de Sarmiento e a favor de su exterminio, pero ni Roca llego a tanto como se suele suponer.
-El estudio y recuerdo de la problemática aborigen no debe llevarnos a romanticismos anacrónicos, ni idealizaciones conservadoras de un pasado idílico que no existió, salvo en la “invención” que se pueda hacer. Sino a reinstalar en la agenda nacional la problemática de la tierra. Del derecho de los desheredados. De quien, como y para que se utiliza nuestra tierra. Y la cuestión de nuestra identidad nacional como un tronco de muchas raíces aún vivas que se encuentra en plena formación, que si no lo cuidamos y alimentamos puede secarse o enfermarse, volviendo a nuestro país aún más vulnerable. La solución a las crisis siempre tiene dos caminos, el autoritarismo y la represión con la eliminación de los rebeldes y el establecimiento de una estructura estable mas injusta; o las reformas que den cuenta de los problemas estructurales, que eliminen las razones de la protesta y no a los que protestan, dando nacimiento a una nueva sociedad mas avanzada, independiente y justa. También como dicen los clásicos, la existe una tercera alternativa: el hundimiento de esa sociedad.


Guillermo Caviasca Setiembre 2017

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